28 de marzo de 2017

Parcela de Tierra 8


¿No le pasará nada al bebé si nos acostamos? —le preguntó.

—No, claro que no —contestó Bella acariciándole la mejilla y sonriendo—. Te lo prometo, no le pasará nada. No nos vas a hacer daño ni a mí ni a él.

—Gracias a Dios.

Aquélla era la declaración más bonita que Bella había oído de Edward y, si no hubiera sido porque la tomó en brazos y la levantó por los aires a toda velocidad, tal vez se habría reído.

—¿Qué haces?

—Llevarte a mi dormitorio —contestó Edward subiendo los escalones de dos en dos—. Desde que te has venido a vivir conmigo, sueño con tenerte en mi cama. No puedo dormir de lo mucho que te deseo.

—Te recuerdo que duermo al otro lado el pasillo —murmuró Bella—. ¿Por qué no has venido nunca a buscarme? —añadió mordisqueándole el lóbulo de la oreja.

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