A la mañana
siguiente estaba arrodillada en el jardín quitando las malas hierbas cuando
escuchó que un coche aparcaba ante la casa. Se levantó suspirando y rodeó la
casita para ver un cuatro por cuatro negro y a dos hombres de traje mirando la
casa.
— Hola. ¿Puedo
ayudarles?
Los hombres la
miraron y uno de ellos se quitó las gafas de sol para decir fríamente.
— ¿Usted es
Isabella Masen?
—Sí, soy yo. — se
acercó a ellos — ¿Son de la policía?
—Del FBI. Agente
especial Paul Lahote y el agente especial Jared Cameron— dijo el moreno
señalando a su compañero con las gafas—¿Podemos entrar en la casa?
Miró a su alrededor
y vio a una vecina mirando a través de la ventana.
— Sí, claro. Aunque
seguro que ya lo sabrá toda la ciudad. ¿Han hablado con el sheriff?
—Hace una hora que
hemos tenido una reunión para hablar del asunto. — entraron en la casa tras
ella, que los llevó hasta los sofás.
— ¿Quieren tomar
algo? ¿Un café?
—No gracias,
acabamos de tomar. —nerviosa vio que aún llevaba los guantes de jardinería en
la mano y se los quitó a toda prisa—Siéntese, por favor.
—Yo no voy a poder
ayudarles. No me acuerdo de nada antes de llegar aquí.
—Eso también lo
hemos hablado con el sheriff Uley, señorita Masen. Venimos a explicarle la
situación actual de la investigación.
Preocupada se sentó
en el sillón del reverendo mirándoles de frente.
— Ustedes dirán.
—Por supuesto
debemos hacer análisis de ADN para confirmar su identidad, pero todo apunta que
usted es Isabella Swan y que es la persona que estamos buscando. Sus padres
biológicos nunca se dieron por vencidos y…
— ¿Viven los dos?
—preguntó emocionada.
—Sí, ambos viven en
Nueva York, así como sus dos hermanos mayores.
Se llevó una mano
al pecho impresionada.
— ¿Tengo hermanos?
—Sí, dos varones.
–los agentes se miraron incómodos— Primero queremos pedirle disculpas porque
por un fallo en la investigación, no se la encontró mucho antes. Al parecer al
considerarse un secuestro para pedir un rescate por la posición económica de
sus padres, no se publicó su fotografía en personas desaparecidas, pues se
quería mantener en secreto y por lo tanto cuando la buscaron desde la oficina
del sheriff por supuesto no la encontraron.
—Me lo imaginé. Al
decirme que tenía niñera…
Los agentes
asintieron.
— Sus padres están al llegar. — se asustó al
escuchar eso y nerviosa miró hacia las ventanas— Todavía tardarán una hora. No
se asuste. Son buenas personas que solo desean reencontrarse con usted.
—Dios mío. — se
llevó la mano a la cicatriz. Los agentes se miraron muy incómodos y se escuchó
un frenazo en la puerta. Palideció pensando en sus padres y escuchó dos
portazos. Cuando la puerta se abrió mostrando a Edward casi sintió alivio.
— ¿Qué coño pasa
aquí? — miró a los hombres acercándose y Alistair entró detrás.
Los agentes se
levantaron alerta al ver su actitud.
— ¿Quién es usted?
—Edward Masen.
—Señor Masen,
íbamos a ir a verles en cuanto los padres de la señorita Swan llegaran.
Edward palideció y
su padre se puso a su lado.
— ¿Entonces es cierto?
¿Han encontrado a sus padres?
—Sí, están a punto
de llegar directos de Nueva York.
— ¿Nueva York? —
Edward parecía que no se lo creía y ella se levantó del sofá provocando que la
mirara— ¿Te vas?
Muy nerviosa
preguntó.
—¿Qué hacéis aquí?
— ¿Te vas a ir del
pueblo?
—Por favor, ahora
no le hagan esas preguntas. La señorita todavía lo está procesando. Está muy
nerviosa y esto no la beneficia.
—Bella…— Alistair
dio un paso hacia ella— ¿Podemos hablar?
— ¿De qué? — les
miró incrédula— ¿Qué hacéis aquí? ¿No podéis dejarme en paz?
Los agentes se
tensaron.
— ¿Qué diablos
hacéis aquí? — gritó el sheriff Uley desde la puerta.
— ¿Queremos saber
qué ocurre? — Edward la señaló— ¿Cómo saben que son sus padres?
— Pero, ¿qué te
pasa, Edward? ¿Desde cuándo tienes tanto interés por lo que le pase a Isabella?
—Nunca he querido
que le pasara nada malo.
—Mentiroso. — dijo
ella con la rabia acumulada todos esos años— ¡Nunca me quisiste en el rancho!
¡El accidente te vino estupendamente para echarme de la casa! ¡Te vino de
perlas! —Edward negó con la cabeza atónito— ¡No mientas! ¡Tus continuas frases
irónicas, tus miradas de rechazo… casi fue un alivio irme del rancho para no
verlas!
—Dios mío. —
susurró Alistair— ¿Qué hemos hecho?
Los ojos de Bella
se llenaron de lágrimas al ver el sufrimiento del que había querido como un
padre.
— ¿Qué habéis
hecho? ¡No quererme! ¡Nunca he sido de la familia! ¡Ninguno de los tres me
quería!
Pasos en el porche
la hicieron mirar hacia allí y sintió que el tiempo se detenía al ver unos ojos
verdes. Su madre la miraba totalmente pálida. Era muy bella y debía tener unos
cuarenta y cinco años. Tenía el cabello idéntico a ella en color, pero no tenía
rizos y lo llevaba cortado a la altura de los hombros
— ¿Isabella? —
preguntó casi con miedo. El tono de su voz y como lo había dicho, le recordó
algo, lo sintió en su interior y dio un paso hacia ella —Oh, mi niña. — abrió
los brazos caminando hacia ella y Isabella la abrazó. No podía explicarlo, pero
era como si fueran una parte de la otra. Lo sentía y sabía que era su madre.
Un hombre se colocó
tras de su madre y ella levantó la vista para ver que era muy alto y moreno con
ligeras canas en las patillas. Tenía los ojos castaños llenos de lágrimas y
susurró— Mi patito. —le acarició la
cicatriz de la mejilla y ella cerró los ojos disfrutando de su contacto. Las
abrazó a las dos y el sheriff se emocionó limpiándose las lágrimas, mientras
Edward se dejaba caer en una de las sillas del comedor derrotado. Alistair
salió de la casa lentamente.
—Señores Swan,
entiendo que se dejen llevar por las emociones, pero hay unos trámites que
debemos seguir.
Su padre se apartó
de ellas mientras su madre se seguía aferrando a Isabella como si no quisiera
soltarla.
— ¿Cree que no
conocemos a nuestra hija?
— ¡Bella! — gritó
Riley subiendo los escalones del porche corriendo con el periódico en la mano—
¿Has leído la noticia? — excitado levantó el periódico— ¡Elizabeth reconoce que
te empujó para salir del coche…— al ver a todas las personas que había en el
salón se detuvo en seco— ¿Qué pasa aquí?
Edward apoyó los
codos sobre la mesa pasándose los dedos entre el cabello.
—Riley, llévate
eso. — dijo el sheriff mirando de reojo al padre de Isabella.
—Un momento. — uno
de los agentes se acercó a su amigo y le cogió el periódico.
— ¿Qué pasa aquí?
El agente leyó la
noticia a toda prisa y se enderezó.
— Ahora entiendo lo
de la cicatriz que no aparecía en el informe policial de su desaparición. — se
lo acercó a su compañero y este leyó la noticia que estaba a toda página.
Isabella miró a
Edward sobre el hombro de su madre, que le acariciaba la espalda como cuando
era niña. Se miraron a los ojos y ella pudo ver la tortura en los suyos, pero
desvió la mirada porque ya no quería sentir más dolor.
—Esto es muy serio,
sheriff. — dijo el agente muy tenso.
—Lo sé.
— ¿Qué ocurre? —
preguntó su padre.
—Al parecer su hija
sufrió esas cicatrices en un accidente de coche. La otra chica conducía el
coche y la culpó a ella. La conductora iba ebria.
— ¿Cómo? — su padre
le arrebató el periódico y la leyó a toda prisa— ¡Aquí dice que culparon a mi
hija! ¡Después de pasarse un mes en el hospital la echaron de casa!
Su madre gimió
apretándola con más fuerza como si quisiera protegerla y empezó a tararear como
cuando era niña y quería que se durmiera.
Edward se levantó y
ella abrió los ojos provocando que una lágrima cayera mojando la blusa de su
madre.
— Lo siento, Bella.
Sólo quería que lo supieras.
— ¡Esto es
inconcebible! — gritó su padre fuera de sí— ¿Las personas que la acogieron le
hicieron esto, después de que ella fuera la única que había sufrido las
consecuencias de ese accidente? ¿Pero qué clase de locos la cuidaban?
—Nosotros.
Su padre miró a
Edward incrédulo.
— ¿Me está diciendo
que usted es responsable de dejar que esta malcriada— dijo levantando el
periódico— culpara a mi hija que estaba tirada en la cama de un hospital sin
poder defenderse y usted la echó de casa?
Edward apretó los
labios y miró a Bella un segundo antes de decir.
— Sí. Yo soy el
responsable de todo y no sabe cómo lo siento.
—Ya puede sentirlo
porque les voy a meter un pleito que les voy a dejar temblando. ¡Y a esa tal
Elizabeth ya puede huir, porque va a ir a prisión!
—Papá, no.
Su madre sin dejar
de abrazarla miró a su padre que apretó los labios impotente.
— Charlie, déjalo.
Solo quiero llevármela a casa.
— ¡Pero Renée, tú
no has leído esto!
Se miraron a los
ojos.
— Ni quiero leerlo.
Sólo quiero olvidar estos horribles años sin ella y llevármela. Por favor.
Isabella se separó
de su madre mirando a Edward y se colocó ante él. Sonrió sintiendo paz después
de muchos años.
—Dile a Elizabeth
que la perdono, que no se torture por lo que no puede cambiar. Y dile a
Alistair que los años en los que sustituyó a mi padre lo hizo muy bien.
— ¿Y a mí qué me
dices? Dime algo, Isabella. — le rogó con la mirada— Por favor.
— ¿Sabes? Cuando me
encontraste creo que fue la única vez que te comportaste como mi hermano. —él
se tensó— No me soltaste la mano en muchas horas y estuviste ahí. ¿Por qué
dejaste de sostener mi mano, Edward?
—Porque cogiste la
de Elizabeth.
Entonces lo
entendió. Había estado celoso porque se había apoyado en Elizabeth en lugar de
en él, que era mucho mayor.
Sonrió dejando a
todos sin aliento y levantó los brazos rodeando su cuello para abrazarle. Nunca
lo habían hecho en todos esos años.
Edward la abrazó a
él con fuerza
— Adiós, Edward.
Él no la soltaba y
le susurró al oído
— Vuelve.
Sorprendida le miró
a los ojos dando un paso atrás. Edward se volvió saliendo de allí a toda prisa.
Cuando se fue, Isabella miró a Riley que estaba llorando.
— ¿Te vas?
—Te voy a echar
mucho de menos. — se abrazaron.
—Te iré a visitar.
— ¿Vendrás a Nueva
York?
Riley abrió los
ojos como platos haciéndola reír.
— ¿Es broma?
—Puedes venir
cuando quieras. —dijo su padre abrazando a su madre por los hombros— Eres muy
bien venido.
—Gracias. —
impresionado miró a Bella— Me tienes allí el próximo fin de semana.
Todos se echaron a
reír y ella le abrazó de nuevo. Miró a sus padres y les dijo.
— Tengo que ir a
despedirme de la señora Cooper y del reverendo.
—Voy contigo. —
dijo su amigo.
Al ver que cojeaba
un poco al salir de la casa, su madre apretó los labios.
— Charlie…
—La verán los
mejores especialistas. No te preocupes.
Mientras tanto ella
fue hasta la librería donde estaban sustituyendo el cristal. Habló con la mujer
unos minutos y cuando salía de allí Alistair la estaba esperando.
Caminó hasta él
lentamente.
— Me alegro que no
te hayas ido al rancho todavía. — dijo ella sonriendo— Le he dicho a Edward…
—Me lo ha dicho. —
dijo emocionado— Y quería que supieras que me arrepentí mil veces de haber
tomado aquella decisión, pero ya no podía echarme atrás. No hubiera sido justo
para ti.
—Eso ya es agua
pasada. — se acercó y le dio un beso en la mejilla— Adiós Alistair.
—Vamos, niña. Tus
padres te esperan. — se volvió sorprendida para ver al reverendo y se acercó abrazándolo.
—Gracias. Gracias
por todo.
—De vez en cuando
llámame, ¿quieres? Para saber que estás bien.
—Por supuesto.
Se alejó de él con
lágrimas en los ojos e Riley la cogió de la mano para acompañarla hasta el
coche donde sus padres ya la estaban esperando.
— ¿Crees que
volverá algún día? — preguntó Alistair sin perderla de vista.
—Claro que volverá.
Aunque no lo sepa, ha dejado aquí su corazón.
Alistair miró al
reverendo.
— Se lo hemos roto
muchas veces.
—Pero volverá con
él curado. —miró a Alistair advirtiéndole —Esperemos que no se lo vuelvan a
romper.
~~~Cuatro años después~~~
—Felicidades,
licenciada. — dijo Riley divertido al otro lado de la línea— Así que
veterinaria.
—No voy a poder
porque… tienes que venir tú.
Se le cortó el
aliento.
— No puedo ir.
Venga, hay una fiesta buenísima en el Plaza. Papá dice que te envía el avión.
—Me encanta ser el
niño mimado de tu padre, pero tendréis que venir todos. Me caso el sábado.
Se echó a reír a
carcajadas y su madre que pasaba por el pasillo sonrió pasando de largo.
— Esa ha sido
buenísima. Menuda trola. — el silencio al otro lado de la línea la hizo perder
algo la sonrisa— Es broma, ¿no? ¡Si ni siquiera tienes novia! No me digas que
te has apuntado a un reality de esos de casarse sin conocer a la novia.
Su amigo carraspeó.
— No quería
decírtelo por teléfono…
Se tensó sentándose
en la cama porque su amigo parecía incómodo con ella.
— ¿Estás enfadado
conmigo?
—Claro que
no…Joder, qué difícil es esto. Pensaba decírtelo hace dos fines de semana, pero
no encontré el momento.
Sonrió más
tranquila.
— Puedes contarme
lo que quieras. Nunca podrías decir algo que me molestara. ¿Lo de casarte va en
serio?
—Estoy loco por
ella. — se emocionó por el tono de su voz y se llevó una mano al pecho— Hacía
años que me sentía atraído por ella, pero hace un año y medio coincidimos en la
Iglesia…
— ¿Año y medio? —
atónita jadeó— ¿Cómo no me has dicho nada? ¿Quién es? ¿Cómo no me has dicho
nada? — se echó a reír— No me lo digas. Espera que lo adivine. Es…
—Es Elizabeth.
Su corazón dio un
vuelco .
— ¿Qué has dicho?
Su amigo suspiró al
otro lado de la línea.
— Me siento como un
traidor.
—Riley, no digas
eso. — susurró recuperando el habla— Eres la persona menos traidora que
conozco. Ha sido la sorpresa, nada más. No sabía que había vuelto.
— ¿En
rehabilitación? — la mano de su pecho se cerró arrugando su camiseta.
—En la universidad
se hizo alcohólica.
—Oh, Dios mío.
—No soportaba la
culpa y… ¡Joder, no debería contarte estas cosas! Tú ya lo has pasado muy mal.
—No, continúa.
Quiero saberlo.
Su madre volvió a
pasar por el pasillo y miró hacia ella. Al ver su expresión entró en la
habitación sentándose a su lado. La miró a los ojos mientras Riley decía.
— Pues eso. Lo que
pasó aquella noche la torturaba y bebía para mantenerse. Pero se le fue de las
manos y cayó en un coma etílico. Ahí fue cuando envió la carta al periódico. Se
estaba autodestruyendo. Su madre le acarició la espalda mientras a Isabella le
caía una lágrima por la mejilla.— Después de que te fueras del pueblo, Edward
fue a verla, pero aparentó estar bien. Tardó un año más en intentar suicidarse.
— Bella cerró los ojos— Edward la metió en un centro y va a terapia. Ahora está
muy bien. Es casi la misma de antes y no ha bebido desde su internamiento.
—Me alegro mucho.
Espero que se ponga bien.
—Quiere hablar
contigo antes de la boda. — dijo casi con miedo. Isabella miró a su madre que
apretó los labios asintiendo— Entiendo que no quieras venir, pero me gustaría
mucho que estuvieras en la boda.
Encontrarse con
todos de nuevo… no sabía si podría soportarlo. Ahora tenía otra vida y llevaba
tres años intentando dejar todo eso atrás yendo a terapia. Al darse cuenta que
no contestaba, su amigo dijo.
— No te sientas
obligada por mí.
Se dio cuenta de lo
egoísta que estaba siendo con Riley, que siempre había estado ahí para ella.
—Claro que iré a la
boda. No me la perdería por nada.
Su madre sonrió y
la besó en la sien antes de levantarse para salir de la habitación mientras
Riley se reía del alivio.
—Espero que llegues
al menos el día antes.
—No te preocupes.
Creo que te enterarás cuando llegue. Mi familia no pasa inadvertida.
Riley se echó a
reír.
—En eso tienes
razón. — después de unos segundos dijo— Estoy deseando que llegues.
— Te llamo en
cuanto aterrice. Te quiero.
—Y yo a ti.
Colgó el teléfono y
se mordió el labio inferior.
— ¿Ya te has
enterado? — se volvió para ver a su hermano mayor apoyado en el marco de la
puerta mirándola con ternura.
Reprimió las
lágrimas asintiendo y Emmett suspiró acercándose a la cama tirando la chaqueta
del traje sobre el edredón.
— No quería hacerte
daño. —se sentó ante ella y le tocó la nariz— Te quiere mucho.
—Lo sé. — abrazó
sus piernas mirándole. Eran tan parecidos que nadie podía decir que no eran
hermanos y habían conectado muy bien. De hecho, su comunicación era como si
nunca se hubieran separado— ¿Lo sabías?
—Todos lo sabíamos,
pero esperábamos a que él te lo dijera. El pobre estaba aterrado.
—Vaya, lo siento.
—No es culpa tuya.
Jasper le ha dicho mil veces que hablara contigo y se quitara el peso de
encima.
— ¿Y papá qué dice?
— Ya le conoces.
Cuando se enteró casi se lo come a gritos, pero después le dio un abrazo y le
dijo que te lo contara cuando encontrara el momento.
— ¿Vendréis a la
boda conmigo?
— ¿Y dejarte sola?
¿Tú qué crees?
Sonrió sin poder
evitarlo. Desde que había vuelto siempre estaba rodeada de alguien de la
familia para que nunca se sintiera sola. Incluso cuando iba a la universidad su
madre la llamaba varias veces al día para comprobar que estaba bien.
— ¿Qué pasa? Su hermano Jasper de veintisiete años entró
en la habitación en pantalón corto de deporte mostrando lo enorme que era y al
verla levantó sus cejas rubias.— ¿A quién tengo que matar?
Emmett e Isabella
se echaron a reír.
— A Riley.
—Ah, con ese puedes
tú sola. No me necesitas. En realidad, puedes con todos. Yo sólo soy un apoyo.
Se miraron a los
ojos sabiendo lo que quería decir y su padre pasó tras Jasper.
— Hijo, dúchate.
¡Apestas!
Se echaron a reír y
su padre le dijo a Isabella.
— Hija, el avión
estará listo para mañana. Nos hospedaremos en el rancho Masen.
Ella palideció.
— ¿Qué?
—No hay sitio en
toda la ciudad y somos cinco. Edward ha llamado para decirnos que podíamos
hospedarnos allí y no he podido rechazarlo.
Atónita se levantó
de la cama.
— ¿Desde cuándo
hablas con Edward? —su padre miró a sus hermanos que negaron con la cabeza—
¡Oh, venga ya! ¿Cuántas cosas me ocultáis?
—Isabella, vístete
para salir, que vamos de compras. — dijo su madre pasando con una maleta tras
su padre.
— ¡Mamá! ¡Tengo
vestidos de sobra! — miró a su padre fijamente— Suéltalo.
—Cuando llegaste a
Nueva York llamó varias veces para comprobar que estabas bien y cuando te
operaron se enteró por Riley. — sin darse cuenta se llevó la mano hasta su
mejilla que ahora tenía una cicatriz apenas perceptible— También se puso en
contacto conmigo para preocuparse.
— ¡Preocuparse! —
asombrada miró a sus hermanos— ¡Preocuparse! ¡Esto es el colmo!
Su padre sonrió.
— Alistair me llamó
un par de veces por un plan de inversión que estaba barajando y…
— ¡Encima! —
asombrada puso los brazos en jarras— ¿Has asesorado financieramente a los Masen?
Su padre hizo una
mueca.
—Es un blando. —
dijo Jasper divertido— Y sus empleados piensan que es un ogro. Qué equivocados
están.
— ¡Era un asunto de
trabajo! — su padre se volvió para irse.
— ¡Un momento! ¿Y
cómo es eso de que dormimos allí? Yo no voy. Me quedo con el reverendo Cullen.
Su padre se volvió
suspirando.
— Cielo, si no
quieres que Riley sufra, debes hacer un esfuerzo. Ellos lo están haciendo.
—Tiene razón papá,
Bella— dijo Emmett. — No tenían que ofrecerse para que estuviéramos en su casa.
Intentan arreglarlo.
—Arreglarlo, ¿eh?
¡Hay cosas que no tienen arreglo!
—Edward ha dicho
que…
— ¡Yo no voy a su
casa! —dijo dolida— ¡No me querían en el rancho y no pienso pisarlo de nuevo!
—Pues se casan
allí. — dijo Jasper a punto de partirse de la risa.
— ¡Venga ya! ¡No
puedo tener tan mala suerte!
Emmett se echó a
reír al ver su cara de indignación. Gruñó al darse cuenta que no la vacilaban.
— Odio a Riley.
—Nos hospedaremos
allí. Es más sencillo.
— ¡Pues me voy el
viernes!
—Nos vamos mañana.
— dijo su padre con esa mirada de se hace lo que yo digo.
Isabella gimió
mirando a sus hermanos.
— ¿No vais a decir
nada?
—Ni hablar. Menudas
vacaciones. ¡En un rancho! —Jasper golpeó un puño con el otro —Además me muero
por conocer a Edward.
Su padre le señaló
con el dedo.
— No causes
problemas. Esto es cosa de tu hermana.
—Claro, papá. Solo
soy la cobertura.
—Menos mal que voy
yo que soy la voz de la razón— dijo Emmett pasando a su lado y besándole la
frente antes de salir de la habitación— Espero que vayas espectacular para
darles en las narices a todos.
Isabella entrecerró
los ojos antes de gritar.
— ¡Mamá! ¡Estoy en
cinco minutos!
— ¡Date prisa! ¡Hay
mucho que hacer!
Gimió llevándose
las manos a sus rizos.
— Cuatro días allí.
¡Me voy a volver loca!
— ¡Señorita
Isabella, el señor Jacob la espera en el salón! — gritó Leah su asistenta desde
el piso de abajo.
—Será pijo. — dijo
su hermano divertido— ¿Por qué sales con ese idiota?
—Déjame disfrutar
un poco.
—No será porque es alto
y de ojos azules ¿verdad? — preguntó con burla.
— Pero, ¿qué dices?
—Papá dice que
Edward es así. Y cree que estás loca por él y que sales con ese idiota porque
se parece a Edward.
— ¡No se parecen en
nada! ¡Jacob tiene corazón!
—Es interesante que
no hayas dicho que no estás loca por Edward.
— ¡Oh, cállate!
¡Debería estar chiflada!
—Jasper, deja a tu
hermana. — su madre entró en la habitación y miró su camiseta rosa y su
pantalón corto de deporte—Vale, pues sales así. No tienes tiempo para cambiarte.
Jasper y su madre
se echaron a reír por su cara de horror antes de correr hasta el vestidor.
Su madre arrugó su
naricilla
– Hijo…
—Sí, ya voy.
— Antes echa a ese
idiota, ¿quieres? Ya se ha olvidado de él.
Me encanta que su verdadera familia la haya recibido de esa forma, que ahora no dependa de los Masen.... que por fin pueda tener una vida, que les demuestre que puede sola ;)
ResponderEliminarBesos gigantes!!!
XOXO
Que bien logró aún que sea perdonarle un poco y ahora si gran familia.
ResponderEliminarSiempre estoy pendiente de las actualizaciones me encanta gracias por subirla
Que mala suerte tiene Bella jajaj, pero definitivamente va a ser un encuentro divertido.
ResponderEliminarK cosas no Que la odiaba y se va a cazar k cosas jajaja, bella tiene una hermosa familia sobre todo sus hermanotes 😄😄😄 super capi como siempre ya quiero lerror el reencuentro
ResponderEliminarMe encanta su relación con su familia. Deseando leer el próximo capítulo. Besos ��
ResponderEliminarQue linda la verdadera familia de Bella, me encantan y que bombones son sus hermanos.
ResponderEliminarque lindooos
ResponderEliminarLo adoro gracias ameee el cap graciasssss hermosa graciasssss graciasssss graciasssss graciasssss emocionada con el encuentro para darle su merecido a Edward jajajajajajaja gracias gracias gracias gracias
ResponderEliminarhermoso capi, hermosa historia.... gracias por compartirla!!!!!
ResponderEliminarMe encantó el capitulo, que ganas de ver el reencuentro y ver la cara que se le va a quedar a Edward .... Con muchas ganas del siguiente capítulo
ResponderEliminarMe encantó el capítulo. Muy emotivo. Amé el encuentro con su familia tan hermosa, qué nervios, presiento que el reencuentro será fantástico... Habrá corazoncitos rotos... Fabuloso el capítulo!!
ResponderEliminarSaludos.
Sina
Me encanta, gracias por el capitulo
ResponderEliminarWou este cap estuvo súper mega increíble, todo el dolor De la traición, el rencor, la tristeza, el arrepentimiento, la reconciliación, el reencuentro, el amor De familia ... Wuauuu k cap!!!
ResponderEliminarX favor no t demores en actualizar, muero x saber k pasa... El reencuentro después de 4 años con el reberendo cullen, alistar, elizabeth pero sobretodo con edward wouuu ...no te demores en actualizar chica!!!
Hola... me gusto mucho el cap. Pero me gustaria saber que fue lo que en realidad sucedio con la desaparición de Bella cuando era pequeña...
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