10 de febrero de 2018

Mi lugar en el mundo 5

—Bella, tienes que dejar que te lleven al hospital.

—No. ¡Si me pongo de pie mi bebé morirá!

—No tendrá que ponerse de pie —le aseguró uno de los enfermeros, pero ella no le hizo caso. No podía dejar de mirar a Edward con fijeza.

—Por favor, no dejes que pierda a mi bebé. 
Te prometo...—su voz se diluyó en el momento en que otra  contracción la sobrecogía y la hacía retorcerse de dolor.

—Está bien, Bella. Tienes que confiar en estos hombres.

—No puedo. A ellos no les importa —no atendía a razones y él no sabía cómo convencerla—. Es mi bebé. Por favor, no puedo dejar que muera. Lo quiero.

A él le escocían los ojos y las emociones no le permitían hablar.

—Por favor, Edward —Bella lo miró implorante— no dejes que pierda a mi bebé. Te prometo que no le diré a nadie quién es el padre. Volveré a Estados Unidos. No volveré a molestarte pero, por favor, no dejes que lo pierda.

—No digas esas cosas —contestó él aunque las palabras de Bella ya estaban en su conciencia.


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