—¡Qué caballeroso eres!
—En ocasiones lo intento —dijo Edward. Apagó el fogón y entonces, dividió el beicon antes de añadir las tostadas y llevar los dos platos a la mesa. A continuación, fue a por los cubiertos y le entregó los suyos a Bella—. Bueno, ¿dónde estábamos en lo de nuestra historia?
—Nos esforzamos por ponernos a salvo —dijo ella—. Probablemente podríamos dejarlo ahí.
—Estoy de acuerdo. No creo que nadie quisiera saber que llegamos juntos al orgasmo en nuestros esfuerzos por entrar en calor. Siempre me ha gustado esa frase, por cierto. Llegamos juntos al orgasmo como si fuéramos uno solo... Implica un cierto nivel de... competencia. ¿No te parece?
—No es una frase que me atraiga demasiado —replicó ella—. Me parece banal. Sentimental. También implica un cierto nivel de intimidad emocional que, para la mayoría de la gente, no existe. En cuanto a lo de competencia... La competencia requiere un poco de práctica y ciertas habilidades básicas. Creo que tú deberías tratar de alcanzar la excelencia.
—Es cierto. Se me había olvidado. A ti te gusta llegar primero —murmuró él, con voz sedosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario