—¿Crees que podríamos volver a empezar?
Ella lo miró con lágrimas en los ojos.
—No lo sé, Edward.
—¿Por qué?
No lo sabía porque nunca había sabido lo que
sentía por ella, ni siquiera en aquel momento lo sabía. Pero eso no iba a
reconocerlo; tenía demasiado orgullo.
—Porque podría volver a pasar. Podríamos volver
a hacernos daño.
Él levantó la mano para acariciarle la mejilla.
Ella hizo lo mismo.
—Intentaremos con todas nuestras fuerzas que no
vuelva a pasar, ¿vale?
No hay comentarios:
Publicar un comentario