—Nunca he... nunca he visto...
— ¿Y no quieres? —le preguntó Edward con ternura—. Sé sincera.
Bella no respondió. Tampoco se movió. Edward agarró la sábana y tiró de ella muy lentamente.
—Una vez hicimos el amor —dijo él con calma—. Tú fuiste parte de mí. No me avergüenza que me veas. Y también te digo que nunca he dejado que otra mujer me mire así.
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