28 de febrero de 2017

ADB Actualización






 ...No como Mike Newton. Joven, estúpido y malvado.

Frunciendo el ceño, sacó un frasco de pastillas y llenó un vaso de agua. No quería recordar, pero los dolorosos recuerdos siempre aparecían cuando menos lo esperaba. Mike Newton y sus sonrisas maliciosas. Era un chico que ella había querido como amigo, pero él tenía otra idea.

— ¿Qué pasa, Bella? —le preguntó Mike una mañana de domingo, a la salida de la iglesia—. ¿Te ha comido la lengua el gato? ¿O te la has mordido durante uno de tus ataques?

Bella solo tenía doce años. Y Mike se partió de risa al ver que se ponía colorada. Se partió de risa junto a sus amigotes, para quienes ella debía ser una especie de monstruo.

No sirvió de nada que su madre lo obligara a disculparse antes de meterlo en el coche de la oreja. Y tampoco sirvió de nada que su propia madre la abrazase al verla llorar.


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