Capítulo 16 / Mentiras y Rumores


ESTA HISTORIA ES UNA ADAPTACIÓN
LOS PERSONAJES PERTENECEN A STEPHENIE MEYER
EL NOMBRE DE LA HISTORIA, 
COMO LA AUTORA LO DIREMOS 
AL FINAL DE LA ADAPTACIÓN


El doctor McCarty no fue demasiado optimista respecto a las posibilidades que tenía de quedar embarazada.

—No puede quedarse embarazada mientras esté bajo los efectos del tratamiento —explicó con paciencia, aunque detestaba ser portador de malas noticias.

— ¿Y después? —preguntó ella, aferrando la mano de Edward.

—No puedo prometer nada. Tiene un tipo de sangre poco normal, lo que complica las cosas.

— ¿Un tipo de sangre poco normal? Pensé que cero positivo era bastante habitual.

—No tiene cero positivo. 

Isabella se sorprendió.

—Doctor McCarty, sé de sobra el tipo de sangre que tengo. Tuve un accidente cuando era una adolescente y tuvieron de hacerme una transfusión. Lo recuerdas, ¿verdad, Edward? Me caí de la bicicleta y sufrí un corte en la pierna por culpa de una lata que había junto a la casa.

—Es cierto, lo recuerdo.

—Puede comprobarlo con el doctor Gerandy —continuó Isabella, mirando al médico—. Confirmará lo que he dicho.


El médico frunció el ceño y comprobó de nuevo los resultados de los análisis.

—No puede ser. Éste es su historial. Es el informe que me enviaron del laboratorio. Los nombres coinciden.

El médico llamó al intercomunicador para comprobar la exactitud del informe con la enfermera, que apareció enseguida.

— ¿Hemos hecho algún análisis de sangre a Isabella en el pasado? —preguntó—. En el informe no pone nada.

—No —contestó la enfermera.

—Pues hazle uno de inmediato. Aquí hay algo que no me cuadra.

—Sí, señor.

La enfermera se marchó y regresó un minuto después con el equipo necesario para hacer el análisis. Le extrajo la sangre en cuestión de segundos.

—Dese prisa. Llévelo al laboratorio. Quiero que me envíen los resultados por la mañana.

—Sí, señor.

El médico se dirigió entonces a su paciente.

—No se haga demasiadas ilusiones. Puede que el tipo de sangre esté equivocado, pero no el diagnóstico. Sin embargo, lo comprobaremos. Mientras tanto será mejor que esperemos hasta mañana para tomar decisiones. Puede llamarme a eso de las diez. Para entonces ya sabré algo.

—Lo haré. Muchas gracias.

—Recuerde, no espere demasiado. 

Isabella sonrió.

—No se preocupe.

—De todas formas... ¿Ha estado en contacto con alguna persona enferma de mononucleosis últimamente?

—Sí. Una de mis alumnas la tuvo hace unas semanas. Recuerdo que su madre estaba muy preocupada. Sólo tiene diez años —rió con nerviosismo.

— ¿Entró en contacto con su saliva, de algún modo?

—Bueno, no tengo por costumbre besar de ese modo a mis alumnas.

—Isabella... —le recriminó Edward.

—Compartimos un refresco —continuó ella. 

El médico sonrió.

—Bien, bien. Cabe la posibilidad de que estemos equivocándonos, porque la mononucleosis y la leucemia se parecen bastante en los síntomas. Es posible que algún técnico del laboratorio mezclara los resultados de las pruebas.

— ¿Ha podido ser un error? —preguntó ella, esperanzada.

—Puede ser. De todas formas, no podemos pasar por alto sus otros síntomas.

—Bueno, al menos ahora tengo una esperanza. ¿Cuáles son los síntomas de la mononucleosis?

—Los mismos que los de la leucemia. Debilidad, garganta seca, fatiga, fiebre... Y es altamente contagiosa —sentenció, mirando a Edward.

Edward sonrió.

—No me importaría.

—Sé cómo se siente —rió el médico—. Muy bien, váyase a casa, Isabella. Sabremos algo por la mañana. En el laboratorio tienen mucho cuidado, pero cualquiera puede equivocarse.

—Espero que se hayan equivocado en esta ocasión —dijo Isabella.

Cuando salieron, Edward la tomó de la mano y la besó con suavidad.

—Creo que no me importaría en absoluto pillar una mononucleosis —comentó él.

—Ni a mí —sonrió.

— ¿Estás segura de que tu tipo de sangre es cero positivo?

—Desde luego.

—En tal caso, cruza los dedos y reza. Pero ahora vamos a comer algo. Después podemos salir a dar una vuelta en el coche.

—De acuerdo.

Edward la llevó a su hotel para comer algo en el restaurante y después salieron de la ciudad. Fueron al monumento nacional de Saguaro y pudieron contemplar el cactus gigante. El aire era fresco, pero el sol brillaba e Isabella se sentía mucho más esperanzada que antes.

No dijeron nada. Edward se limitó a abrazarla con fuerza mientras en la radio del coche escuchaban canciones de música country.

Cuando regresaron al apartamento, Alice estaba en casa. Al ver a Edward se sorprendió mucho, pero la expresión de sus rostros hizo que sonriera.

—Buenas noticias, espero —dijo.

—Ojalá —dijo Isabella.

Alice frunció el ceño. Isabella comprendió que su amiga no sabía lo que había ocurrido.

—Vamos a casarnos —anunció Edward.

— ¿De verdad? —preguntó, sorprendida.

—Creo recordar que dijiste que sí. ¿Crees que quiero tener hijos contigo estando soltera? —rió—. No tengo ninguna intención de hacer tal cosa.

— ¡Ni yo!

—En tal caso, me alegro mucho —espetó sonriendo con dulzura.

Isabella contuvo la respiración al sentir la fuerza de su mirada y se estremeció de los pies a la cabeza. Su vida estaba a punto de empezar de nuevo.

Alice sonreía de oreja a oreja.

— ¿Puedo felicitaros?

— ¿Puede? —preguntó Edward.

Isabella dudó. Pensaba que Edward sólo la deseaba, aunque tal vez también sintiera lástima por ella. Aún no se había acostumbrado a la idea de que podía morir. Y sus posibles motivos profundos la inquietaban. Sin embargo, estaba enamorada de él y no encontraba qué había de malo en el matrimonio. Si tenían tiempo suficiente, tal vez aprendería a amarla.

—Te lo diré mañana —contestó. 

Edward la miró.

—Todo saldrá bien. Lo sé.

Isabella no estaba tan segura. Tenía miedo de alimentar esperanzas, pero no discutió con él.

—Esta noche ponen una buena película en la televisión, por si queréis quedaros —informó Alice a Edward—. Pensé que podía hacer palo-mitas.

—Como quiera Isabella. 

Su amiga sonrió.

—A mí me gustaría quedarme —dijo.

Edward se quitó el sombrero tejano y sonrió.

—Muy bien. En tal caso, pon mantequilla en mis palomitas.



8 comentarios:

  1. Demonios ojalá se equivoquen y no sea nada malo y que no piense que es le tiene lástima muy buen capitulo

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  2. Mi Dios como no albergar esperanzas con este tipo de noticias... aunque esto pueda hacer dudar a Isabela sobre los verdaderos sentimientos de Edward para casarse con ella....a me entiende??? 😁

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  3. Nooo! Quiero leer más.
    Espero que se hayan equivocado con los resultados de los análisis.

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  4. Oh Por Dios ojala el primer analisis sea equivocado y Bella no tenga nada y Edward esta empesando a reivindicarse, aunque uo diria que unos regalitos y un Te Amo no vendrian nada mal

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  5. si x favor q sea una equivocación q sea la monocosa esa contagiosa y no la leucemia x favor ;) =) ♥ graciasssssss

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  6. superrrrrrrrrrrrrrrr, no tiene leucemia, es un punto a favor.... ahora que la felicidad los une, espero que rehagan sus vidas y la de la pequeña maggie deje de ser un infierno, esperando que Ed y Emmet tengan una buena relacion al igual que la niña y bella, ella sera la mas favorecida.

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  7. bien aqui rogando para que sea una confusión.

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