Capítulo 13 / Ochenta y Seis Cartas





Jasper


Mi corazón latía con fuerza contra mis costillas. No estuve tan nervioso ni en medio de una jodida zona de guerra. Había algo en esa mujer, sin embargo. Sus cartas me llegaban. Ella me llegaba. Durante tres años, se envolvió alrededor de mi corazón.

Me arruinó. No podía ni siquiera mirar a otra mujer sin pensar en ella. Su dulce voz, con ese acento sureño sexy, me atraía cada vez que la escuchaba.

No era como las demás. No se parecía a ninguna de las mujeres que conocí o con quienes estuve. No era una conejita de uniforme. No estaba dispuesta a quedarse conmigo por mis beneficios, bonificaciones u otra chorrada. Era genuina, rara.

Fue la que me llevó a través de los últimos años. Sus cartas y paquetes me mantuvieron. Me sostuvo. Si no fuera por ella, no podría decir si aún seguiría vivo. Cada soldado golpea una pared emocional en algún momento, cuando es más fácil morir que seguir luchando día tras día. La guerra es incondicional. Matar para vivir, agitación constante; transforma a los más suaves en fríos bastardos. Si no morí, sería un infierno más tonto de lo que soy ahora sin ella.

Simplemente, me salvó.

Estudié el frente de su pintoresca casa. Era una pequeña casa de estilo bungalow con un balcón de grandes dimensiones. El paisaje era simple, pero era gratuito.

Un movimiento me llamó la atención en la ventana del frente, al lado de la puerta. El cabello rubio que rozó el vidrio me dijo que era Rosalie. Isabella era una belleza de pelo castaño con curvas peligrosas.

Un año y medio atrás, Rosalie me envió algunas fotos de Isabella, y una de Isabella y ella juntas. Me hizo jurar que guardaría el secreto. Lo hice, porque me sentí agradecido. Cada día miraba las fotos. Una en particular me gustó más que las otras. Podía cerrar los ojos y recordarla en cualquier lugar.

Era una foto de Isabella en la boda de su hermano. Era hermosa. Su figura era exuberante, en un vestido zafiro que le llegaba hasta las rodillas y abrazaba su cuerpo, mostrando esos tacones fóllame y cada tentadora curva por encima de ellos. Su cabello castaño caía en grandes rizos, que enmarcaban su cara y llamaban la atención sobre su escote y sus provocativos labios de color rosa. Soñé con acariciar su figura durante tres años, soñando besar sus labios y degustarla entera.

Mierda. 

Ajusté mi pantalón del uniforme militar y toqué el timbre de nuevo. No había llegado tan lejos para nada. Era un bastardo testarudo, y tenía decidido que no me iría de aquí sin ella. La conseguiría. Ni siquiera las esposas de los otros hombres habían hecho lo que hizo Isabella. Ella me cuidó. Era mi turno de devolver el favor. Bien, egoístamente quería devolver el favor y tenerla para siempre. Los soldados somos tercos. Queremos lo que queremos y sabemos cómo luchar para conseguirlo.

Y quería a Isabella.


4 comentarios:

  1. ahhhhh Jasper es hermosooo!!!! Me encanta que Rosalie se haya inmiscuido y enviado fotitos de Bella!!!! porque ya la conoce a pesar que ella no quiera verlo!!!!
    Besos gigantes!!!
    XOXO

    ResponderEliminar
  2. Ow Jasper es único y con gran corazón que he lo.mejor de cada uno y a visto eso en bella y más

    ResponderEliminar
  3. Ow Jasper es único y con gran corazón que he lo.mejor de cada uno y a visto eso en bella y más

    ResponderEliminar
  4. Es un tierno!!!! Ya la vi en fotos y sabe el premio que le espera, me da risa cuando dice que es un 'bastardo testarudo', casi lo mismo que dijo Rose jajaja. Ya quiero saber que va a pasar cuando Bella abra la puerta y se vean cara a cara.

    ResponderEliminar