Extraordinary Machine, Fionna Apple
Ciertamente no he ido de compras por cualquier zapato nuevo
Y ciertamente, no se han estado esparciendo alrededor de mí mismo.
Todavía sólo viajo a pie y en pie, es un lento ascenso,
pero yo estoy bien en la incomodidad, por lo que
no puedo dejar de cambiar todo el tiempo.
Me doy cuenta de que mi oponente está siempre en movimiento
y no va lento, por lo que no es centrar la atención, y me doy cuenta.
Él engancha un paseo con cualquier guía, mientras ellos van rápido por donde vino él.
Pero no es bueno en la incomodidad, por lo que
no puede dejar de permanecer exactamente en el mismo lugar.
Si hubiera una mejor forma de ir entonces me encontraría.
No lo puedo evitar, el camino se estira detrás de mí.
Sea amable conmigo, o trátame mal.
Voy aprovecharlo al máximo, soy una máquina extraordinaria.
Me parezco a usted en buscar un desastre cada día.
Usted me juzga por limpiar mi opinión y estar en pie.
Significo probar, significo moverme de mi camino y decir:
He estado consiguiendo a lo largo de mucho tiempo antes de
que usted entrara en el juego.
Soy el bebé de la familia, sucede, entonces.
Todo el mundo se preocupa si se ponen la ropa de las "sheeps"
mientras ellos "chaperone".
Curioso, mira hacia abajo su nariz mientras apacigua.
Cortés, para tratar de ayudar pero quiero poner su
mente a gusto.
(Coro)
¿Tanto le preocupo, tiene que apresurarse a mi lado?
Es muy amable.
Pero es en vano, yo no quiero la libertad bajo fianza,
le prometo que todo será agradable.
Si hubiera una mejor forma de ir entonces me encontraría
No lo puedo evitar, el camino se estira detrás de mí.
Sea amable conmigo, o trátame mal.
Voy aprovecharlo al máximo, soy una máquina extraordinaria.
EPOV
Comencé con mi entrenamiento a las seis esta mañana. Ahora eran las diez y estaba comenzando a sentir los efectos de la comida de Bella y el evidente desprecio que tengo por mi peso. Actualmente era viernes y gracias a Dios mi último día de entrenamiento.
Emmett me hizo comenzar con elongaciones y dos millas de caminata, entonces cinco millas de trote, y ahora estoy en las pesas. Comencé a dejar volar mi mente mientras él me hacía señas para que me sentara en el banco de pesas; estábamos comenzando con las repeticiones.
Personalmente, las cosas están yendo genial. El doctor Holdman me levantó por completo la prohibición de "no realizar actividades físicas", cosas que yo estaba listo para comenzar a entrenar. Bella y yo lo celebramos bautizando el sillón y… entonces el piso del pasillo. Mi rodilla derecha aún estaba escociendo por esa. Las cosas entre Bella y yo estaban comenzando a estabilizarse. Estábamos cayendo en una buena rutina.
Desde la mañana que encontré el teléfono celular en su bolsillo, note que ella había estado llevándolo con ella. Por supuesto, me sentí aliviado porque tenía una forma de contactarla en caso de que ocurriera algo, pero más que eso, estaba emocionado de que ella estaba aceptando mi oferta. Me mostraba que yo estaba haciendo algo de progreso con ella y estábamos comprometiéndonos. Darme cuenta de esto me exalto. Y lentamente pero con seguridad, ella comenzó a vestir las ropas que compro con Alice. Me sentí bien sabiendo que yo podía proveer esas cosas para ella, pero aún no era completamente fácil.
Bella había estado desvelándose últimamente. Ella despertaba en medio de la noche jadeando y mientras yo, quería sostenerla desesperadamente y decirle que todo estaba bien, que ella estaba a salvo, no podía. Fingía estar dormido y la oía en el baño mientras ella controlaba sus emociones. Si ella no estaba lista para compartir conmigo, entonces tenía que ser paciente; esto no era como si yo fuera un libro abierto cuando tenía problemas. Sabía que algún día yo tendría que hablar con ella acerca de mi pasado pero por ahora estaba tranquilo de sólo sentarme y disfrutar lo que teníamos.
Agarré más fuerte las manillas de la barra de pesas y termine mis repeticiones.
Profesionalmente, las cosas no estaban yendo tan bien, o al menos no exactamente como lo había planeado. Jasper estaba reacio a dejarme volver a entrenar tan pronto. Yo estaba yendo primero a través del entrenamiento en pesos, entonces en las flexiones antes de que me permitiera cualquier contacto con el desarrollo de habilidades. Pensé que era ridículo pero no iba a dudar en Jasper o sus instintos cuando se trataba de esas cosas. Estaba teniendo problemas con mi frecuencia cardiaca y mí respiración y eso estaba causando algo de preocupación. Había pasado una semana desde que comencé a volver a entrenar y había mejorado bastante físicamente, pero he estado sintiéndome un poco agresivo desde que no tengo una salida. Jasper y Emmett están comenzando a ver esto.
Ya que correr y ejercitarme estaban volviéndose un poco intenso, Emmett sugirió que comenzara a entrenar en la piscina. No estaba muy excitado con ello. Mientras que no tuviera problema con el agua misma, siempre había pensado que el entrenamiento en la piscina era una pérdida de tiempo. La resistencia que provee es excelente, pero la velocidad nunca fue mi problema. Considerándolo todo, me estoy sintiendo extremadamente irritado con todo el asunto. Ejercitándome hasta que estuviera muerto de cansado no me ayuda a quitarme la rabia tan bien como la saco en el ring.
Miré a Emmett mientras él me señalaba cambiarme al entrenamiento en la piscina.
Odio jodidamente esta mierda.
Después de ponerme mi traje de baño, llegue pisoteando dentro de la sala de la piscina. Era un gran anexo desplazado en el otro lado del gimnasio. Raramente era usado desde que Emmett la declaro fuera de los límites, debido a todos los accidentes que parecían ocurrir. Eso y que él era demasiado mezquino para contratar un salvavidas. La habitación olía poderosamente a cloro y picaba mí nariz mientras yo inhalaba el aire húmedo. Jasper estaba girando en las cuerdas alineadas y Emmett estaba jugueteando con un equipo de sonido al otro lado de la piscina. Miré alrededor de las paredes azul bebe y después hacia el cielo para ver las luces en las lámparas colgantes. Estaban sucias con moho y hojas que se habían quedado atrapadas y pegadas a los anchos paneles; la iluminación que venía de ellos era mínima. Yo envolví mi toalla sobre las barras de metal en la tabla de saltos y cruce mis brazos sobre mi pecho. Era petulante, pero diablos si me importaba a este punto.
Jasper vino hacia mí señalando hacia el agua poco profunda con un movimiento de su mano.
—Nosotros estamos comenzando desde lo fácil las primeras vueltas. Sólo camina tan normal como lo harías desde la marca de los cinco pies al uno a través y vuelve de nuevo, diez vueltas.
Gruñendo me agache y bracee por el borde de cemento de la piscina antes de arrojar mis piernas al agua. Afortunadamente estaba tibia. Recorrí a pie a través del otro lado hasta el final y toque el azulejo que tenía marcado los cinco pies en el, repitiendo el camino veinte veces para completar mis diez vueltas.
—Ahora, corriendo, veinte vueltas.
Apretando mis dientes, cumplí. Era mucho más difícil y sentí el agua empujando contra mi pecho con cada paso.
—Entra en el agua profunda. Diez vueltas. Sólo brazos sin piernas.
Mi cabeza estaba comenzando a punzar, estaba tan enojado.
Cuando estuve listo miré a Jasper con una irritada mirada y él me sonrió.
—Okay tráela aquí
Emmett saltó desde las graderías y troto a las puertas que llevaban de vuelta al gimnasio.
Mis cejas se juntaron mientras oía el sonido de la puerta al abrirse. Bella entró con una toalla de playa envuelta a su alrededor y su cabello atado en una cola de caballo. Mis labios se abrieron mientras miraba sus pies sin zapatillas y dejó caer la toalla de su cuerpo. Ella tenía un traje de baño de una pieza. Sus ojos estaban enfocados en el suelo delante de ella, y observe el sonrojo comenzar en sus mejillas y expandirse hasta su frente y bajo su pecho. Emmett se movió en la esquina y presiono un par de botones en el equipo de sonido y la música resonó a través de la gran habitación.
Sonreí cuando vi los ojos de Bella moverse hacia Emmett y lo observe encogerse de hombros. Flash de Queen comenzó a sonar y me reí. Sólo Emmett pondría Queen para esto.
—Bella, necesito que te sientes en la línea cinco de la plataforma de salto.
Miré a Jasper con ojos interrogantes. ¿Ella no estaba entrando? Bella hizo lo que le pidieron y se sentó en la plataforma de inmersión con sus piernas colgando sobre el borde.
—Así que, este es el trato. Tú tienes otras cinco repeticiones. Mientras más rápido las hagas, más pronto terminas por hoy. La primera repetición es estilo libre; el segundo es brazada de espalda, la tercera es brazada de pecho, la cuarta mariposa. El quinto estilo es… bien te lo dejaré saber cuándo llegues a él.
Por alguna razón, la presencia de Bella no hizo nada por hacerme sentir mejor. En vez de eso estaba enojado de que ella estuviera aquí. No con ella, de su presencia. Ella realmente no estaba quebrantando mi concentración, pero Jasper era un hombre cruel para hacerme esto a mí. Cada vez que mi cabeza venia por agua yo le daba una mirada a sus piernas o a su torso. Yo respiraría el oxígeno que mi cuerpo estaba rogando desesperadamente para que mis ojos ávidamente miraran su pálida piel.
Hice mis vueltas hasta que mi cuerpo estaba dolorido. Estoy más fuera de forma de lo que había pensado. Mis pulmones quemaban y mis ojos estaban ardiendo por el agua, a pesar de los lentes que tenía puestos. Mis brazos se sentían como fideos húmedos y mis piernas como duro hierro, mientras que mí cabeza se sentía como si estuviera comprimida en una bola pequeña. Mis dos brazos rodaban alrededor para tocar la pared de la piscina y yo finalmente había terminado. Jasper estaba acuclillado en la esquina de la piscina donde yo estaba sacándome mis lentes.
—Bella, muévete a la línea diez de la plataforma. Bien Edward, veamos cómo funciona esto para ti. Este es tu último set. Vas a comenzar con arremetidas hasta que llegues al agua más profunda, entonces tú vas a usar sólo tus brazos para empujarte hasta el borde. Una vez que llegues ahí, golpeas el borde y te mueves sobre la línea dos. Usando sólo tus brazos de regreso para volver a la parte menos profunda, donde volverás a arremeter hasta que toques el borde. Vas a repetir esto hasta que llegues a la línea diez. ¿Lo entiendes? Mientras más pronto lo hagas, más pronto tienes a Bella y más pronto terminas con tu entrenamiento del día.
Bien, ¡jodida mierda!
Impulse fuerte mi cuerpo y dejé que los sonidos de la música se filtraran en mí cabeza. Tan pronto llegué a la línea cinco, estaba respirando pesadamente; en la línea siete me estaba enojando por todo esto. Finalmente llegue al final de la profunda línea diez y me impulse a mí mismo con todo lo que tenía. Una vez hecho fui hacia Bella, agarré sus piernas y la lance al agua. La oí gritar antes de que ambos fuéramos hundidos bajo el agua. Instintivamente, la sostuve alrededor de sus costillas y la tiré hacia arriba por aire. Ella jadeo y entonces comenzó a empujarme. Me reí y la sostuve más cerca, con mi mano izquierda levantada para agarrar la baranda debajo de la plataforma de inmersión y sosteniéndonos a ambos sobre el borde del agua. Sus brazos se envolvieron alrededor de mis hombros y pronto vi a Emmett tomando el sistema de sonido y dirigiéndose a la puerta. Jasper ya se había ido.
—Hola —mi voz era baja, mientras la apretaba contra mí. Ella se sentía deliciosa.
—Hola —su cara sonrojada otra vez y me reí.
—Así que, ¿cuál de ellos te metió en esto?
— ¿Me metió? Psh, yo quería venir. Emmett llamó, él dijo que tú estabas siendo difícil.
¿Difícil? ¿Así está llamando a esto?
—Difícil, es una forma de ponerlo. Yo odio la jodida rutina que ellos me están haciendo hacer. Jasper no me deja volver al ring para pelear.
—Pienso que deberías ser amable. Ellos sólo quieren ayudarte.
Yo refunfuñe y solté la barra sobre nosotros.
—Súbete a mi espalda.
Ella trepo sobre mí, sus brazos envolviéndose en mi cuello una vez más y sus piernas enganchándose en mi cintura. Podía sentir su calor a través del traje de baño e hizo que mi estómago se apretara de anticipación. Una vez estuvimos en el agua menos profunda, ella se soltó de mí y se impulsó a si misma lejos. Miré sobre mi hombro hacia ella; ella me estaba sonriendo dulcemente y flotando de espalda. Docenas de pensamientos se empujaban en mi mente, todos los cuales tenían que ver con cómo yo iba a sacarle el traje de baño.
—Ven aquí, Bella.
—No.
—Bella… he tenido un día muy duro, y quiero que vengas aquí.
—No.
Me acerque una pulgada hacia ella y hábilmente se alejó como un imán empujando un opuesto. La irritación que sentía ahora era todo por ella.
—Bella… —mi voz era baja y casi me estremecí del enojo con ella. Ella lo notó y sonrió. Sentí la tensión subir por mi espalda.
—Tendrás que atraparme primero.
Antes que pudiera contestarle, ella se giró y se sumergió bajo el agua. La observe mientras su forma se giraba nadando bajo la superficie de las ondulaciones y alcanzaba el borde de la piscina en el lugar más profundo. El hecho que yo tuviera que nadar de vuelta hasta allá realmente me molesto. Me empujé del piso y me dirigí hacia el lugar en que ella estaba esperando. Excepto que ella se había ido. Mire alrededor de la piscina para encontrarla vacía. Entonces sentí el agua goteando sobre mi cabeza. Miré hacia arriba para verla parada en la tabla de inmersión.
—Bella, ¿estas segura que esa es una buena idea? —mi enojo inicial había sido reemplazado por un poco de ansiedad.
Ella sólo empequeñeció los ojos hacia mí y se agacho para sentarse en el borde de la larga tabla.
—Bella esa cosa es realmente ligera, ten cuidado.
Le sonreí y ella se vengó bajando una de las tiras de su traje de baño sobre su hombro derecho. La miré y ella arqueo una ceja hacia mí. Me empujé a mí mismo fuera de la piscina, cuidadosamente para no balancear la tabla o provocar que ella cayera. Una vez que la alcance, ella levantó su mano y yo lentamente la jalé haciendo que se pusiera de pie conmigo. Le bajé la otra tira y la voltee, así ella estaba mirando hacia la piscina y yo tenía mí espalda en ella. Cayendo sobre mis rodillas en la dura superficie, baje su traje de baño hasta sus tobillos.
Yeah, mi rodilla derecha definitivamente esta adolorida, pero esto lo vale.
—Levanta tu pierna izquierda y ponla sobre la barra.
Oí su fuerte inspiración mientras lo hacía. Mis ojos buscaron los suyos. Yo sabía que estábamos en un lugar público, ella podía ser vista en cualquier momento, quería saber si ella estaba de acuerdo con esto. Estaba seguro como la mierda que de excitado.
—Esta frió —sus ojos mostraban disculpa y estaban nublados. Ella estaba tan excitada como yo.
—Déjame arreglar eso.
Con su pierna levantada, tuve una gloriosa vista de… Bella. Acaricie su abertura con mi dedo índice suavemente y observé como la punta brillaba con su humedad. La abrí con cuidado y lleve mis dedos rodeando su clítoris. Su rodilla se sacudió, lo cual me indicó que la abrazara. Mi brazo izquierdo se deslizó alrededor de su cintura y bese su estómago antes de hundirme en ella y lamer su clítoris. Su almizclada escancia estaba mezclada con el cloro y eso me recordó donde estábamos. Ella gimió y se agarró de mi pelo para estabilizarse.
Cuando era más joven y estaba en el colegio, nunca había disfrutado hacer esto. No era tan malo, pero no era algo que yo quisiera hacer. Los sonidos que hacia Bella cuando yo hacía esto me hacía querer venir por más. Ser capaz de hacerla acabar así, y entonces observarla caer incluso antes de que yo estuviera dentro de ella era apasionante. No mentiría al decir que lo hacía porque disfrutaba el acto mismo. Disfrutaba el saber que tenía ese control sobre su cuerpo; yo tenía el poder de hacerla acabar con mi boca.
Podía sentir que ella estaba cerca; sus caderas estaban temblando y sus gruñidos salían más rápido. Introduje dos dedos dentro de ella lentamente y comencé a empujarlos. Ella se sacudió y arrojó su cabeza hacia atrás. Mis ojos se levantaron para ver sus pechos sonrojados y su barbilla sobresaliendo mientras su liberación se acercaba. Cuando su cabeza cayó hacia atrás, miré a sus ojos y curve mis dedos mientras succionaba su clítoris en mi boca, tocándolo levemente con mis dientes. Ella respiró profundamente y sus ojos se cerraron mientras acababa en mi mano.
Tiré mi toalla desde la barra y empujé a Bella contra mi pecho antes de recostarla en la plataforma verde. La giré, así su espalda quedaba hacia mí y acaricié sus pechos.
—Ponte en cuatro. —mi voz era baja y fuerte. Ella tembló y obedeció, bajando lentamente hacia la toalla. Me congelé por un momento sólo observándola mientras ella esperaba mi próximo movimiento.
Ella era tan complaciente y dispuesta; el regocijo de dominarla, tomarla, poseerla… posesión se elevaba dentro de mí. Yo nunca dejaría a nadie más tener esto. Nunca.
Su culo estaba elevado y su espalda arqueada en una pecadora curva. Me arrodillé detrás de ella y golpeé suavemente el interior de sus muslos. Ella abrió más sus rodillas y yo gruñí. Acaricié con mis manos su culo antes de deslizarlas hacia su espalda y sus hombros. Cuando llegué a su cuello, deslicé mi mano derecha entre su pelo y lo tomé suavemente. Ella gimió y arqueo su espalda, la acción haciendo que mi polla se agitara. Con mi mano izquierda me guíe a mí mismo hacia su entrada y rápidamente empujé en ella.
Y a la vez toda la frustración dentro de mí se quebró y agarré su pelo más fuerte, mientras mi mano izquierda sostenía sus caderas. Mi cabeza cayo hacia atrás mientras me clavaba en ella tan fuerte como podía. Ella se sentía diferente en esta posición; más estrecha, apretada. Con cada empujé en su calor, mis bolas golpeando audiblemente y mis caderas golpeando su culo, me llevaba más cerca de liberar la tensión y frustración. Sus gemidos y gruñidos me incitaban y yo necesitaba volver a tener el control. Necesitaba hacer esto para nosotros, no sólo para mí. Mis dedos se movieron de su cabello y la tomé de los hombros mientras la mano en su cadera se deslizó más abajo para encontrar su clítoris. Mis caderas estaban moviéndose demasiado rápido y yo trate de ir más despacio, hacer el viaje más fácil pero la perdida de fricción era más de lo que podía soportar. La mano de Bella envolvió mi muñeca mientras ella movía mis dedos a su centro, y yo gemí sabiendo que ella lo quería también. Cada sacudida de mis caderas causaba que mis dedos se deslizaran sobre su clítoris y ella movía sus caderas hacia las mías.
—Edward… Edw… Oh, Dios, me… Edward por favor…
El ruego me ponía cada jodida vez. Sentí mis bolas apretarse y mi estómago contraerse. Mierda, me iba a venir.
—Bella, vamos nena. Dios, estoy tan cerca, tienes que venirte.
Pude sentir la cabeza de mi polla vibrando, mientras trataba de contenerme. Ella estaba jadeando, su cabeza colgaba y su cabello empapado salía de su amarre. Mis ojos estaban dirigidos hacia el punto donde estábamos unidos. Me observé a mí mismo deslizarme dentro y fuera de ella, su humedad empapando mi polla. Cerré mis ojos y me permití a mí mismo aguantar; ella estaba cerca, yo podía sentir sus piernas temblando y su espalda rígida. Ella estaba casi ahí y yo tenía que aguantar sólo por un momento más. Podía hacer esto.
Sin pensarlo, mis ojos se abrieron por si solos y miré hacia abajo para ver su redondo trasero, rojo en donde los huesos de mis caderas estaban golpeando en ella, liberé su hombro, trayendo mi mano derecha bajo el cachete izquierdo de su culo. Ella saltó y gimió. Pude sentirla tensándose todavía más. Yo estaba jodidamente cerca de llegar a ese punto y casi no me importaba si ella se venía o no. La vista de la marca de mi mano en su culo fue suficiente para provocarme.
—Por favor, Edward… hazlo otra vez.
Y en ese momento, no pude haber amado más a esta chica si alguien me pagaba. Levanté mi mano y golpeé su cachete derecho duro. Ella jadeó, gimiendo mientras su coño se apretaba a mí alrededor y finalmente lo solté. Gruñí y bombeé hasta que ya no pude más.
Nos quedamos ahí por un momento, recuperando nuestro aliento y calmando nuestra respiración. Ella me miró sobre su hombro y me sonrió. Suspire y reí antes de salir de ella. Se puso de pie y tomé la toalla envolviéndola en mi cintura. Ella levantó una ceja y yo me encogí de hombros.
—Tú luces mejor desnuda que yo.
Repentinamente, oí el sonido de las puertas chirriando al abrirse. Rápidamente agarré a Bella, y la escude, pero ella ya estaba tratando de cubrirse a sí misma y ambos nos lanzamos al agua.
Mis ojos se cerraron por el impacto en el agua, pero rápidamente los abrí buscándola a ella. Ella estaba justo a mi lado, su pelo fluyendo salvajemente alrededor de su cara y sus ojos cerrados fuertemente. Me acerqué y la tomé del brazo, jalándola hacia mí y tirándonos a ambos hacia la superficie. Mantuve su pecho contra el mío y limpie el agua en mis ojos antes de ver quien mierda había entrado.
La fuerte risa de Emmett reverbero a través de la habitación. Rodé mis ojos y presione a Bella más cerca de mí. Ella grito y envolvió sus brazos alrededor de mi torso mientras nos tiraba a ambos hacia el borde para que yo pudiera sostenernos mientras la sostenía contra mí.
— ¿Que mierda Emmett?
—Lo siento, Jasper me envió a buscarte. No voy a irme sin ti.
—Bueno, ¿puedes irte por un momento para dejar que Bella se vista?
—No puedo hacerlo amigo.
Bella se tensó en mis brazos mientras yo fulminé con la mirada a la sonriente cara de Emmett.
Bastardo.
—Date vuelta entonces.
Él se burló de mí y cruzo los brazos sobre su pecho.
—No estoy bromeando Emmett. Gírate por la mierda para que ella pueda salir a buscar su toalla.
Emmett resopló y rodó sus ojos antes de darse vuelta mirando hacia la puerta.
Levante a Bella y la ayudé a salir de la piscina antes de seguirla. Mi propia toalla estaba al fondo en lo más profundo ahora, y no tenía interés en traerla de vuelta. Recogí mis shorts y me los puse, mientras Bella rápidamente corrió por su toalla en las graderías y la había asegurado alrededor de su cuerpo justo antes de que Emmett se volteara.
—Vamos chicos, Jasper está justo en la otra habitación.
Apreté mis dientes y envolví mi brazo alrededor de la cintura de Bella, dándole una mirada que gritaba cuanto lo sentía. Ella se encogió de hombros, pero vi cuan roja estaba su cara.
La rubia cabeza de Jasper miró hacia arriba desde un montón de papeles que tenía en un portapeles mientras nosotros entrabamos a la pequeña oficina a través del pasillo desde el anexo de la piscina.
—Veo que te temperaste.
Rodeé mis ojos y Bella giró su cara hacia mi pecho. Los estados de ánimo de Jasper con Bella lo estaban poniendo en mi lista negra. En un minuto ella era su persona favorita, y entonces al próximo era como el enemigo. Mis ojos se estrecharon y él se encogió de hombros antes de volver a mirar los papeles.
—Comenzaremos a boxear el próximo lunes. Tengo tres tipos alineados para tu práctica. Aunque comenzaras lentamente. Quiero que tomes esto y lo cumplas.
Él me entregó un plan alimenticio. Le eche una ojeada y asentí. Nada nuevo. Bella le dio un vistazo y una pensativa mirada se puso en su cara.
— ¿Lo apruebas? la piqué.
Ella me miró con esos ojos cafés que centelleaban y mi broma se detuvo. No estaba seguro que pasaba con esta chica que me convertía en un escudo gigante pero yo no quería nada más que tomarla en mis brazos y sostenerla. Un tipo de impulso violento dentro de mí de mantenerla a salvo. La necesidad de envolverla en una tibia y mullida manta y alimentarla con chocolate caliente en frente de un abrazador fuego, era absolutamente ridículo.
Como ese gato de Shrek. Mmmmm gatito con botas…
Ella parpadeo y se giró tímidamente hacia mi pecho otra vez. Mis cejas se juntaron y la abrace hacia mí. Ahora ella parecía incomoda. Debía estarlo, con Emmett sorprendiéndonos.
Jasper carraspeo y lo miré, viendo sus acerados ojos azules que me miraban.
—Como estaba diciendo, necesitas seguir eso. Estaremos pesándote cada mañana. Comenzando el lunes, junto con el boxeo, estarás incrementando tu trote y estaremos trayendo sacos de boxeo. Así que mentalízate para eso. También necesitaras estar aquí a las cinco y treinta, entrenando hasta las tres. ¿Alguna pregunta?
Él estaba aumentando mis tiempos de entrenamiento. Nunca antes había tenido que hacer diez horas antes, nunca. No estaba de humor para preguntar por qué. Bella estaba claramente en una mala situación y quería llevarla a casa y limpiarnos a ambos…
—Ninguno. Te veo a primera hora el lunes en la mañana.
Le sonreí, pero fue forzado y pienso que él lo sabía.
Mis brazos estaban alrededor de los hombros de Bella, mientras yo prácticamente la saqué de la pequeña oficina. Justo antes de que la puerta se cerrara oí a Emmett riendo.
— ¡Bella! A propósito. ¡Lindas marcas de manos!
—Quería desesperadamente volver ahí y azotar su cabeza contra algo afilado… repetidamente. Pero llevarla lejos de él era una mejor opción. Cuando miré hacia abajo, ella tenía su cara aplastada contra mi hombro y yo podía ver que su frente tenía un saludable tono rojo. Riendo, la solté por un momento para tomar su traje de baño y nuestros bolsos. Una vez listos para irnos, tomé su mano y la saqué de ahí hacia la salida, al estacionamiento. Miré alrededor buscando su camioneta por un momento antes de mirarla interrogante.
—Alice me vino a dejar.
Asintiendo, la guie hacia el Volvo y la acomode en el asiento del pasajero antes de subirme y correr a casa.
Algo sobre nosotros necesitando ducharnos me tenía completamente excitado.
Me pregunte porque.
Septiembre 13
BPOV
El temido día de horror estaba sobre mí. Como la vil cosa que les ocurre una vez al mes a todas las mujeres, este evento una vez al año ha caído el día de hoy… mi cumpleaños. Angelitos acobardados y animales escapando a la seguridad del espeso bosque en este día. Mi columna se estremecía de anticipación de la cantidad de mierda que venía hacia mí en este fatídico y tormentosa fecha. Este día, que casi siempre sostenía algún tipo de maléfico poder sobre mí.
Hoy cumplía veintidós.
¡Yay, Para mí! Tenemos el botiquín listo, ¿verdad?
Septiembre trece, siempre ha tenido horribles connotaciones para mí, pero no por las razones que alguien podría pensar. Oh no, estoy de acuerdo con recibir regalos y comer pastel. Es sólo que desde que tenía cinco años, algo horrible siempre parece ocurrir en este día. Mi cumpleaños era como un episodio anual de "Destino Final", era mi vida o mi orgullo que buscaba la muerte, nunca lo sabría. Me apoyé en el sofá y miré la televisión, realmente no comprendiendo las imágenes o los sonidos, pero sólo mirando las escenas en la lustrosa pantalla plana como si sostuvieran las llaves de mi existencia en ellos. Dejé mi mente divagar hacia el infierno de mis cumpleaños pasados; la razón real de porque yo odiaba este día con una fiera pasión.
Todo comenzó en mi quinto cumpleaños, cuando el payaso me arrojó en mi pastel. Comenzó ahí porque esa fue la primera vez que yo puedo recordar tenerlo todo. Fue memorable, eso es seguro. Al pensar en ello ahora, el payaso probablemente debe haber estado borracho. En ese momento fue horrible pero ahora al pensar en ello, lo comprendo. Yo habría estado borracha también si hubiera tenido que vestir así y caer alrededor de un montón de niños y globos retorcidos.
En mi séptimo cumpleaños, yo estaba visitando a Charlie. Él me llevó a pescar. Fue divertido… hasta que terminé con aletas en las manos y el bote zozobrado. Y fue divertido, hasta el momento en que pude sentir el fondo del lago enredándose alrededor de mis piernas. Extrañas plantas acuáticas tratando de ahogarme en mi cumpleaños me dejaron algunos problemas con la piscina de la madre naturaleza.
En mi décimo cumpleaños, Renee me dio una bicicleta. Tenía rueditas de ayuda. Me rompí el brazo después de veinte minutos.
Para mi duodécimo cumpleaños, mi primer novio rompió conmigo. Él comenzó a salir con mi mejor amiga, Amanda. Mi mamá me regaló un bra push-up y me hizo abrirlo delante de todos. Séptimo grado apestaba mucho.
Cuando cumplí dieciséis, Renee pensó que sería algo fenomenal.
Dulces dieciséis mi culo.
Ella me vistió en este horrible vestido rosa y me envió al colegio con él. Fue bonito pero realmente no era para alguien de dieciséis; era demasiado corto y mostraba mi falta de senos. Fui felicitada todo el día. Si la gente era sincera o sólo sarcástica, no me podía importar menos; yo quería que el día se acabara. Cuando gimnasia se acabó y fue el momento de cambiarse en nuestra ropa usual, me quite el vestido tan rápido como pude.
Tironee el vestido tan rápido como pude. Recorrí todo el camino por el pasillo hacia la cafetería antes de darme cuenta que las risas estaban dirigidas a mí. Me imaginé que era por el vestido. Si, el vestido que no había bajado completamente sobre mi trasero. Todos en la escuela sabían ahora que yo prefería vestir ropa interior de las tortugas ninjas.
Cuando cumplí dieciocho, mi amiga Sara pensó que yo debería comenzar a fumar. Yo quería probarlo porque parecía divertido y ella juró que me relajaría y me quitaría los nervios. Así que me emborrache completamente y fume un paquete entero de cigarrillos. Pase el resto de la noche vomitando. En la mañana mi garganta estaba irritada del esfuerzo de vomitar y por fumar, y mi cabeza dolía tanto que no pude ir al colegio.
¡Gracias Sara!
Cuando cumplí veinte, Phil… bien, Phil me compró un atuendo un tanto inapropiado. Sin necesidad de decir, fue una experiencia penosa. Una de la cual mi madre hasta este día no sabe nada y yo tiemblo cuando pienso en lo que esa pequeña caja gris había contenido.
Y los pequeños pero aún terroríficos eventos entre esos cumpleaños se extendían desde comida en mal estado, viruela, romper mi tobillo, y toda la mierda que parecía conllevar la celebración de mi nacimiento.
Así que mientras no tengo nada en contra de obtener regalos y celebrar el cumplir años, es la connotación que tengo por este evento. Y el hecho que esto sería el primer cumpleaños no compartido con mi familia.
Renee no estaba aquí tonta y frívolamente alrededor de pasteles y globos. Ella no estaría aquí para abrazarme y decirme que no importaba, que yo aún era su bebita. Charlie no estaba aquí para encantarme para ir pescar u observar un juego de basura. Nadie estaría alrededor con el nueve once en marcación rápida, subsecuentemente esperando por mi fallecimiento en manos de velas y ataduras de globos. Nadie estaría llevándome al hospital rápidamente mientras la maldición del cumpleaños se cernía sobre mí.
Era extraño finalmente sentir como si yo estuviera viviendo en este mundo adulto. Estaba aliviada pero también triste de saber que yo estaba en este punto de mi vida.
…Y que yo misma tendría que llamar la ambulancia.
Por primera vez en casi un año, me pregunté que estaría haciendo Renee. Me pregunté si ella estaba pensando acerca de mi cumpleaños, o si ella lo había olvidado. Si no estuviera el recordatorio en el calendario ella en general lo olvidaría. Yo sé que mi madre me ama, pero ella no era alguien que recordara fechas. Pensé de nuevo en las razones por las que me fui. ¿Lo recordaría Charlie? ¿Se preguntaría donde enviar la tarjeta? ¿O él ya lo había olvidado también? Mis pensamientos se detuvieron en el recuerdo de mis padres, y yo estaba un poco preocupada de cómo no podía recordar sus rostros. Parecía estar estancada en fotos antiguas de ellos, que había memorizado, y con esa triste recuerdo, me di cuenta que no tenía fotos a la cuales mirar. No tenía recuerdos de mi niñez. Tenía las ropas que llevaba puesta y el contenido de mi cartera cuando dejé a Renee. Y no ser lo suficientemente sentimental de llevar fotos en mi billetera, me dejo sólo con mis memorias.
Tristemente depresivo.
La única tradición que mantenía fuerte todos mis cumpleaños era la vela. Siempre había sólo una vela. Renee siempre decía que era porque mi primer cumpleaños era el momento en que ella se dio cuenta cuan monumentalmente importante yo era para ella. Me sentí un poco enfadada que le tomara todo un año para que ella se diera cuenta. Pero era Renee, y se supone que debería sentirme feliz, que ella se diera cuenta después de todo. Así que una vela se volvió una tradición para mí y sin importar como lucia mi pastel y cuan mayor yo era, siempre había una llama al medio. Siempre era amarilla y siempre era una que tenía un diseño arremolinado. Renee siempre se paraba detrás de mí cuando era el momento de soplar y decir algo junto con las frases de "Pide un deseo y sopla querida, o tendrás un año completo de mala suerte." Siempre tan supersticiosa de mala suerte, ella clamaba que soplar hacia el fuego, aseguraría la felicidad y buena suerte. En mis veinte, yo me burlaba internamente mientras soplaba la vela con Phil parado justo a mi lado.
Restregar esa vela encendida en su cara me habría llevado más lejos.
Con un encontrado nuevo sentido de determinación, me saqué a mí misma del sillón y me arrastre a la cocina. Era yo después de todo, cansada de toda esa mierda y avanzando con mi vida mi vida con Edward. Quien aún estaba con Jasper y Emmett, haciendo Dios sabe que a estas irreligiosas horas. ¿Quién mierda va a entrenar a las nueve de la noche? Jasper realmente estaba comenzando a molestarme. Ceñuda, pensé acerca de todas las cosas que él podría estar haciendo además de entrenar. Bastardo, es mejor que este en el gimnasio y no tomando un happy hour.
Confiamos en Edward. Edward es asombroso.
Tiempo de mantra.
Ohmmmmm, Edward te da pensamientos felices y orgasmos.
Ohmmmmm, Edward y su enorme polla son nuestros amigos.
Ohmmmmm, Edward tiene hermoso cabello y musculosos brazos y un lindo culo y él es alto y te cuida.
Ohmmmmm, Edward patearía al sucio… de Phil…
Estas lista ahora.
Sacudí mi cabeza a mi estúpida diatriba y comencé a abrir cajones y a buscar ingredientes, rápidamente llegando a la conclusión que no tenía que demorarme en hacer un pastel. Tomar la formar fácil, tome la bolsa de mezcla para brownies que oculte en la despensa, precalenté el horno, y saque los huevos y aceite vegetal, resolviendo hacer yo misma, brownies de cumpleaños. Después de mezclar y porcionar la mezcla en un molde para hornear nuevo, cortesía de Edward, "mi cuidador de polla grande" mientras mi monologo interno le gustaba llamarlo así. No voy a mentir, no he visto muchas pollas en mi vida… quizás cinco o seis, pero Edward tenía la ventaja en circunferencia… y tamaño… y dureza… y, ¿cuándo tiempo tienen que estar en el horno esos brownies?
Edward pene largo. Sabes que es cierto.
Una explosión de histeria escapo de mis labios y yo sabía que debía parecer loca, parada en frente del horno, carcajeándome como hiena.
Algunas veces el Prozac parece buena idea.
Cuando el temporizador del horno sonó, busque una toalla para secar platos y saqué mis brownies de chocolates de él y los puse a enfriar. Busque por los cajones las pequeñas cajas de velas que había visto. Edward, por alguna razón tenía un cajón en la cocina, diseñado para guardar pilas, notas adhesivas, lápices, pinzas para ropa, como también un surtido de extraños ítems porque era una cosa que Edward haría. Mostraba un lado de su personalidad que yo no podía evitar amar.
Tiré con fuerza para abrir el cajón como un pirata buscando un cofre del tesoro y excave buscando la pequeña caja blanca de palos de cera. Una vez los tuve, note que eran pequeños tallos de velas azules; mucho más delgadas que mis tradicionales velas amarillas, es opuestamente espectral. La ironía no me paso por alto. Encontrar algo para encender fuego sería más difícil. Después de saquear el living, el dormitorio y finalmente la oficina de Edward, descubrí una pequeña caja de fósforos en el baño. Porque en el baño, no tengo otra pista que… es Edward.
Con innecesario cuidado, corte un pequeño cuadrado de brownies (con un cuchillo para mantequilla, no hay necesidad de tentar al destino) y lo deje caer pesadamente en mi minúsculo plato. Puse la vela en el centro, arriba en la esquina derecha. Mi vida ya no estaba centrada de toda forma. Honestamente, además de la falta de familia, esto era posiblemente el mejor cumpleaños. De seguro un poquito deprimente, pero yo no estaba avergonzada, confundida, o enojada. No tenía ningún hueso roto y no había gente revoloteando a mí alrededor. Era perfecto. Si sólo Edward estuviera aquí para que pudiéramos tener algo de sexo brownie… pero aún quedaba el resto del molde y él estaría en casa más tarde.
No olvides el helado en el freezer. Nada acompaña mejor un brownie tibio que algo de helado de vainilla… sobre todo en su pecho… y en ese largo pene que tiene.
Otra risa escapo de mis labios y moví mi cabeza para aclarar mi cabeza, antes de que cuidadosamente encendiera el fosforo y entonces mi vela. Con mi suerte en los cumpleaños, yo tenía una buena chance de incendiar mi pelo. La observe por un momento mientras la cera azul se derretía y corría por la vela y apreté mis labios con resignación.
Era demasiado devastadoramente horrible de mi parte, desear que Edward estuviera aquí ahora. Significaba demasiado para mí el desear que él entrara en este momento exacto para verme soplando esta vela, por el torrente de emociones que me atravesaban. Uno; nunca le dije que era mi cumpleaños y sería una perra al asumir que él sólo lo sabría. Dos; la culpa que él pudiera sentir al no tenerme un regalo era una mierda. El hecho de que yo realmente no quería un regalo era otra razón de que mi loca bipolaridad no me dejaba darme cuenta que mientras yo no quería un regalo, aún quería uno.
Rodando mis ojos, miré cuanta cera quedaba hasta que mi brownie se incendiara sólo. Apretando mis dientes, cerré con fuerza mis ojos y soplé la llama.
"Deseo que Edward y yo tengamos un final feliz. Deseo que yo tuviera la fuerza de ser honesta con él".
Mis ojos se abrieron y miré hacia la vela a sólo centímetros de acabarse antes de que tocara la confección en la que estaba enterrada. El humo se elevó directamente a mi cara y yo inhale la esencia de la quemazón de la cera y mecha baratas. Observe las olas de humo mientras se elevaban y disipaban. Yo siempre había pensado que era una cosa bonita de observar, incluso cuando niña me fascinaba. Esperaría cada vez para que el humo dejara de ondular antes de sacar la vela. La esencia era familiar y diferente al olor de una vela regular. Era distinto en mi mente al "olor de vela de cumpleaños". Me envió un momento de nostalgia a través de mí, cuando tome una gran bocanada. Veintidós años de soplar velas.
Jodidamente sentimental sobre un específico olor a humo. Uh huh. ¡Hey! ¿Puedo tener un repuesto a mi prescripción de Prozac aquí? Gracias.
Saqué el pequeño tuvo de cera desde su esquina en el brownie y lo dejé en el mesón para enfriarlo antes de arrojarlo a la basura. Mis dedos temblaban mientras ellos recogían el simbólico cuadrado café de cumpleaños y tomé un gran y saludable bocado, mis ojos se cerraron y levante mi barbilla para saborear el momento. Aún estaba tibio y suave, casi no completamente cocinado. Esencialmente, era el brownie perfecto. Descuartice el resto y tomé un gran sorbo de leche directamente de la caja antes de limpiar mi desastre de cumpleaños. Lave el bowl y deje enfriar los brownies.
Edward nunca sabría que algo era diferente. Yo horneaba cosas todo el tiempo. Mis ojos atraparon el cabo de cera azul y lo recogí, pensando por un momento en quedármelo como un recordatorio o no, antes de pisar el pedal del basurero y levantara la tapa. Lo tiré a la basura pensando en cuan tonta me había vuelto con cosas tontas como velas. Mi mente se agitó sobre la obsesión con la cocina y pensé en como necesitaría sacar la basura mañana ya que estaba llenándose. Suspirando, recorrí la cocina y estuve feliz de ver que no había evidencia de lo que fuera que había ocurrido.
Regresando al sofá, recogí mi guía de televisión y encontré una repetición de la Isla de Guilligan para ayudarme a relajar.
Mi mente se dirigió a Edward y me pregunté lo que él estaría haciendo justo ahora. Yo podía verlo reposando en la oficina de Emmett con Jasper. Los tres riendo sobre algo estúpido o concentrándose en hacer otra rutina o calendario. Ellos podían haber estado hablando acerca de estrategia o como Edward estaba progresando con su entrenamiento. Sonreí a mí misma pensando en cómo lucia Edward concentrado siempre que estaba trabajando y oyendo los comentarios y estímulos en voz baja de Jasper. Él siempre era tan determinado cuando se trataba de superarse.
Mi mente se dirigió a Emmett llamándome y pidiéndome que fuera al Ring con un traje de baño y una toalla. Él dijo que Edward estaba siendo difícil y que yo era la única persona que podía ayudarlo. Me reí, dándome cuenta en el momento que él menciono una piscina, que mi rol iba a ser exactamente estar y no poder negar que me había enviado una conocida corriente sabiendo lo que iba a ocurrir. Mis mejillas se sonrojaron pensando en nuestro tiempo en la plataforma de inmersión. Mis palmas aún estaban un poco ásperas por el abrasivo revestimiento, pero lo valía. Nunca había sido tomada en esa posición antes y fue asombroso.
Más pronto de lo que espere mis ojos estaban cerrándose y era casi un muerto viviente. Antes de que ya no oyera la voz de Ginger, me pregunte…
¿Dónde estás Edward?
EPOV
Jasper iba a tener que pagar maliciosamente por esta cagada. Llamándome al ring a las siete de la tarde para revisar las tablas estaba sólo siendo una estupidez. Él sabía que yo quería estar en casa con Bella esta noche. Él sabía en el momento en que lo mencione como ella estaba sintiéndose apagada esta mañana y que yo estaba preocupado por ella. Ella había tenido una pesadilla la noche antes, particularmente ruda, y yo estaba sintiéndome enfermo de no saber que mierda estaba mal con ella. Por primera vez desde que habíamos estado durmiendo juntos, ella había hablado en su inconsciencia. Ella solamente pronuncio tres palabras, pero que fueron suficientes para hacer que mi sangre se congelara…
"Edward… sálvame."
Su voz estaba adormilada pero ella fue clara como una campanada y sentí el familiar tirón en mi pecho cuando la oí. Tan valiente cuando ella estaba despierta y tan jodidamente vulnerable en sus sueños. ¿Por qué ella estaba soñando conmigo? ¿De qué se suponía que la salvara? ¿Por qué ella no sólo me decía que la asustaba? Mi mente recorría los diferentes escenarios de lo que podría haber pasado y que causaba que ella dejara a su familia a tan corta edad. Aunque, ¿era yo diferente? Yo me fui por razones estúpidas pero en ese momento ellas habían significado todo. Mi orgullo era todo lo que tenía cuando me había alejado de la casa de mis padres y pronuncie esas fatídicas palabras finales...
"Jódanse los dos." Murmure en voz baja con un dejo de irónico arrepentimiento.
Yo era jodidamente verde entonces. Pise el acelerador más fuerte mientras mis ojos miraban al reloj otra vez. Las diez treinta y cinco.
Apreté mis dientes y pensé en todas las formas en que jodería el mundo de Jasper la próxima vez que lo viera. Él me había llevado engañado a su oficina con promesas de que serían sólo diez minutos de conversación que subsecuentemente duraron horas. Asentí y gruñí mi entendimiento cuando él hablo acerca de la importancia de mi dieta, mientras él cuidadosamente arrojaba indirectas acerca de cómo cocinaba Bella y su falta de cuidado por el progreso de mi entrenamiento. Así que le respondí de vuelta, no sutilmente, acerca de cómo ella había tomado su estúpido plan de alimentación y lo había seguido al pie de la letra. Mi paciencia se estaba agotando cuando se trataba de Jasper y su rutina de frio y caliente. Él alababa a Bella como persona y destrozaba como mi novia. No necesitaba ser un jodido psiquiatra para saber de dónde venía todo esto.
Pero Bella no era María, y yo no iba a cometer su error. Yo sabía cómo me sentía acerca de Bella. Expresar esas tres mortales palabras era mi único defecto cuando se trataba de mi certeza, acerca de nuestra relación. No era como si yo no sintiera amor por ella. Lo hacía, en cantidades masivas, pero decirlo en voz alta se estaba volviendo más difícil cada día que no lo hacía y cada momento en el que quería. Cuando el momento parecía perfecto, las palabras parecían atascadas en mi garganta, rehusándose a salir. Y cada vez que veía su cara descomponerse, sólo un poquito, sabiendo que yo no iba a decirlo, me mataba.
Tres jodidas palabras y tú no puedes hacerlo. Esto es la única cosa que te hace un hombre. El miedo al compromiso.
E incluso si no fuera un compromiso. Yo estaba comprometido con Bella. Ella me tenía, en corazón y alma. Era el pensamiento de hacer el amor real y entonces robárselo era lo que yo temía... en un mes y medio yo tenía la real posibilidad de entrar a un ring con un sociópata y no volver a salir otra vez. ¿Cómo podía dejarla así?
"Te amo Bella, ahora voy a ir a ese ring y podría morir… pero te amo."
Oh, si eso es valioso. Al menos al omitir esas palabras yo podía evitarle esa situación. Yo le mostraría a ella que la amaba y nunca le daría la evidencia concreta de lo que ella necesitaba. Así que si un día no volvía, ella era libre de borrar una relación sin importancia. Los problemas de Jasper eran nada en comparación a los míos.
Sabía que mi razonamiento era al menos débil, pero era la única cosa que evitaba que caminara a la oficina de Emmett y le dijera que no volvería. Era la única cosa que me evitaba pensar en volver al colegio y entretenerme en un trabajo real, una vida real, una seguridad real. Yo no era pobre de ninguna manera. Trabajaba duro, castigando mi cuerpo al límite por cada dólar que ganaba y no vivía una vida descuidada. Yo ahorraba, por Dios yo ahorre. Pero esas tres palabras, dichas en voz alta… esas tres palabras que harían su cara brillar y su sonrisa enceguecer eran las tres palabras que robarían mi sanidad. No podía hacerlo. Era un cobarde y un estúpido egoísta por ello. Ella se merecía más pero, ¿podría yo dejarla ir?
Mierda no.
Preferiría morir en el ring a dejarla ir. Y eso es exactamente lo que estaba planeando hacer. Ir hasta morir. Razonablemente, yo sabía que en algún punto ella me confrontaría acerca de la situación. Bien, así que yo sabía que ella no lo haría, ella me amaba mucho. Y si hubiera otra forma, yo tampoco presionaría con el tema tampoco. Ella usaba su inseguridad en su contra en este tema lo cual sólo me hacía más que un imbécil. Ella no me presionaría, o forzaría una confesión de amor de mí porque ella lo sabía. Ella sabía que yo jodidamente la amaba y sabía que le daría mi bola izquierda sin pensarlo. Mierda ella prácticamente tenia mis bolas en su bolsillo.
Nosotros sabemos. Tú claramente actúas como si no tuvieras testículos.
Finalmente, me estacione en el único espacio vacío en frente al apartamento y corrí a las escaleras, a ella. Porque ahí es donde yo realmente quería estar; no mi hogar, no mi cama… yo iba hacia ella. Y era la cosa más emocionante, saber que no importaba donde estuviéramos, ella estaba ahí. Era esa tibia confusa verdad que había conquistado la rabia dentro de mí.
Subiendo las escaleras de a dos peldaños, finalmente llegue a la puerta y me detuve, asegurándome de estar tan tranquilo como era posible en caso de que ella ya estuviera dormida. Una vez dentro oí los bajos sonidos de "Mi bella genio" viniendo desde el living. Caminé despacio hacia el sillón, lentamente y sonreí a su pacifico rostro. Ella estaba durmiendo profundamente por una vez, y yo no tenía intención de despertarla. La manta yacía en el piso a su lado y sus brazos estaban echados hacia atrás sobre su cabeza como un niño. Sus labios entreabiertos levemente mientras ella respiraba tranquilamente y sus pestañas revoloteaban gentilmente sobre sus mejillas. Sonreí y la observe por un momento antes de que mi estómago gruñera. Fruncí el ceño y me devolví a la cocina. Tan pronto me paré cerca del mesón olí el chocolate y me congelé al ver los brownies dejados en la cocina.
Parecía un poco extraño que ella los hubiera hecho, considerando que yo no podía comer nada dulce. Pero para racionalizar el pensamiento, Bella amaba hornear y no era tan irracional que ella los hubiera hecho. Me encogí de hombros y abrí el refrigerador, buscando un batido de proteína que tuviera sabor a frambuesas y abrí la tapa. Antes de que llegara a mi boca, sentí el olor a algo desconocido. Algo levemente más fuerte que el dulzón aroma de los brownies.
Humo.
Repentinamente me tense. Bella nunca quemaba nada. Ella era meticulosa cuando se trataba de cocinar. Busque alrededor de la cocina para detectar desde donde podría venir el aroma, para ver sólo los limpios mesones y el lavaplatos vacío. Tomé la bebida de un sólo trago y camine hacia el basurero. Cuando mi pie bajo el pedal y la tapa se levantó, miré abajo esperando ver desechos o algo… quemado, sólo para ver la corta vela azul que había sido quemada casi completa. La reconocí de inmediato. Las había comprado para el cumpleaños de Emmett hacía dos años, pero nunca las usamos. Alice ya tenía un pastel para él con brillantes velas puestas. Y yo las había tirado al cajón sin pensar de nuevo en ellas. Mis dedos recogieron delicadamente la cera usada y la giré en mis dedos, reflexionando sobre las intenciones al sostenerla.
Repase mi calendario interno y conté los cumpleaños de Emmett y Jasper. Era imposible que yo no supiera acerca del de Alice. Ella se aseguraba que el edificio completo lo supiera. Eso dejaba a una persona.
Bella.
Me quede congelado por un momento mirando la pequeña pieza azul de evidencia. Seguramente, yo estaba equivocado. Miré hacia el molde de brownies y camine hacia allá cuidadosamente, la botella vacía aún en mi mano y la vela en la otra. Sospechosamente faltaba un cuadrado. Inhalando controladamente, bote la vela y el envase vacío a la basura, antes de moverme cuidadosamente hacia el living. Miré un momento a su dormida forma antes de resolver curiosear donde yo no debía hacerlo. Tomé su cartera desde la mesita de café y la lleve a mi oficina. Me sentí como un ladrón. Una vez localice su billetera, volteé su licencia de conducir y miré en ella. Era una licencia de Arizona y me tomó un momento localizar su fecha de nacimiento, sin embargo una vez lo hice, esos deslumbrantes números rojos confirmaron mis sospechas. Mis ojos se dirigieron al calendario de mesa y apreté fuertemente mis ojos.
Bella había cumplido veintidós hoy.
Apreté con fuerza la tarjeta plástica, sintiendo sus afilados bordes cortando en mi palma, antes de enterrarla de vuelta en su espacio y arrojando la billetera en su cartera. Después de poner la ofensiva bolsa en la mesita del café, la miré. ¿Cómo mierda ella no dijo nada? ¿Realmente podría estar enojado con ella por eso? Jodidamente nunca pregunté.
Mierda, nunca pregunté.
Aparentemente mi estupidez no conocía límites después de todo. Maravilloso. Balancee mi peso de un pie al otro mientras miraba alrededor del apartamento. Mis manos puestas firmemente en mis caderas en un intento de evitar romper algo. Estaba violentamente molesto más allá de creer que lo había jodido monumentalmente. Por supuesto ella estaba deprimida esta mañana, era su jodido cumpleaños y yo no dije una mierda. Debería haberle dicho a Jasper que se metiera su reunión en el culo. En el único jodido día que yo debería haber estado en casa, la había dejado sola. El único jodido día que debería haber puesto atención a su humor y falle.
Con una sarta de palabrotas en voz baja, saque las llaves de mi auto de la mesa del pasillo y deje el apartamento, cerrando la puerta tan silenciosamente como era posible. Una vez dentro de la seguridad del Volvo deje salir mi frustración… en el volante. Mi palma golpeo repetidamente el aro de cuero con fuerza y cuando temí haberlo dañado demasiado lo cambie por la consola. Oí el plástico sonar bajo mí asalto, pero no crujió. Apretando mis dientes debido a mi impotencia, enterré con fuerza la llave en el encendido y la giré con saña. Salí del estacionamiento con la intención de… hacer Dios sabe qué. Conduje por casi treinta minutos antes de llegar a la conclusión de que no era demasiado tarde para arreglar esto. Podía arreglar esto.
Mientras me estacionaba en una tienda abierta las veinticuatro horas mi teléfono comenzó a vibrar en el bolsillo de mi chaqueta. Lo saque y miré la pantalla. La sonriente cara de Bella se expandió en la pantalla y deje caer mi cabeza en irritación. Finalmente decidiendo contestar, toque el botón verde y sostuve el teléfono sobre mi oído.
— ¿Si? —hice una mueca al duro tono de mi voz.
Hubo silencio por un momento antes que ella hablara.
— ¿Edward?
— ¿Si Bella? —respondí con una controlada respuesta que hablaba volúmenes de mi impaciencia.
—Um, no quise… molestar mientras estas con Jasper, pero sólo me estaba preguntando… si tú estabas bien, porque es tarde y no lo sabía. Tú sabes, lo siento, esto fue estúpido yo no debería haber llamado. Lo siento, te dejo.
Cerré mis ojos derrotado. Si era posible hacerme sentir aún más como una mierda, yo encontraría la forma.
—Lo siento nena, no quise hablarte así. Estaré en casa pronto, ¿okay? Sólo dame otra media hora y estaré ahí.
—No te apresures Edward. No es gran cosa, sólo estaba preocupada eso es todo.
Y mi pecho se apretó mientras el pitón de culpa me iba a matar. "No es gran cosa…" Era una enorme cosa.
—Bella, nena… Yo… yo estaré en casa pronto. ¿Trataras de estar en pie para mí?
—Por supuesto Edward. Por favor no te apresures en llegar; estoy segura de que Jasper no estará muy feliz conmigo robando todo tu tiempo. Te dejo ahora, ¿okay?
Suspirando, asentí, como si ella pudiera verme
—Está bien, te veré dentro de poco.
—Okay… mmm… adiós.
—Adiós.
Aún su adiós estaba plagado con ese extrañado "Te amo"
Que jodido imbécil.
Gruñendo, deslice el teléfono de vuelta a mi bolsillo y entre a la tienda. Fui rápidamente a la panadería y vi los tipos de pasteles. Pero mientras más miraba, más me debatía en comprar uno. Ella había hecho brownies… ¿comprarle un pastel sería incorrecto ahora? Elegí un pequeño pastel que podría razonablemente ser compartido entre dos personas sólo miré hacia el mostrador de licores. Todo el vino y champagne parecía demasiado barato, entonces recordé que quizás ellos mantenían las cosas buenas con llave frente a los cigarros. Mientras hice mi camino hacia la caja, pase una pequeña sección de artículos de colegio me paré. Sin pensarlo dos veces, agarre tres Diarios de composición negros, los más bonitos que tenían, y un paquete de esos estúpidos lápices "Bic" que ella amaba demoler entre sus dientes. Había un rollo de papel café para envolver en el estante de abajo y también lo tomé, junto con unas tijeras y cinta. Era una mierda pero serviría. Era mejor que presentarse con una bolsa plástica.
Una vez en la caja, le pedí a la chica una botella de Cristal. Me encogí cuando ella me pidió la licencia de conducir, pensando en mi traición, pero pagando con gusto el elevado precio por la botella. Lo valía. Lo valía completamente. Ella embolso la fría botella y me la paso con una cautelosa mirada.
Con mis paquetes asegurados, regrese al auto y rápidamente aparte la bolsa con el papel de envolver y los diarios. Era una mezcolanza aterradora de papel café y cinta. Nunca podía recordar como envolver bien las cosas. Después de tres intentos envolví los diarios y lápices, me rendí y sólo giré el papel y lo pegue como un jodido saco. Después de la pérdida de tiempo y papel, corrí de vuelta a casa, orando estar haciendo lo correcto. Mientras más me acercaba al apartamento mi ansiedad más se elevaba. ¿Ella vería a través de mí? ¿Sabría que miré en su cartera? ¿Estaría molesta por eso? ¿Se podía arreglar?
En el momento en que volví a estacionarme en el mismo espacio vacío, mis manos estaban sudando y yo no podía evitar pensar, como continuaba fallando miserablemente en toda esta cosa y cuantas veces más yo podría afrontar el joderlo antes de que Bella hubiera tenido suficiente. Mientras el lado razonable de mi mente estaba diciéndome que ella no iba a dejarme por olvidar su cumpleaños, que yo no sabía de el en primer lugar, la parte insegura de mi cerebro estaba gritándome improperios y diciéndome que sólo terminara con mi patética existencia.
Sólo bebe el jodido Kool-Aid y termina con esto.
Gruñendo, alcance hacía del asiento trasero mi paquete de regalos sorpresa de cumpleaños y caminé los pasos hacia mi muerte inminente. No como antes, tomé los peldaños de uno a la vez y mientras más lejos iba, la gravedad parecía pesarme. La situación en la que yo estaba entrando era aterradora como la mierda y el entretenido pensamiento de dejar tiradas las bolsas de mierda y continuar como si yo no supiera en realidad de su cumpleaños, lo cual me hacía sentir aún más como la mierda de lo que yo ya me sentía sólo de pensarlo, si eso era posible. Mi mano tembló mientras trataba de poner la llave en la chapa de la puerta y tentativamente puse un pie dentro, mis ojos observando alrededor en busca de Bella. Caminé más allá hacia el living, robóticamente. Realmente no comprendía nada a este punto, más que los movimientos que yo sabía tenía que hacer. Cuando la vi sentada en el sillón con una expresión en su cara, casi no pude descifrarla, sentí toda la preocupación correr por mí y resurgir la rabia.
Estar enojado con Bella se sentía equivocado. No importaba porque estaba enojado, con motivo o no, se sentía incorrecto estar nada, excepto feliz con ella. Me ponía fuera de control cuando me sentía de esta forma y no como las otras veces en que me sentí frustrado por sus acciones, esta vez no fue así, donde yo sólo pude alejar las emociones. Tenía que pisar cuidadosamente aquí y mantener la rabia dentro de su caja con tapa suelta. Tenía que permanecer en control de esto por su bien y el mío.
Ella me dio una pequeña sonrisa, ella sabía que algo estaba mal. Estoy seguro que mi expresión, cualquiera que fuera, le había mostrado mucho.
—Feliz Cumpleaños.
Ella palideció a mis palabras y rápidamente hundió su cabeza, escudando sus ojos de mí. Sentí la roja neblina estallar momentáneamente antes de volver a echarla atrás.
Siempre enojándome tanto con estúpidas mierdas.
—Bella… ¿porque no me dijiste?
Ella sollozo un poquito y levantó sus hombros. Yo sabía que ella estaba a punto de llorar. Casi podía oler sus lágrimas como si fueran compuertas tangibles. Suspiré y puse las bolsas en la mesita de café antes de tirarla a mis brazos y acomodándome en el sillón con ella en mi regazo, donde ella automáticamente se acomodó y presiono su cara en mi cuello.
—Bella nena, ¿porque no me dijiste que era tu cumpleaños? Yo debería haber preguntado… pero tú podrías habérmelo dicho. Soy una mierda en toda esta cosa de novios —murmure la última parte bajo mi aliento.
Acaricie su cabello y sobe su espalda, mostrándole que no estaba enojado, sólo confundido y trate de transmitir todo mi amor y cariño en los gestos y esperé que ella lo notara.
—T… tú no eres una mierda en ello. Tú eres… —hipo…—. Él mejor. ¿Cómo… lo averiguaste?
Oh Mierda. Así que me imaginé como podría pasar por alto su pregunta sólo disparándole preguntas a ella… quizás confundiéndola para que no viera que yo mismo también había participado en alguna traición, porque Dios sabe que tener la discusión acerca de husmear en su cartera no era algo que yo quería hacer en este momento. Mi mano se detuvo a media caricia en su pelo.
Desvíalo, ¡mierda! Mientras más larga la pausa más culpable pareces.
—Tú no contestaste mi pregunta.
Ella sollozo y giró su cabeza de mi cuello para contestarme.
—En realidad no lo hice y honestamente no lo recordé hasta esta mañana cuando vi el calendario. Yo… como que odio mi cumpleaños así que quiero decir, no es como que lo espero con ansias o algo así. Lo siento, no quise hacerte sentir culpable o mantenerlo en secreto ni nada.
Ella balbuceo y yo suspiré internamente. Ella lo había olvidado también. Eso me hizo sentir mejor.
— ¿Porque no te gusta tu cumpleaños?
Ella dejó salir una risa frenética, que me tuvo levemente preocupado por su sanidad y entonces aspiro profundamente.
—Oh, bien veamos. Payasos vomitando, chicos rompiendo conmigo, gente viendo mis bragas, romperme el brazo, peste, mi madre yéndose de viaje, jodido pasto de lago… esto probablemente no te haga mucho sentido, pero estoy maldita cuando se trata de mi cumpleaños. Hoy pensé que podría llegar a medianoche sin que algo pasara… estaba equivocada. Tú no tenías que comprarme nada. No es gran cosa.
Y entonces la culpa me embargo, fresca y salada en mi herido corazón y la apreté hacia mí. La culpa rápidamente fue reemplazada por rabia mientras yo dejaba que sus últimas palabras se filtraran en mi cabeza. Era un enorme y jodido asunto. Mis dedos se curvaron en apretados puños, mientras yo trataba de mantener mi compostura. Aquí era donde todo se empezaba a complicar. Yo tenía que ser comprensivo; tenía que pensar porque ella no querría celebrar hoy. Hacia más fácil liberar la tensión que estaba sintiendo. Por supuesto habría algo malo en sus recuerdos de sus cumpleaños. Que persona no mencionaría la fecha si ellos en realidad lo disfrutaran. Moví mi cabeza, con toda esta situación y la apoye de vuelta en los cojines del sillón. Ella me miró con curiosidad y apreté su rodilla para dejarle saber que estaba bien.
Me saque la chaqueta y me incliné hacia delante, escarbando en las bolsas en la mesa de café para mi primera orden de negocios. Saque el pastel de la caja y quite la tapa de claro plástico apoyándolo en la mesa. Repentinamente me di cuenta que había olvidado las velas como el inútil que soy. Ella no se molestaría si yo uso las azules otra vez, ¿cierto? Jesús, espero que hayan veintidós de ellas en la caja. Camine a la cocina y abrí con fuerza el cajón buscando la caja y mirando por arriba para contarlas. Mierda, diecinueve. Okay así que improvisaremos… busque alrededor por algo que yo pudiera usar como tres velas más, pero no había nada, yo nunca compraba velas. Tomé los fósforos y volví rápidamente al living, esperando tener el crédito por intentarlo y me senté en el sillón. Trate de ser discreto acerca del jadeo que estaba tratando de disimular, tratando de ganar compostura para no joder esto. Bella me observó con amplios ojos y trate de sonreírle. Esto era como una escena de una película donde yo sentía como que debería estar extendiendo el pastel más que iluminándolo.
Saque las velas de mi palma y las puse en mi regazo y tome la primer y la puse en el medio del pastel cuando la mano de Bella tomo mi muñeca.
—No, no en el medio… y sólo una. Yo sólo necesito una vela.
—Pero…
— ¿Por favor Edward? Es sólo… es como mi madre siempre lo hacía.
Ese era el fin de esto. Miré sobre el redondo pastel y decidí ponerla arriba en la esquina derecha donde había más espacio asignado y lejos de la cursiva de "Feliz cumpleaños" y la miré para ver su reacción. La sonrisa genuina me tomó por sorpresa y me encontré a mí mismo sonriendo de vuela. Me dio la confianza que necesitaba para continuar.
Ves, yo puedo hacer esto, lo tengo. Puedo arreglar las cosas y ser todo romántico y esa mierda.
Encendí la vela y contuve mi aliento esperando que ella soplara. Y mientras la vela se quemaba, me empecé a preocupar. Mis ojos se dirigieron a su cara y medio espere ver algo mal, sin embargo, ella estaba mirando la cera derretirse con una mirada de determinación. Mis cejas se levantaron y observé con paciencia mientras ella se acercaba y tomaba mi mano.
Ella inhaló temblorosamente y sopló la vela. Yo iba a sacarla del pastel pero otra vez ella tomó mi mano y me detuvo.
—Tienes que esperar a que el humo se disipe primero.
La deje y ávidamente tomé esta información para futura referencia. Esto era lo más cerca que habíamos llegado y discutir cualquier cosa personal acerca de su pasado y yo quería mostrarle que estaba de acuerdo en aprender. Yo aprendería esas pequeñas cosas para ella y las mantendría. Ambos nos sentamos ahí observando el camino del humo desde la mecha negra y esperando a que se detuviera. Una vez hecho, la miré pidiéndole permiso y ella asintió. Después de sacar la vela, la puse en la mesita del café con cuidado y saqué la botella de Cristal.
—Edward… eso es… una botella de Champagne realmente cara.
—Um, el punto aquí es la calidad no… lo monetario. Okay sostenla mientras yo traigo tenedores y vasos realmente rápido.
Ella sólo miró el dorado envoltorio alrededor del tope de la botella mientras yo saltaba a la cocina otra vez y traje dos vasos y dos tenedores. Me pase una cosa de cada uno antes de sentarme otra vez y tomar la botella de champaña. Yo nunca había abierto una de estas antes. Emmett siempre era el bullicioso de las fiestas y se encargaba de tomar la botella antes que cualquier otro. Arranqué el envoltorio dorado y decidí que podría ser mejor abrir esta cosa en la cocina y ahórrame a mí mismo el desastre sobre todo el living. Tomando la mano de Bella, la jalé hacia la cocina y la senté en el mesón.
Ella me observó entretenida mientras yo miraba al cable sobre el corcho. La ignoré y lo saque haciendo palanca gentilmente. Con la mayor concentración, giré el corcho y oí el distintivo pop, mientras el corcho volaba por entre mis húmedos dedos y vi el pequeño géiser de espuma dispararse, justo cuando me giraba para dirigir el flujo desde el piso al mesón antes de llegar al lavaplatos. Un segundo más tarde, registre el grito de dolor de Bella y casi deje caer la botella en mi prisa por averiguar qué había pasado. Poniéndola abajo rápidamente, me giré para verla tomándose el hombro y haciendo una mueca.
— ¡Mierda! Lo siento, yo nunca he abierto una de esas antes… aquí, déjame ver.
Separe sus dedos lejos del área herida y vi una oscura marca roja en forma de punto formándose en la suave piel de su antebrazo. El corcho debe haberla golpeado.
—Mierda Bella, lo siento. Déjame traer algo de hielo.
—No, no, está bien… —ella se apagó en un ataque de risa. Yo estaba considerando su sanidad por un momento antes de unirme a ella y besarla sobre la marca.
—Lo siento.
—No lo estés. Ahora mi cumpleaños está completo. No puedo decirte cuan preocupada estaba acerca de eso. Podría haber sido mucho peor. Al menos no tenemos que llamar a la ambulancia.
Ella se rio más fuerte como si fuera un tipo de broma interna esa declaración y yo sólo le sonreí. Ella lucia genuinamente feliz. Encogiéndome de hombros, llene nuestros vasos y los lleve de vuelta al sillón para el pastel. Ella se rio cuando le di un trozo y le ensucie la cara. Ella me pago con cobertura untada en mi nariz. Era divertido y ligero y mucho más fácil ahora que yo sabía que no era un imbécil por no saber su cumpleaños. Estábamos disfrutando el momento.
— ¿Cuándo es tu cumpleaños Edward?
—No creo que deba decirte. Yo sólo debería esperar y ver que se te ocurre.
Yo podría haber soñado un poco estúpido debido a los eventos recientes pero las palabras salieron sin filtro antes de que yo pudiera detenerlas. Ella me sorprendió riéndose.
—Vamos, dime. Tú sabes que quieres.
Ella me rodo esos ojos cafés he hizo un pequeño puchero. Alice debería tomar lecciones de ella. Bella raramente usaba la cara de condenada, pero cuando lo hacía, lo tenía.
— ¿Recuerdas el día en que me encontraste en los camerinos?
—Por supuesto que lo hago Edward. Nunca olvidare ese día. —repentinamente su estado de ánimo era pensativo y meditabundo. Luché por corregir mi equivocación.
—Bien ese día era mi cumpleaños.
Ella me miró con amplios ojos por un momento antes de rodar sus ojos.
— ¿Cuándo es tu cumpleaños Edward? Realmente.
—Junio 20. Ese día es realmente mi cumpleaños.
— ¿Y ese día… ese era junio 20? ¿...De verdad?
—Cierto. Y tuve el mejor regalo de mi vida.
Sus ojos se nublaron y ella se puso a sorber por la nariz.
Yo debo ser jodidamente romántico.
Y ella se lanzó a mis brazos y la sostuve cerca con nuestras caras con una costra de dulce y dedos pegajosos de champaña.
—Bella, desde ahora en adelante tú tendrás pastel, velas y regalos. Me importa una mierda cuanto te molestes con los regalos. Me voy a asegurar que cada año tú tengas un cumpleaños feliz y voy a hacer lo imposible para asegurarme que nadie vomite o salgas herida, ¿okay?
Ella se rio contra mi pecho y me quite un peso de encima.
— ¿Edward?
— ¿Si nena?
— ¿Podemos… tú me… harías el amor?
Congelado. Detenido. Retrocede. Aléjate. Peligro. Sigue con cuidado.
—Por supuesto que lo haré. Tú nunca tienes que pedirlo.
Y con salvajes pensamientos en mi mente, mi falta de bolas, mi absoluta devoción hacia esta loca mujer, y mi incierto futuro, yo sabía que le diría que la amaba. Le diría pronto porque ella arriesgaba su corazón por mí y yo era un jodido cabrón por no hacer lo mismo.
BPOV
Después que hable por teléfono con Edward, estaba preocupada. Algo malo había pasado. Él estaba enojado. Y yo sabía lo suficiente para saber que Edward estando enojado y difícil no era una cosa nueva pero era causa de preocupación. Temí que tuviera algo que ver con el nuevo odio bipolar hacia mí de Jasper. Escenarios de ellos peleando invadieron mi cabeza y yo nerviosamente golpeé con mi pie esperando su llegada. Oí el pomo de la puerta sonar y me tense esperando lo que sea que estuviera viniendo. Por supuesto hoy no podía ser sin repercusiones.
Edward entro campante llevando bolsas de mercadería, y yo no pregunté aunque quería. "Feliz Cumpleaños". Y yo jodidamente me perdí. Sentí el temblor recorrer mi columna y supe que esto iba a ser malo. Él probablemente estaba enojado.
Mierda, joder, mierda.
Y así hice lo que había sentido hacer todo el día. Lloré. Y Edward estaba… bien él era Edward y trato de dar vuelta las cosas culpándome otra vez. Le dije acerca de las velas y el me compro una champagne ridículamente caro. Yo estaba maravillada de mí, averiguar que una retribución de mí cumpleaños era un golpe de corcho. Comimos pastel e hicimos un desastre en el sillón. Fue el mejor jodido cumpleaños de todos.
Y el tope de todo, Edward estaba actualmente llevándome a la habitación… para hacerme cosas sucias.
El mejor jodido cumpleaños de todos.
Él me puso encima de la cama y se agacho entre mis piernas dobladas, recorriendo sus manos arriba y debajo de mis muslos. Le agradecí a las estrellas el haber rasurado mis piernas esta mañana y decidir vestir estos shorts para ir a la cama. Me quede ahí, observando sus manos acariciarme en un lento circuito, hacia arriba por fuera de mis muslos y abajo en mis rodillas. Mis caderas se retorcían en la acolchada cama cuando sus dedos venían más arriba, rozando debajo del algodón de mis shorts.
—Edward…
—Oh no, esto es retribución por molestarme.
—Yo… nunca te… he molestado.
Él me miró incrédulo mientras sonreía malvadamente. Lentamente, alejo sus manos y se sacó la chaqueta negra que vestía sobre su cabeza. Pulgada a deliciosa pulgada, sus abdominales quedaron a la vista, entonces sus pectorales, y sus gloriosos hombros. Arrojó la camisa al suelo y llevo su mano abajo para abrir su cinturón y desabrochar sus jeans. Relamí mis labios pensando en ello.
¿Dónde mierda están esos brownies?
Pero no más pronto tuve el pensamiento en mi cabeza, la alegría nos dejaba y estábamos perdidos en la gravedad. Esto era diferente. Ambos necesitamos la afirmación. Ambos necesitábamos saber que éramos todo el uno para el otro. Y yo sentí que él trataba de mostrarme que estaba bien que yo lo necesitara así. Estaba bien que yo lo dejara tomar el control y yo quería dárselo.
Dejando que su erección se colara por sus boxers, él arrastro su mano hacia mis tobillos por detrás de mis piernas y sobre mis muslos internos. Mi respiración se aceleró y me quede quieta; el veneno de su seducción dejándome inmóvil. Miré su ancha polla oculta por tela gris, yaciendo entre las pesadas puntas de su cinturón, el cierre abajo luciendo lo que yo más deseaba. Podía ver claramente el contorno de la cabeza y la pequeña mancha de líquido pre seminal oscureciendo la punta. Sus ojos jade estaban dilatados, dejando sólo un pequeño aro de verde brillando en la luz azul del reloj. Dedos conectados a palmas calientes presionados sobre mis caderas y a través de mi estómago para tocar mis pechos. Mi corazón comenzó a golpear en inestables latidos, mientras yo me arqueaba a su toque, como si el musculo latiendo estuviera tratando de escapar a través de mi pecho. Mis cuerdas vocales amotinadas contra mi liberaban bajos gemidos de satisfacción.
Sus manos nunca se sentían raras o dudosas. Él sabía lo que quería. La forma en que él controlaba completamente cada segundo de nuestras uniones envió un estremecimiento a través de mi cuerpo. Él era todo lo que yo necesitaba para mí. Él tomó el liderazgo y me hizo sentir lo que yo nunca pensé que podría. Mi cabeza presionada en las almohadas mientras sus manos alcanzaban mi pecho y se envolvían detrás de mi cuello, masajeando y aliviando. Su torso encorvado sobre el mío.
Amenazando, controlando, necesitando, dando. Ahora él era todo.
Sus ojos tenían un tipo de devoción y necesidad que yo sentí. Liberé la respiración que estaba aguantando cuando sus labios presionaron mi cuello, lentamente deslizándose hacia mi mandíbula. Él sabía lo que yo necesitaba, y nunca pidió más de lo que yo estaba dispuesta a dar. Él nunca me hizo hacer algo que no quisiera. No aquí, no donde nosotros estábamos en nuestro nivel más íntimo.
Mis piernas se cerraron, sosteniéndolo cerca de mí y sus manos se movieron de mi cuello y hombro para balancearse a sí mismo sobre mí, su cara enterrándose contra mi cuello.
—Te necesito —mi voz era sólo un susurro.
—Lo sé nena. Te necesito también. Déjame amarte —él murmuro contra mi piel.
Fue lo más cerca que él había llegado de decirlo, y revelo un nuevo sentimiento encontrado, Edward estaba cerca a admitirlo. Él se estaba acercando a mí. Estábamos iguales; ambos necesitando, ambos deseando y ambos dispuestos a dar lo que sea que pidiera el uno al otro.
Sus manos se deslizaron bajo mi cintura y me jaló hasta que yo estuve sentada, mi frente presionada contra su esternón. Sentí sus dedos revolotear bajo mi top antes que él la sacara por mi cabeza. Empujándome otra vez contra las almohadas, él agarró la pretina de mis shorts y los deslizó hacia abajo junto con mis bragas. Sentí el aire frio golpear mis húmedos muslos y ardiente coño. Mis mejillas rojas de vergüenza y sentí el calor irradiar hacia mi pecho.
Mis ojos se dirigieron a la cara de Edward mientras él hacia un estrangulado sonido; sus propios ojos recorriendo mi forma desnuda y persistente sonrojo en mis pechos. Él se arrancó los jeans y boxers sin dejar de mirarme y golpeo sus rodillas, liberándose a sí mismo sin dejar de estar entre mis piernas. Mis manos yacían a mis lados, mis dedos crispaban por tocarlo. Pero yo quería que él tomara lo que quisiera, como él quisiera.
—Mierda Bella, hay tantas cosas… demasiadas palabras. Ninguna de ellas es lo suficientemente buena.
—Sin palabras Edward, sólo nosotros.
Él asintió y trago ruidosamente antes de descender sobre mí y rozar mis duros pezones. Mis manos se levantaron y sostuvieron su cara hacia mí. Yo quería mantenerlo a salvo de todo. Quería que se fuera toda esta pena. Quería llevarlo lejos de todas las peleas y la matanza y sólo cuidarlo por siempre.
—Bella…
Sentí presionar mi entrada y afirme a su petición elevando mis caderas y apurándolo. Él se deslizó en mí fácilmente, gimiendo mientras yo jadeaba. Él siempre era tan consumidor. El sentimiento de él dentro de mí llenando todo lo que me faltaba; él estaba en todas partes a la vez. Sus embestidas eran lentas y continuas. Me agarré a sus brazos y lo jalé más cerca, queriendo el contacto. Mis piernas se envolvieron alrededor de su cintura, enganchándolas arriba y sosteniéndolo apretado, un brazo deslizado alrededor de mi cintura, sosteniéndome cerca. La proximidad de nuestros pechos le impedía alejarse demasiado y nos movíamos juntos lentamente. Él salió sólo unas pulgadas antes de volver a deslizarse de nuevo dentro de mí. Era suficiente para darme lo que yo necesitaba y para prolongar la experiencia.
Resbalosos de sudor nos movíamos y oprimíamos uno contra el otro nuestros jadeos y temblores se mezclaban el uno con el otro. Sentí que me aproximaba al borde de esa liberación. Esa altura a la que sólo él podía llevarme. Los sonidos de su placer resonando dentro en mi mente y urgiéndome en la liberación y él sabía que yo estaba casi ahí, como yo sabía que él estaba ahí.
Sus caderas se movieron más rápido, sin ritmo, casi frenéticas. Trate de imitarlo, de esperarlo a medio camino, pero estaba en un extraño ángulo y él me estaba consumiendo. Esta era la naturaleza de nuestro amor; el lento, constante, solida construcción y lo excesivo, deseo, necesidad de liberación.
Mordí mi labio y gemí mientras mis paredes se contraían a su alrededor y él dejaba caer su cabeza hacia mi cuello presionando calientes y húmedos besos ahí mientras gruñía y se derramaba en mí. Mis piernas envueltas a su alrededor apretándolo más, y él sabía que yo quería que se quedara ahí.
Sus manos barrieron mis costados y bese el sudor en sus cejas. Él me murmuró palabras de afecto y cariño, mientras yo recuperaba mi compostura. Mis manos acariciando su espalda reconfortándolo y mucho antes él me levantó y nos acomodó a ambos bajo las mantas. Él se estiró y encendió la lámpara del lado antes de mirarme por un momento.
— ¿Vuelvo enseguida, okay?
Lo miré aturdida antes de asentir inexpresivamente con mi cabeza y observándolo saliendo del dormitorio. Oí el crujir del plástico antes de que él volviera a prisa a la habitación, desnudo y glorioso. Mis ojos viajaron por su estómago y sobre sus brazos antes de notar que él tenía un estropeado paquete café en sus manos. Cuando lo miré a la cara el lucia avergonzado y tímido. Yo nunca lo había visto así antes.
— ¿Qué es esto Edward?
—Te traje algo. Es estúpido… y no es todo lo que tu mereces en realidad pero es lo mejor que pude haber hecho con tan poco tiempo… y tarde o yo puedo siempre… sólo… ábrelo. Y pretende que está bien envuelto.
Tomé el paquete delicadamente y miré el trabajo de empaque que él había hecho. Comprimiendo mi risa, deslice mis uñas bajo la cinta y lo despegue rápidamente. Un pack de lápices cayó en mi regazo y examine los diarios.
—Sé cuánto te gusta escribir cosas y me imagine que esos otros que tienes están llenos y te note hojeándolos buscando por un espacio para escribir… así que estaba pensando en conseguir algunos otros para ti el otro día….
—Estos son sólo pequeños y baratos diarios y planeo conseguirte algo bonito para escribir pero justo ahora….
—Y los lápices… sé que esos son tus favoritos… ya no te retare por morder en ellos.
Mi garganta se cerró y parpadeé para alejar las lágrimas.
—Mierda Bella, lo siento. Te conseguiré otros mejores… lo que quieras. Es tú cumpleaños…
—Detente, por favor para. Es perfecto. En realidad es el regalo mejor pensado que alguien podría darme.
Mordí mi labio y finalmente aleje mis ojos de los lápices y lo miré a la cara. Me arrojé en sus brazos y lo abrace fuerte.
—Es cierto Edward, esta es la cosa mejor pensada que alguien ha hecho por mí. Este tiene que ser el mejor cumpleaños que he tenido, gracias.
Él me miró, recogió mis regalos, los puso al lado en la mesita de noche y me envolvió en sus brazos. La luz fue apagada y me quede dormida ya sin temor a mis sueños.
Joderrrrrrrr lloré al final XD hermosa ame el cap graciasssss lo amoooo graciasssss se que cosas duras vendran pero adoro cada cap graciasssss gracias gracias gracias gracias
ResponderEliminarMe encanta, Edward es muy romantico 😍 a pesar de ser bastante atolondrado es muy adorable! Gracias por el capi, me gusta muchísimo la historia!
ResponderEliminarMe encanto el capítulo, la historia me encanta gracias , no había visto que tenía dos capítulos de leer ... gracias ojalá puedas subir pronto el siguiente capituló , besos 😘
ResponderEliminarPor fin capi, gracias sharon!!!!
ResponderEliminarPobre bella, ojala luego le cuente su secreto a Edward pene grande!! Jajajjaja
Que hermoso!!!!!!
ResponderEliminarMe encanta este cap, a pesar de todo lo que le pasó a Bella, creo que este es el cumpleaños menos accidentado, además de regalos, creo que Edward le demostró que la ama!!!!
Besos gigantes!!!
XOXO
Y ya no va a continuar ahhhhh
ResponderEliminarHace mucho que no se actualiza esta historia.
ResponderEliminarSerá que no va acontinuar??
cuando van a actualizar??
ResponderEliminarDeseando leer el siguiente capítulo
ResponderEliminarHola, seguirán actualizando la historia?
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