19 de marzo de 2017

MDM Actualización


—Era un lazo del pelo de Isabella de cuando era pequeña.

—¿Qué? —Edward se giró y se encontró cara a cara con Marie. Ella señaló al lazo que llevaba en la mano.

—El lazo. Es de Isabella. Muchas de sus cosas están aquí. Cuando era pequeña siempre se quedaba conmigo cuando sus padres se marchaban de viaje.

—Ya lo sé —dijo él. También sabía que lo más acertado habría sido decir que Bella vivía con ella y que, ocasionalmente, visitaba a sus padres cuando ellos podían aceptar el inconveniente de tener una niña revoloteando a su alrededor.

—Ese era su lazo favorito cuando tenía ocho años. Siempre decía que la hacía sentir como una princesa —se sentó en un sillón y se echó una manta sobre las rodillas. Después le dedicó una mirada penetrante—. Eso es lo que una mujer necesita sentir el día de su boda; que es una princesa.


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