Para Bella, la llegada del camarero con los menús fue de lo más oportuna, ya que de repente sentía un tumulto interior por las revelaciones de Edward y tuvo miedo de responder de mala manera y arrepentirse luego de ello.
Esa semana había sufrido demasiado dolor como para que se le pasara así, de repente y echarle la culpa de todo a Lauren. O como para dejar que unas cuantas palabras apasionadas tuvieran el efecto de una droga milagrosa, haciendo que todo fuera mejor. La situación no era tan mala como se había creído, pero ciertamente no estaba resuelta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario