1 de noviembre de 2017

SE 2


―¡Aleluya! ¿Es posible que haya sido terriblemente injusto, señorita Swan? Bella se dio bruscamente la vuelta y se encontró con Edward Cullen de pie al lado de la puerta de su casa, con la mirada clavada en el vestido de novia.

― ¡Qué... qué creación! ―añadió en tono burlón y desvió la mirada del vestido para fijarla en Bella, que se encontraba de pie sin zapatos, sólo con los calcetines puestos―. Pero, ¿sabe usted?... ―murmuró, mientras reparaba en su pelo suelto y en el bonito chaleco que se había puesto para protegerse del frío―. Me la podría imaginar con un vestido... más sencillo.


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