—Lo sabes —le dijo—. ¿Verdad? Lo sabes todo.
Marie agarró el bolígrafo y jugueteó con él.
—¿No está esperándote
Bella?
—Se acabó, Marie —dijo él, meneando la cabeza—.
Estaba convencido de que estabas exagerando para obligarnos a casamos; pero eso
no es todo, ¿verdad? Sabías que habíamos roto. Bella no te lo dijo y tú te aprovechaste de eso para engañamos.
—Bueno, romper fue
una tontería.
—No tuve elección. Bella lo decidió.
—¿Y tú le dejaste?
—¿Qué se suponía que
tenía que haber hecho? ¿Agarrarla de los pelos?
—Por supuesto. De
manera figurativa, claro. ¿Lo sabe Bella?
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