Mentiras del Alma 3

A la mañana siguiente estaba arrodillada en el jardín quitando las malas hierbas cuando escuchó que un coche aparcaba ante la casa. Se levantó suspirando y rodeó la casita para ver un cuatro por cuatro negro y a dos hombres de traje mirando la casa.

— Hola. ¿Puedo ayudarles?

Los hombres la miraron y uno de ellos se quitó las gafas de sol para decir fríamente.

— ¿Usted es Isabella Masen?

—Sí, soy yo. — se acercó a ellos — ¿Son de la policía?

—Del FBI. Agente especial Paul Lahote y el agente especial Jared Cameron— dijo el moreno señalando a su compañero con las gafas—¿Podemos entrar en la casa?

Miró a su alrededor y vio a una vecina mirando a través de la ventana.

— Sí, claro. Aunque seguro que ya lo sabrá toda la ciudad. ¿Han hablado con el sheriff?

—Hace una hora que hemos tenido una reunión para hablar del asunto. — entraron en la casa tras ella, que los llevó hasta los sofás.

— ¿Quieren tomar algo? ¿Un café?

—No gracias, acabamos de tomar. —nerviosa vio que aún llevaba los guantes de jardinería en la mano y se los quitó a toda prisa—Siéntese, por favor.

—Yo no voy a poder ayudarles. No me acuerdo de nada antes de llegar aquí.

—Eso también lo hemos hablado con el sheriff Uley, señorita Masen. Venimos a explicarle la situación actual de la investigación.

Preocupada se sentó en el sillón del reverendo mirándoles de frente.

— Ustedes dirán.

—Por supuesto debemos hacer análisis de ADN para confirmar su identidad, pero todo apunta que usted es Isabella Swan y que es la persona que estamos buscando. Sus padres biológicos nunca se dieron por vencidos y…

— ¿Viven los dos? —preguntó emocionada.

—Sí, ambos viven en Nueva York, así como sus dos hermanos mayores.

Se llevó una mano al pecho impresionada.

— ¿Tengo hermanos?

—Sí, dos varones. –los agentes se miraron incómodos— Primero queremos pedirle disculpas porque por un fallo en la investigación, no se la encontró mucho antes. Al parecer al considerarse un secuestro para pedir un rescate por la posición económica de sus padres, no se publicó su fotografía en personas desaparecidas, pues se quería mantener en secreto y por lo tanto cuando la buscaron desde la oficina del sheriff por supuesto no la encontraron.

—Me lo imaginé. Al decirme que tenía niñera…

Los agentes asintieron.

 — Sus padres están al llegar. — se asustó al escuchar eso y nerviosa miró hacia las ventanas— Todavía tardarán una hora. No se asuste. Son buenas personas que solo desean reencontrarse con usted.

—Dios mío. — se llevó la mano a la cicatriz. Los agentes se miraron muy incómodos y se escuchó un frenazo en la puerta. Palideció pensando en sus padres y escuchó dos portazos. Cuando la puerta se abrió mostrando a Edward casi sintió alivio.
 
— ¿Qué coño pasa aquí? — miró a los hombres acercándose y Alistair entró detrás.

Los agentes se levantaron alerta al ver su actitud.

— ¿Quién es usted?

—Edward Masen.

—Señor Masen, íbamos a ir a verles en cuanto los padres de la señorita Swan llegaran.

Edward palideció y su padre se puso a su lado.

— ¿Entonces es cierto? ¿Han encontrado a sus padres?

—Sí, están a punto de llegar directos de Nueva York.

— ¿Nueva York? — Edward parecía que no se lo creía y ella se levantó del sofá provocando que la mirara— ¿Te vas?

Muy nerviosa preguntó.

—¿Qué hacéis aquí?

— ¿Te vas a ir del pueblo?

—Por favor, ahora no le hagan esas preguntas. La señorita todavía lo está procesando. Está muy nerviosa y esto no la beneficia.

—Bella…— Alistair dio un paso hacia ella— ¿Podemos hablar?

— ¿De qué? — les miró incrédula— ¿Qué hacéis aquí? ¿No podéis dejarme en paz?

Los agentes se tensaron.

— Por favor… — dijo uno de ellos del que Bella no recordaba el nombre— salgan de la casa.

— ¿Qué diablos hacéis aquí? — gritó el sheriff Uley desde la puerta.

— ¿Queremos saber qué ocurre? — Edward la señaló— ¿Cómo saben que son sus padres?

— Pero, ¿qué te pasa, Edward? ¿Desde cuándo tienes tanto interés por lo que le pase a Isabella?

—Nunca he querido que le pasara nada malo.

—Mentiroso. — dijo ella con la rabia acumulada todos esos años— ¡Nunca me quisiste en el rancho! ¡El accidente te vino estupendamente para echarme de la casa! ¡Te vino de perlas! —Edward negó con la cabeza atónito— ¡No mientas! ¡Tus continuas frases irónicas, tus miradas de rechazo… casi fue un alivio irme del rancho para no verlas!

—Dios mío. — susurró Alistair— ¿Qué hemos hecho?

Los ojos de Bella se llenaron de lágrimas al ver el sufrimiento del que había querido como un padre.

— ¿Qué habéis hecho? ¡No quererme! ¡Nunca he sido de la familia! ¡Ninguno de los tres me quería!

Pasos en el porche la hicieron mirar hacia allí y sintió que el tiempo se detenía al ver unos ojos verdes. Su madre la miraba totalmente pálida. Era muy bella y debía tener unos cuarenta y cinco años. Tenía el cabello idéntico a ella en color, pero no tenía rizos y lo llevaba cortado a la altura de los hombros
 
— ¿Isabella? — preguntó casi con miedo. El tono de su voz y como lo había dicho, le recordó algo, lo sintió en su interior y dio un paso hacia ella —Oh, mi niña. — abrió los brazos caminando hacia ella y Isabella la abrazó. No podía explicarlo, pero era como si fueran una parte de la otra. Lo sentía y sabía que era su madre.

Un hombre se colocó tras de su madre y ella levantó la vista para ver que era muy alto y moreno con ligeras canas en las patillas. Tenía los ojos castaños llenos de lágrimas y susurró— Mi patito. —le acarició la cicatriz de la mejilla y ella cerró los ojos disfrutando de su contacto. Las abrazó a las dos y el sheriff se emocionó limpiándose las lágrimas, mientras Edward se dejaba caer en una de las sillas del comedor derrotado. Alistair salió de la casa lentamente.

—Señores Swan, entiendo que se dejen llevar por las emociones, pero hay unos trámites que debemos seguir.

Su padre se apartó de ellas mientras su madre se seguía aferrando a Isabella como si no quisiera soltarla.

— ¿Cree que no conocemos a nuestra hija?

— ¡Bella! — gritó Riley subiendo los escalones del porche corriendo con el periódico en la mano— ¿Has leído la noticia? — excitado levantó el periódico— ¡Elizabeth reconoce que te empujó para salir del coche…— al ver a todas las personas que había en el salón se detuvo en seco— ¿Qué pasa aquí?

Edward apoyó los codos sobre la mesa pasándose los dedos entre el cabello.

—Riley, llévate eso. — dijo el sheriff mirando de reojo al padre de Isabella.

—Un momento. — uno de los agentes se acercó a su amigo y le cogió el periódico.

— ¿Qué pasa aquí?

El agente leyó la noticia a toda prisa y se enderezó.

— Ahora entiendo lo de la cicatriz que no aparecía en el informe policial de su desaparición. — se lo acercó a su compañero y este leyó la noticia que estaba a toda página.

Isabella miró a Edward sobre el hombro de su madre, que le acariciaba la espalda como cuando era niña. Se miraron a los ojos y ella pudo ver la tortura en los suyos, pero desvió la mirada porque ya no quería sentir más dolor.

—Esto es muy serio, sheriff. — dijo el agente muy tenso.

—Lo sé.

— ¿Qué ocurre? — preguntó su padre.

—Al parecer su hija sufrió esas cicatrices en un accidente de coche. La otra chica conducía el coche y la culpó a ella. La conductora iba ebria.

— ¿Cómo? — su padre le arrebató el periódico y la leyó a toda prisa— ¡Aquí dice que culparon a mi hija! ¡Después de pasarse un mes en el hospital la echaron de casa!

Su madre gimió apretándola con más fuerza como si quisiera protegerla y empezó a tararear como cuando era niña y quería que se durmiera.

Edward se levantó y ella abrió los ojos provocando que una lágrima cayera mojando la blusa de su madre.

— Lo siento, Bella. Sólo quería que lo supieras.

— ¡Esto es inconcebible! — gritó su padre fuera de sí— ¿Las personas que la acogieron le hicieron esto, después de que ella fuera la única que había sufrido las consecuencias de ese accidente? ¿Pero qué clase de locos la cuidaban?

—Nosotros.

Su padre miró a Edward incrédulo.


— ¿Me está diciendo que usted es responsable de dejar que esta malcriada— dijo levantando el periódico— culpara a mi hija que estaba tirada en la cama de un hospital sin poder defenderse y usted la echó de casa?

Edward apretó los labios y miró a Bella un segundo antes de decir.

— Sí. Yo soy el responsable de todo y no sabe cómo lo siento.

—Ya puede sentirlo porque les voy a meter un pleito que les voy a dejar temblando. ¡Y a esa tal Elizabeth ya puede huir, porque va a ir a prisión!

—Papá, no.

Su madre sin dejar de abrazarla miró a su padre que apretó los labios impotente.

— Charlie, déjalo. Solo quiero llevármela a casa.

— ¡Pero Renée, tú no has leído esto!

Se miraron a los ojos.

— Ni quiero leerlo. Sólo quiero olvidar estos horribles años sin ella y llevármela. Por favor.

Isabella se separó de su madre mirando a Edward y se colocó ante él. Sonrió sintiendo paz después de muchos años.

—Dile a Elizabeth que la perdono, que no se torture por lo que no puede cambiar. Y dile a Alistair que los años en los que sustituyó a mi padre lo hizo muy bien.

— ¿Y a mí qué me dices? Dime algo, Isabella. — le rogó con la mirada— Por favor.

— ¿Sabes? Cuando me encontraste creo que fue la única vez que te comportaste como mi hermano. —él se tensó— No me soltaste la mano en muchas horas y estuviste ahí. ¿Por qué dejaste de sostener mi mano, Edward?

—Porque cogiste la de Elizabeth.

Entonces lo entendió. Había estado celoso porque se había apoyado en Elizabeth en lugar de en él, que era mucho mayor.

Sonrió dejando a todos sin aliento y levantó los brazos rodeando su cuello para abrazarle. Nunca lo habían hecho en todos esos años.

Edward la abrazó a él con fuerza

— Adiós, Edward.

Él no la soltaba y le susurró al oído

— Vuelve.

Sorprendida le miró a los ojos dando un paso atrás. Edward se volvió saliendo de allí a toda prisa. Cuando se fue, Isabella miró a Riley que estaba llorando.

— ¿Te vas?

—Te voy a echar mucho de menos. — se abrazaron.

—Te iré a visitar.

— ¿Vendrás a Nueva York?

Riley abrió los ojos como platos haciéndola reír.

— ¿Es broma?

—Puedes venir cuando quieras. —dijo su padre abrazando a su madre por los hombros— Eres muy bien venido.

—Gracias. — impresionado miró a Bella— Me tienes allí el próximo fin de semana.

Todos se echaron a reír y ella le abrazó de nuevo. Miró a sus padres y les dijo.

— Tengo que ir a despedirme de la señora Cooper y del reverendo.

—Voy contigo. — dijo su amigo.

Al ver que cojeaba un poco al salir de la casa, su madre apretó los labios.

— Charlie…

—La verán los mejores especialistas. No te preocupes.





Mientras tanto ella fue hasta la librería donde estaban sustituyendo el cristal. Habló con la mujer unos minutos y cuando salía de allí Alistair la estaba esperando.
Caminó hasta él lentamente.

— Me alegro que no te hayas ido al rancho todavía. — dijo ella sonriendo— Le he dicho a Edward…

—Me lo ha dicho. — dijo emocionado— Y quería que supieras que me arrepentí mil veces de haber tomado aquella decisión, pero ya no podía echarme atrás. No hubiera sido justo para ti.

—Eso ya es agua pasada. — se acercó y le dio un beso en la mejilla— Adiós Alistair.

—Vamos, niña. Tus padres te esperan. — se volvió sorprendida para ver al reverendo y se acercó abrazándolo.

—Gracias. Gracias por todo.

—De vez en cuando llámame, ¿quieres? Para saber que estás bien.

—Por supuesto.

Se alejó de él con lágrimas en los ojos e Riley la cogió de la mano para acompañarla hasta el coche donde sus padres ya la estaban esperando.

— ¿Crees que volverá algún día? — preguntó Alistair sin perderla de vista.

—Claro que volverá. Aunque no lo sepa, ha dejado aquí su corazón.

Alistair miró al reverendo.

— Se lo hemos roto muchas veces.

—Pero volverá con él curado. —miró a Alistair advirtiéndole —Esperemos que no se lo vuelvan a romper.





~~~Cuatro años después~~~


—Felicidades, licenciada. — dijo Riley divertido al otro lado de la línea— Así que veterinaria.

—Soy la mejor, ¿qué puedo decir? ¿Vendrás este mes?

—No voy a poder porque… tienes que venir tú.

Se le cortó el aliento.

— No puedo ir. Venga, hay una fiesta buenísima en el Plaza. Papá dice que te envía el avión.

—Me encanta ser el niño mimado de tu padre, pero tendréis que venir todos. Me caso el sábado.

Se echó a reír a carcajadas y su madre que pasaba por el pasillo sonrió pasando de largo.

— Esa ha sido buenísima. Menuda trola. — el silencio al otro lado de la línea la hizo perder algo la sonrisa— Es broma, ¿no? ¡Si ni siquiera tienes novia! No me digas que te has apuntado a un reality de esos de casarse sin conocer a la novia.

Su amigo carraspeó.

— No quería decírtelo por teléfono…

Se tensó sentándose en la cama porque su amigo parecía incómodo con ella.

— ¿Estás enfadado conmigo?

—Claro que no…Joder, qué difícil es esto. Pensaba decírtelo hace dos fines de semana, pero no encontré el momento.

Sonrió más tranquila.

— Puedes contarme lo que quieras. Nunca podrías decir algo que me molestara. ¿Lo de casarte va en serio?

—Estoy loco por ella. — se emocionó por el tono de su voz y se llevó una mano al pecho— Hacía años que me sentía atraído por ella, pero hace un año y medio coincidimos en la Iglesia…

— ¿Año y medio? — atónita jadeó— ¿Cómo no me has dicho nada? ¿Quién es? ¿Cómo no me has dicho nada? — se echó a reír— No me lo digas. Espera que lo adivine. Es…

—Es Elizabeth.

Su corazón dio un vuelco .

— ¿Qué has dicho?

Su amigo suspiró al otro lado de la línea.

— Me siento como un traidor.

—Riley, no digas eso. — susurró recuperando el habla— Eres la persona menos traidora que conozco. Ha sido la sorpresa, nada más. No sabía que había vuelto.

—Volvió hace año y medio. Lo ha pasado muy mal. Ha estado en rehabilitación un año antes de volver.

— ¿En rehabilitación? — la mano de su pecho se cerró arrugando su camiseta.

—En la universidad se hizo alcohólica.

—Oh, Dios mío.

—No soportaba la culpa y… ¡Joder, no debería contarte estas cosas! Tú ya lo has pasado muy mal.

—No, continúa. Quiero saberlo.

Su madre volvió a pasar por el pasillo y miró hacia ella. Al ver su expresión entró en la habitación sentándose a su lado. La miró a los ojos mientras Riley decía.

— Pues eso. Lo que pasó aquella noche la torturaba y bebía para mantenerse. Pero se le fue de las manos y cayó en un coma etílico. Ahí fue cuando envió la carta al periódico. Se estaba autodestruyendo. Su madre le acarició la espalda mientras a Isabella le caía una lágrima por la mejilla.— Después de que te fueras del pueblo, Edward fue a verla, pero aparentó estar bien. Tardó un año más en intentar suicidarse. — Bella cerró los ojos— Edward la metió en un centro y va a terapia. Ahora está muy bien. Es casi la misma de antes y no ha bebido desde su internamiento.

—Me alegro mucho. Espero que se ponga bien.

—Quiere hablar contigo antes de la boda. — dijo casi con miedo. Isabella miró a su madre que apretó los labios asintiendo— Entiendo que no quieras venir, pero me gustaría mucho que estuvieras en la boda.

Encontrarse con todos de nuevo… no sabía si podría soportarlo. Ahora tenía otra vida y llevaba tres años intentando dejar todo eso atrás yendo a terapia. Al darse cuenta que no contestaba, su amigo dijo.

— No te sientas obligada por mí.

Se dio cuenta de lo egoísta que estaba siendo con Riley, que siempre había estado ahí para ella.

—Claro que iré a la boda. No me la perdería por nada.

Su madre sonrió y la besó en la sien antes de levantarse para salir de la habitación mientras Riley se reía del alivio.

—Espero que llegues al menos el día antes.

—No te preocupes. Creo que te enterarás cuando llegue. Mi familia no pasa inadvertida.
Riley se echó a reír.

—En eso tienes razón. — después de unos segundos dijo— Estoy deseando que llegues.

— Te llamo en cuanto aterrice. Te quiero.

—Y yo a ti.

Colgó el teléfono y se mordió el labio inferior.

— ¿Ya te has enterado? — se volvió para ver a su hermano mayor apoyado en el marco de la puerta mirándola con ternura.

Reprimió las lágrimas asintiendo y Emmett suspiró acercándose a la cama tirando la chaqueta del traje sobre el edredón.

— No quería hacerte daño. —se sentó ante ella y le tocó la nariz— Te quiere mucho.

—Lo sé. — abrazó sus piernas mirándole. Eran tan parecidos que nadie podía decir que no eran hermanos y habían conectado muy bien. De hecho, su comunicación era como si nunca se hubieran separado— ¿Lo sabías?

—Todos lo sabíamos, pero esperábamos a que él te lo dijera. El pobre estaba aterrado.

—Vaya, lo siento.

—No es culpa tuya. Jasper le ha dicho mil veces que hablara contigo y se quitara el peso de encima.

— ¿Y papá qué dice?

— Ya le conoces. Cuando se enteró casi se lo come a gritos, pero después le dio un abrazo y le dijo que te lo contara cuando encontrara el momento.

— ¿Vendréis a la boda conmigo?

— ¿Y dejarte sola? ¿Tú qué crees?

Sonrió sin poder evitarlo. Desde que había vuelto siempre estaba rodeada de alguien de la familia para que nunca se sintiera sola. Incluso cuando iba a la universidad su madre la llamaba varias veces al día para comprobar que estaba bien.

— ¿Qué pasa?  Su hermano Jasper de veintisiete años entró en la habitación en pantalón corto de deporte mostrando lo enorme que era y al verla levantó sus cejas rubias.— ¿A quién tengo que matar?

Emmett e Isabella se echaron a reír.

— A Riley.

—Ah, con ese puedes tú sola. No me necesitas. En realidad, puedes con todos. Yo sólo soy un apoyo.

Se miraron a los ojos sabiendo lo que quería decir y su padre pasó tras Jasper.

— Hijo, dúchate. ¡Apestas!

Se echaron a reír y su padre le dijo a Isabella.

— Hija, el avión estará listo para mañana. Nos hospedaremos en el rancho Masen.

Ella palideció.

— ¿Qué?

—No hay sitio en toda la ciudad y somos cinco. Edward ha llamado para decirnos que podíamos hospedarnos allí y no he podido rechazarlo.

Atónita se levantó de la cama.

— ¿Desde cuándo hablas con Edward? —su padre miró a sus hermanos que negaron con la cabeza— ¡Oh, venga ya! ¿Cuántas cosas me ocultáis?

—Isabella, vístete para salir, que vamos de compras. — dijo su madre pasando con una maleta tras su padre.

— ¡Mamá! ¡Tengo vestidos de sobra! — miró a su padre fijamente— Suéltalo.

—Cuando llegaste a Nueva York llamó varias veces para comprobar que estabas bien y cuando te operaron se enteró por Riley. — sin darse cuenta se llevó la mano hasta su mejilla que ahora tenía una cicatriz apenas perceptible— También se puso en contacto conmigo para preocuparse.

— ¡Preocuparse! — asombrada miró a sus hermanos— ¡Preocuparse! ¡Esto es el colmo!

Su padre sonrió.

— Alistair me llamó un par de veces por un plan de inversión que estaba barajando y…

— ¡Encima! — asombrada puso los brazos en jarras— ¿Has asesorado financieramente a los Masen?

Su padre hizo una mueca.

—Es un blando. — dijo Jasper divertido— Y sus empleados piensan que es un ogro. Qué equivocados están.

— ¡Era un asunto de trabajo! — su padre se volvió para irse.

— ¡Un momento! ¿Y cómo es eso de que dormimos allí? Yo no voy. Me quedo con el reverendo Cullen.

Su padre se volvió suspirando.

— Cielo, si no quieres que Riley sufra, debes hacer un esfuerzo. Ellos lo están haciendo.

—Tiene razón papá, Bella— dijo Emmett. — No tenían que ofrecerse para que estuviéramos en su casa. Intentan arreglarlo.

—Arreglarlo, ¿eh? ¡Hay cosas que no tienen arreglo!

—Edward ha dicho que…

— ¡Yo no voy a su casa! —dijo dolida— ¡No me querían en el rancho y no pienso pisarlo de nuevo!

—Pues se casan allí. — dijo Jasper a punto de partirse de la risa.

— ¡Venga ya! ¡No puedo tener tan mala suerte!

Emmett se echó a reír al ver su cara de indignación. Gruñó al darse cuenta que no la vacilaban.

— Odio a Riley.

—Nos hospedaremos allí. Es más sencillo.

— ¡Pues me voy el viernes!

—Nos vamos mañana. — dijo su padre con esa mirada de se hace lo que yo digo.

Isabella gimió mirando a sus hermanos.

— ¿No vais a decir nada?

—Ni hablar. Menudas vacaciones. ¡En un rancho! —Jasper golpeó un puño con el otro —Además me muero por conocer a Edward.

Su padre le señaló con el dedo.

— No causes problemas. Esto es cosa de tu hermana.

—Claro, papá. Solo soy la cobertura.

—Menos mal que voy yo que soy la voz de la razón— dijo Emmett pasando a su lado y besándole la frente antes de salir de la habitación— Espero que vayas espectacular para darles en las narices a todos.

Isabella entrecerró los ojos antes de gritar.

— ¡Mamá! ¡Estoy en cinco minutos!

— ¡Date prisa! ¡Hay mucho que hacer!

Gimió llevándose las manos a sus rizos.

— Cuatro días allí. ¡Me voy a volver loca!

— ¡Señorita Isabella, el señor Jacob la espera en el salón! — gritó Leah su asistenta desde el piso de abajo.

—Será pijo. — dijo su hermano divertido— ¿Por qué sales con ese idiota?

—Déjame disfrutar un poco.

—No será porque es alto y de ojos azules ¿verdad? — preguntó con burla.

— Pero, ¿qué dices?

—Papá dice que Edward es así. Y cree que estás loca por él y que sales con ese idiota porque se parece a Edward.

— ¡No se parecen en nada! ¡Jacob tiene corazón!

—Es interesante que no hayas dicho que no estás loca por Edward.

— ¡Oh, cállate! ¡Debería estar chiflada!

—Jasper, deja a tu hermana. — su madre entró en la habitación y miró su camiseta rosa y su pantalón corto de deporte—Vale, pues sales así. No tienes tiempo para cambiarte.

Jasper y su madre se echaron a reír por su cara de horror antes de correr hasta el vestidor.

Su madre arrugó su naricilla

– Hijo…

—Sí, ya voy.

— Antes echa a ese idiota, ¿quieres? Ya se ha olvidado de él.

—Será un placer. — dijo malicioso.


14 comentarios:

  1. Me encanta que su verdadera familia la haya recibido de esa forma, que ahora no dependa de los Masen.... que por fin pueda tener una vida, que les demuestre que puede sola ;)
    Besos gigantes!!!
    XOXO

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  2. Que bien logró aún que sea perdonarle un poco y ahora si gran familia.
    Siempre estoy pendiente de las actualizaciones me encanta gracias por subirla

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  3. Que mala suerte tiene Bella jajaj, pero definitivamente va a ser un encuentro divertido.

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  4. K cosas no Que la odiaba y se va a cazar k cosas jajaja, bella tiene una hermosa familia sobre todo sus hermanotes 😄😄😄 super capi como siempre ya quiero lerror el reencuentro

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  5. Me encanta su relación con su familia. Deseando leer el próximo capítulo. Besos ��

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  6. Que linda la verdadera familia de Bella, me encantan y que bombones son sus hermanos.

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  7. Lo adoro gracias ameee el cap graciasssss hermosa graciasssss graciasssss graciasssss graciasssss emocionada con el encuentro para darle su merecido a Edward jajajajajajaja gracias gracias gracias gracias

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  8. hermoso capi, hermosa historia.... gracias por compartirla!!!!!

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  9. Me encantó el capitulo, que ganas de ver el reencuentro y ver la cara que se le va a quedar a Edward .... Con muchas ganas del siguiente capítulo

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  10. Me encantó el capítulo. Muy emotivo. Amé el encuentro con su familia tan hermosa, qué nervios, presiento que el reencuentro será fantástico... Habrá corazoncitos rotos... Fabuloso el capítulo!!

    Saludos.
    Sina

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  11. Wou este cap estuvo súper mega increíble, todo el dolor De la traición, el rencor, la tristeza, el arrepentimiento, la reconciliación, el reencuentro, el amor De familia ... Wuauuu k cap!!!
    X favor no t demores en actualizar, muero x saber k pasa... El reencuentro después de 4 años con el reberendo cullen, alistar, elizabeth pero sobretodo con edward wouuu ...no te demores en actualizar chica!!!

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  12. Hola... me gusto mucho el cap. Pero me gustaria saber que fue lo que en realidad sucedio con la desaparición de Bella cuando era pequeña...

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