—Esta vez lo estarán. Confía en mí, Bella. No volveré a hacerte daño.
¿Y cómo iba a evitarlo? El no la quería y eso en sí le hacía daño. No debería. No debería amarlo. Debería ser capaz de obtener placer igual que hacía él sin involucrar a los sentimientos. Pero ella sabía que no podía hacerlo.
Aspiró el aroma de Edward dándose cuenta de que él era y sería el único hombre de su vida. Tomar conciencia de ello la cegó como si un rayo hubiera inundado la cámara. Seguía amándolo. A pesar de la forma en que la había rechazado, siempre lo amaría.
Hola vas.a continuar con esta historia. Gracias
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