Bella lo
tomó de la mano y lo llevó al baño. Le quitó la ropa y se quitó la suya, para
ducharse ambos y borrar de su cuerpo tanto polvo y tantos malos recuerdos.
—¿Podrás
perdonarme algún día? —preguntó él, con pasión.
—Pero yo
no creí en ti…
—A mí
también me engañó, al principio —contestó Bella—. El estaba a kilómetros de ti,
¿cómo ibas a saber cuánto te odiaba, ni en qué iba a convertirse su odio?
Siempre decía que quería ser más rico que tú, y por fin lo logró. Además, yo
era sospechosa, me investigaban. No había la menor prueba que lo inculpara a
él. Por eso resultó tan frustrante para mí. No podía probar mi inocencia. Él
fue muy inteligente.
Edward
estaba en estado de shock, no dejaba de disculparse y de reprocharse su forma
de actuar, de culparse por el sufrimiento de Bella. Ella lo secó, lo llevó a la
cama y lo contempló. Estaba absorto, mirando al techo.
—Has
perdido tu reputación, tu empleo, tu libertad, e incluso a tu hija.
Pero para
Bella todo aquello pertenecía ya al pasado, y el futuro se extendía maravilloso
ante ella.
—Pero
luego he ganado mucho más, y volveré a recuperarlo todo, ¿verdad?
—No puedo
perdonarme a mí mismo.
—Si yo
puedo, tú también podrás —rió Bella—. Edward, soy feliz. Plenamente. Tú me
quieres, solo me falta una cosa en este mundo.
—¿Una
taza de té? —preguntó Edward en broma, rodando por la cama con ojos húmedos por
las lágrimas, para mirarla.
—Nessie,
tonto. Bueno, y algo más, ahora mismo.
Edward la
besó desesperadamente en los labios. Durante unos segundos fue como un tigre
apasionado hasta que, gradualmente, sus movimientos se hicieron más suaves, más
lentos y lánguidos, acariciándola seductoramente y con creciente ternura.
—Te
quiero —susurró Edward emocionado.
—Y yo a
ti.
.
.
.
~*~IA~*~
.
.
.
Edward y Bella
llevaban todo el día preparándose para el gran acontecimiento. Ese día, él le
diría a Nessie que Bella era su madre. Estaban los tres sentados en el sofá, y
Edward puso una cinta de vídeo.
—Esa es
Bella —comentó él nada más empezar—. Yo la conozco desde hace mucho tiempo, era
mi mejor amiga. Y la quería mucho.
Nessie,
sentada en medio de los dos, veía la televisión divertida, riendo al ver a
Bella caerse
en un charco.
—Otra
vez, por favor —pidió Nessie.
Edward
rebobinó la cinta y volvieron a verla. Luego apagó el televisor.
—Bella
conocía a tu papá, ¿recuerdas? —continuó Edward abrazando a Nessie, mientras
Bella contenía el aliento—. Cariño, ¿te gusta Bella?
—Mucho
—contestó Nessie dando palmadas.
Bella
estaba emocionada. Tenía un nudo en el estómago. Por fin había llegado el
momento que tanto había esperado. Edward estaba muy nervioso.
—Nessie,
ahora ya eres una niña grande —siguió diciendo Edward—. Lo suficientemente
grande como para que te diga una cosa muy especial —Edward respiró hondo, Nessie
abrió inmensamente los ojos—. Cariño, eres una niña con mucha suerte. Bella es
tu mamá.
Nessie
parpadeó mirando a Edward, y luego volvió la vista hacia Bella, que tenía
lágrimas en los ojos.
—Sí, soy
tu mamá, cariño —confirmó Bella con voz ronca.
Nessie se
movió inquieta, y Edward la soltó. La niña se bajó del sofá. Bella abrió los
brazos para recibirla, pero Nessie frunció el ceño y corrió al jardín. Entonces
se hizo el silencio. Bella no podía pronunciar palabra, no podía pensar, estaba
paralizada. Edward se puso en pie y siguió a Nessie. Bella estaba desolada.
Miraba absorta, incapaz de creer lo que ocurría.
—Ha ido a
buscar la muñeca que tú le regalaste —comentó Edward, en la distancia.
—¿La
llama mamá?
—Cariño,
ven aquí —rogó Edward en un susurro—. No quiero perder de vista a Nessie. Ven a
sentarte conmigo.
Bella se
lavó la cara y observó su reflejo en el espejo. ¿De dónde había salido aquella mujer pálida, de ojos llorosos? La
felicidad de los días anteriores parecía no contar ya. Bella sabía que era
ridículo, que Edward y ella estaban hechos el uno para el otro, pero…
—¡Oh,
Nessie…! —gimió.
De pronto
necesitaba a Edward imperiosamente. Corrió hacia él, sollozando, y lo abrazó.
Edward la acunó como si fuera una niña pequeña.
—Le
cuesta comprenderlo, tienes que darle tiempo.
—¿Y si
no?
—Sí, lo
hará. Te quiere. ¡Pero cariño, si a veces hasta yo me pongo celoso de vosotras
dos, cuando no paráis de reír!
Pero
Bella era incapaz de dejarse consolar. Estaba demasiado entumecida, como para
llorar. El miedo experimentado durante los últimos instantes era demasiado
profundo, temía haber perdido a su hija para siempre. Edward la hizo sentarse
con él sobre los escalones y la estrechó. Ambos observaron a Nessie susurrarle
cosas a la muñeca. Edward sacó un pañuelo. Bella vio que él estaba llorando.
—Oh,
cariño —susurró ella apoyando la cabeza en su hombro.
—Te
quiero tanto… y quiero que Nessie te quiera también… —de pronto sonó el
teléfono—. ¡Maldita sea!, iré a conectar el contestador automático.
—No,
contesta al teléfono —susurró ella.
Edward la
besó en la frente y fue a contestar. Bella no se atrevió a salir al jardín. No
quería inquietar a Nessie. Jamás hubiera creído que pudiera sentir celos de una
muñeca de trapo. Trató de animarse, pero sentía náuseas.
—Nessie
—la llamó, desesperada.
De pronto
vio a la niña subirse a un muro de piedra al que tenía prohibido escalar. Antes
de que pudiera detenerla, Nessie llegaba arriba y caía. Bella corrió como el
viento. Nessie se puso en pie y corrió también hacia ella, gritando:
—¡Mami,
mami!
—¡Ohhh!
—se estremeció Bella abrazando a su hija, llena de lágrimas—. ¿Qué ha pasado?,
¿te has hecho daño?
—Me he
caído —lloró Nessie señalando la rodilla herida.
—No es
nada. Mamá le dará un beso y se curará —contestó Bella inclinándose para
besarla.
—¿Qué ha
ocurrido? —preguntó Edward ansioso, saliendo al jardín.
Nessie la
soltó y corrió hacia Edward, pero a Bella no le importó. Alzó el rostro con los
ojos llenos de lágrimas y el corazón rebosante de felicidad.
—¡Me he
caído, pero mamá me ha dado un beso y me he curado! —gritaba Nessie orgullosa.
—¡Ahhh!
—exclamó Edward emocionado, mirando a Bella y aclarándose la garganta—. Sí, eso
es lo que hacen siempre las madres.
—Se lo he
dicho a mi muñeca —añadió Nessie—. Le he dicho que mi mamá ha vuelto.
—Vaya,
ahora comprendo —dijo Bella.
—¿Serás
tú mi papá? —preguntó Nessie seria, dirigiéndose a Edward, que le limpiaba la
herida con un pañuelo.
—Sí me gustaría,
sí. ¿Y a ti, Bella?
—¿Necesitas
preguntarlo? —inquinó a su vez Bella, con voz débil de pura emoción.
Edward
las abrazó a las dos: eran las personas a las que más quería en el mundo.
—Quizá no
sea este el lugar ni el momento más apropiado, pero ya me arrodillaré después,
te compraré flores y abriremos una botella de champán —susurró Edward—. Por
ahora me basta con saber que te casarás conmigo. Te quiero con toda mi alma, y
quiero estar contigo para siempre. Por favor, di que sí.
—Oh,
Edward, lo dices como si fuera a rechazarte. ¡Claro que sí! —exclamó Bella.
—¿Es que
las mamás y los papás se besan? —preguntó Nessie en un tono de voz
terriblemente alto, a oídos de ambos.
—Pues
claro —contestó Edward besando a su hija—. Todo el tiempo.
—¡Os quiero
tanto! —rió Bella.
Era ya
muy tarde cuando Nessie, inquieta y excitada, se fue a la cama. Bella se sentó
en la terraza con Edward, acurrucándose con él en el balancín, escuchando a las
ranas y los murciélagos en la noche.
—¿Tienes
champán en la nevera? —preguntó ella con la mayor naturalidad.
—Dos
botellas. Una para cada uno —rió Edward maliciosamente, besándola en la boca
larga y profundamente.
—Pues no
vamos a desperdiciarlas bebiendo —murmuró Bella dejándose guiar hasta el
dormitorio, alentada por la pasión que veía en Edward.
Historia Original
Un Amor Inocente de Wood Sara
(Serie Magnates Griegos)
Un Amor Inocente de Wood Sara
(Serie Magnates Griegos)
Gracias gracias gracias gracias gracias gracias gracias gracias gracias gracias gracias gracias lo ame una súper historia graciasssss
ResponderEliminarGracias una historia muy bonita aunque me hizo chillar un montón 😢😢😢😢😊😆😆😆😂😂
ResponderEliminarLo siento!! Pero no me gusto el final 😕😕
ResponderEliminarME E N C A N T O, todo muy alucinante.
ResponderEliminarBella debió hacer sufrir un poco a Edward, se lo merecía se portó muy mal con ella. Pero bueno al final formaron una hermosa familia en un bello país. Muy linda la historia 😚😙
ResponderEliminarLinda historia me encanto gracias .... 😘❤❤
ResponderEliminarMiles de gracias por esta adaptación... me encantó :D
ResponderEliminarPor fin Nessie supo que Bella era su madre y ahora podrán tener la familia que debieron tener desde el inicio!!!!
Besos gigantes!!!! :*
XOXO
Hay me diste mi dosis de llanto pero todo llego al amor y a la felicidad.
ResponderEliminarMe a facinado la historia.
Nos seguimos leyendo.