—¿Qué es lo difícil de entender aquí, Bells? —Jake contestó algo exasperado—. Estoy preguntando si te gustaría salir a cenar y ver una película conmigo el viernes por la noche —aclaró con una expresión esperanzada.
—No lo sé, Jake… —dejé de hablar, buscando rápidamente en mi cabeza alguna razón sólida para rechazarlo suavemente. Algo que no fuera lo obvio.
—¡Vamos, será divertido! Te mostraré Estocolmo, ¡es una ciudad maravillosa! —intentó persuadirme con entusiasmo.
—No sé si sea apropiado… —comencé con duda.
—¿Por qué?
—Primero que nada, soy… —planeaba añadir “una mujer casada”, pero me detuve abruptamente cuando mi mirada cayó en su rostro; estaba radiante con optimismo y anticipación, y lo observé lo suficiente para perder mi determinación.
CAPÍTULO 5
No hay comentarios:
Publicar un comentario