Esta formidable serie se estructura en torno a once capítulos divididos en dos temporadas, la primera (de cinco) dirigidos por Jakob Verbruggen, al que todos recordaréis por su gran trabajo en “The bridge”; y la segunda (de seis) dirigidos por su creador Allan Cubitt, que sigue el tono y la forma sabiamente generados por Verbruggen, obteniendo un turbador conjunto que obviamente os recordará a las series que proceden del norte de Europa.

Bajo esta simple propuesta la serie está construida sobre un cúmulo de pequeños detalles que hacen de “The fall” una de las mejores series que hemos disfrutado últimamente, porque tiene algo hipnótico que te atrapa y no te deja, haciendo que devores compulsivamente capítulo tras capítulo. El principal gancho, sin duda alguna, es el poderoso y sólido personaje que es Stella Gibson, que no sólo se tiene que enfrentar a un despiadado asesino sino que en el desarrollo de su labor cotidiana lucha contra el machismo en su puesto de trabajo y en la sociedad en términos generales.
Mujeres poderosas
Esto es así hasta el punto que el hijo de Cubitt supera con creces el test de Bechdel . Las mujeres son fuertes y vigorosas. Es curiosa la visión de Stella del hombre como un ser defectuoso, porque si atendemos a la genética la combinación es imperfecta, es XY frente a la pureza del doble cromosoma X. Los hombres intentan relacionarse con Stella desde un plano superior, pero ella se encarga de nivelar la diferencia, eso genera en ellos miedo y rabia, que serán las bases de sus interacciones comunicativas, lo que supone una constante lucha en un mundo dominado por hombres.
Gillian Anderson es Stella Gibson.

La vida y la muerte se dan cita en “The fall”
Así Thanatos y Eros se dan cita en “The fall”, simbolizados en ese atípico matrimonio integrado por Paul que quita vida y es genera dolor frente a Sally Ann que da y lucha por la vida desde su día a día en la unidad de neonatos. También lo vemos reflejado en los respectivos diarios de Stella y Paul, uno más centrado en las pasiones, el sexo, en sus sueños, el trabajo, en definitiva en la vida, frente al de Paul centrado en sus víctimas, siguiendo la estela de otros míticos asesinos en serie como John Doe. Stella y Paul poseen unas marcadas necesidades físicas y emocionales que sólo podrán satisfacer interactuando con otras personas. El truco reside en la forma de conseguir a la persona ideal. Ella lo hace desde la total franqueza y libertad, por eso es capaz de bajarse del coche y darle el número de su habitación del hotel a un compañero de trabajo que es un perfecto desconocido. Él lo hace de manera subrepticia y con alevosía, sin tener en cuenta al otro. Llegados a este punto otro personaje verdaderamente llamativo es la adolescente Katie Benedetto, interpretada por Aisling Franciosi, que para sentirse viva necesita andar jugando con la muerte todo el rato. De esta manera Paul y Katie, parafraseando a Stella, parecen sumirse en un lento suicidio.

Todo ello hace de “The fall: la caza” una de las mejores series, muy coherente, inteligente, donde también habrá espacio para la crítica social en aspectos como la constante exposición de nuestra intimidad a través de los perfiles, las web o Skype. Posee grandes interpretaciones y una trama llena de intriga sustentada en los pequeños detalles que le otorgan profundidad dramática y elevada calidad.
Fuente: Videodromo.
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