Capítulo 12 / Una Segunda Oportunidad



Edward se quedó mirando la puerta del cuarto de baño. La negativa de Bella diciendo que no le pasaba nada le sonaba a muy falsa. Era otra defensa, como esa puerta, para mantenerlo apartado de ella. Lo que le sorprendió fue ver lo mucho que eso le importaba.

Hacía una semana, tal vez ni habría notado el que ella lo dejara fuera y lo habría achacado a un mal humor que se le pasaría, nada de lo que preocuparse.

Pero él había cambiado. Y, de repente, le parecía terriblemente importante no tener puertas cerradas entre ellos. Se habían abierto y quería que siguieran así. Eso le importaba muchísimo.

Tenía el estómago encogido y la mente funcionando a toda velocidad. ¿A qué venía ese súbito rechazo? ¿Qué era lo que lo había disparado? Se había apartado de él con una reacción tan extrema que lo había hecho sentirse un montón de fango con el que ella no pudiera soportar rozarse.

Se estremeció cuando tuvo la premonición de que Bella estuviera terminando con lo que había empezado entre ellos antes siquiera de que él se hubiera dado cuenta del todo. Todo en él se negó a aceptar eso. Fuera lo que fuese lo que hubiera sucedido tenía que ser detenido, arreglado.

Pensó entonces en Lauren. Había sido Lauren y ese hotel lo que había hecho que ella empezara a cambiar. Y allí estaban, en Durley House con Lauren, y las dos habían estado solas en el salón antes de que él saliera del baño. El humor y las actitudes no cambian tan de repente sin un sentimiento poderoso que lo impulse, y Lauren había despertado sentimientos poderosos en Bella en otras dos memorables ocasiones.

Tal vez Bella estuviera sacando algo de sus proporciones, pero él quería descubrir qué había pasado entre las dos. Miró su reloj, estaba impaciente por hablar con su secretaria personal. No podía tardar mucho en terminar de vestirse, les servirían el desayuno dentro de cinco minutos.

Llevó el café que Bella le había hecho a la cocina, ya no le apetecía.

El camino desde el aeropuerto había sido una delicia. Había instalado a Lauren delante del Mercedes, junto al conductor y Bella y él se habían sentado detrás. Ella había brillado de felicidad y excitación.

Le había gustado sujetarle la mano y ver su entusiasmo por el viaje y por lo que pensaba hacer hoy. Entonces ella no había tenido ningún problema en tocarlo, no había habido ninguna sensación de distancia entre ellos.

Miró la mano que había sujetado la suya y flexionó los dedos, recordando la sensación de haber tenido entre ellos algo precioso y que no deseaba que desapareciera.

La impresión de tener una segunda oportunidad para su matrimonio era muy fuerte y se dio cuenta de que quería profundizar más en ella, de que quería más de la vida.

Necesitaba saber qué le estaba pasando a Bella para poder corregirlo. Recordó que, cuando entró en el salón, estaba preocupado por los negocios y no se había dado cuenta de nada en particular. Parecía como si Lauren y Bella estuvieran charlando.

Trató de reconstruir la escena mentalmente. Bella estaba sentada en el sofá, con una revista en el regazo. Lauren, con una de sus batas habituales, estaba al otro lado de la mesita de café. Había oído vagamente a Lauren ofreciéndole su ayuda, nada ofensivo en su tono, nada que lo alertara para lo que vino después.

La mirada que Bella le había dirigido.

Era como si él se hubiera transformado del Doctor Jeckyll en Míster Hyde delante de sus ojos. En vez de verlo a él, parecía estar viendo a un extraño al que no conociera, en el que no confiara y del que no quisiera estar cerca, alguien de quien era más seguro escaparse. Que era precisamente lo que ella había hecho, escapar metiéndose en el cuarto de baño.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el timbre de la puerta. Era el camarero con su segundo desayuno del día, ya que el primero lo habían tomado en el avión, pero hacía ya casi cuatro horas.

Lauren salió entonces de su habitación, adoptando de nuevo su aire de perfecta anfitriona. Se había pasado anteriormente, posiblemente ofendiendo a Bella, aunque no se le había notado. De todas formas, Edward iba a tener unas palabras con Lauren al respecto.

La puerta del cuarto de baño permaneció cerrada a cal y canto. Los grifos seguían corriendo.

Mientras el camarero servía la mesa bajo la supervisión de Lauren, Edward llamó a la puerta del cuarto de baño.

—Bella, el desayuno está aquí y los cruasanes están calientes. Podrías dejar el baño para luego.

—No —dijo ella—No tengo hambre. Gracias.

Aquello no le dejaba a Edward más opción que aguantarse. No podía salir nada productivo de esa charla a través de la puerta y, no iba a ceder al impulso primitivo de echarla abajo. Probó el picaporte, pero la puerta no sólo estaba cerrada, sino que el cerrojo estaba echado.

Y eso no significaba nada bueno. Lauren acompañó a la puerta al camarero y, dado que ella era la única persona que le podía dar alguna respuesta, se dirigió al salón, instalándose en la mesa y esperando a que ella volviera.

—¿No va a desayunar con nosotros tu esposa? —le preguntó. 

—No. No tiene hambre.

—Bueno, ella puede comer cuando quiera.

Sus ojos parecieron decirle que no como ellos. Edward luchó contra la intimidad que Lauren estaba proyectando, aunque fuera perfectamente razonable, dadas las circunstancias. Había una especie de complacencia en su actitud que implicaba que la presencia de Bella no era requerida. Ni deseada. Un equipaje superfluo del que podían pasar.

¿Había hecho sentirse así a Bella esa mañana?

Se sintió culpable mientras le ofrecía una silla a Lauren. Probablemente él
había ayudado a que ella se sintiera así con su insistencia de que ése era sobre todo un viaje de negocios. De todas formas, no le gustaba que Lauren pensara que ella era más su compañera de lo que era Bella. Lauren Mallory no era nada para él ¡nada! Comparada con Bella.

El perfume que le llegó era demasiado intenso, tanto que deseó asomarse a una ventana para tomar un poco de aire fresco y sacarse ese olor de la nariz. Estaba llegando rápidamente a la conclusión de que Lauren estaba siendo también demasiado intensa.

Se sentó, tomó una servilleta y se preparó un cruasán mientras pensaba en lo siguiente que tenía que hacer.

—¿Te sirvo el té?

Edward apenas se contuvo de decirle que ella no era su esposa. Lauren definitivamente estaba exagerando en su papel de anfitriona.

—No, ya lo haré yo —respondió secamente.

Tal vez estuviera poniéndose demasiado sensible.

No, maldita sea. No le importaba si era así. No quería que esa mujer adoptara un papel de pseudo esposa con él. Había sido un error el que ambos se instalaran en un solo apartamento. Compartir las horas laborables estaba bien, pero debía haberse vuelto loco para aceptar algo más. No, se había dejado convencer por su encanto femenino. Estupidez carnal.

—He reconsiderado la sugerencia que me hiciste acerca de que te hospedes en otra parte, Lauren —dijo —Voy a llamar ahora a recepción para ver si tienen disponible otro apartamento para ti.

La mirada de ella ¿fue de sorpresa? ¿De placer? ¿De triunfo?

Inmediatamente después, Edward llamó por teléfono sin importarle y tardó poco en hacer los arreglos necesarios.

Tuvo suerte, había disponible una suite de una habitación.

A Lauren le encantó la noticia. Pero el que estuviera igualmente de encantada de que la dejara fuera de sus planes después de las horas de trabajo, eso habría que verlo. Pero a Edward no le importaba, Lauren no tenía ningún derecho en su vida privada.

Ella le dijo que no habría ningún problema en volver a hacer la maleta antes de que se marcharan esa mañana. De todas formas, no se había llevado muchas cosas. Como era una viajera experimentada, no llevaba demasiada ropa con ella. Al contrario que su esposa, interpretó Edward. La abultada maleta de Bella era suficientemente grande como para contener el armario entero.

¿Y qué? No había ninguna razón para que Bella se pusiera limitaciones si no quería, y había todas las del mundo para que se hubiera traído lo que quisiera si le apetecía. Una segunda luna de miel no requería eficiencia. Nada más que en una cosa.

—¿Has hecho algún plan con mi esposa esta mañana? —le preguntó tratando de conseguir la información que necesitaba.

—No. ¿Cómo podría? Yo voy estar muy ocupada contigo, Edward.

—Creí haberte oído ofrecerle tu ayuda.

—Oh, sólo de una forma general. Es su primer viaje aquí —dijo condescendientemente.

—¿Ha sido de eso de lo único que habéis hablado?

—¿De qué más? —respondió ella mirándolo inocentemente — Le dije que el cuarto de baño estaba libre. Parecía como si el vuelo le hubiera afectado mucho.

No, algo más había afectado a Bella. Tal vez el cansancio tuviera algo que ver, pero no era lo principal.

Miró a Lauren y su expresión de inocencia y supo que no confiaba en ella.
Aquello fue también una sorpresa.

De repente vio que había puesto a esa mujer en una posición de confianza y ella podía hacerle mucho daño si no tenía cuidado. Sólo Dios sabía el daño que ya podía haber hecho con Bella.

Durante el resto del desayuno estuvieron hablando de la reunión que tenían por delante y, cuando Lauren se fue a su habitación para hacer de nuevo la maleta, Edward se acercó a la puerta del cuarto de baño. Estaba claro que Lauren había hecho que Bella se sintiera aparte y esa era su forma de no interferir, dejándolos fuera. De cualquier manera, Edward se sentía de lo más incómodo con la situación y sintió la apremiante necesidad de aproximarse de nuevo a Bella antes de marcharse.

Llamó a la puerta y dijo: —¿Estás bien?

Se produjo una pausa y luego ella contestó: — Sí. Es un baño de lo más agradable. 

—¿Te importa si entro un momento, Bella? Me marcho dentro de un momento. 

Una pausa más larga.

—Me estoy lavando la cabeza, Edward. No puedo salir. Que tengas un buen día. 

Aquello sonaba razonable y deseó poder creerla.

Por otra parte, mientras Lauren estuviera allí sabía muy bien que Bella se moriría antes que revelar lo que le pasaba cerca de ella.

No le gustaba nada dejarla de ese humor tan negativo en su primer día en Londres. Sintió un fuerte impulso de quedarse con ella y mandar a Lauren a la reunión. Aunque, por otra parte, el tiempo a menudo suavizaba las cosas.

—Bella, he hecho que Lauren se vaya a otra suite —dijo, esperando que esa información sirviera para algo —Vendrá un botones para llevarse su equipaje. Será a eso del mediodía. Tendremos este apartamento para nosotros solos, ¿te parece bien?

Dentro se produjo un sonido ahogado.

Tal vez ella se estuviera lavando el cabello de verdad.

Podía llamarla más tarde, hacerla saber que le importaba. Quería que supiera que estaba pensando en ella y que era importante para él. De una importancia primordial.

— Te dejaré los números de teléfono donde me puedes localizar en el cuaderno que está junto al teléfono del dormitorio. No dudes en llamarme si quieres cualquier cosa de mí. En cualquier momento, Bella. Pregunta por mí. Dejaré instrucciones para que te pasen conmigo esté donde esté.

Ninguna respuesta. 

—¿Bella?

—¿Sí?

A Edward no le gustaba nada sentirse inútil. 

—Ya hablaremos esta noche.

Y lo dijo en serio. Con una buena comunicación podían resolver lo que fuera. El que Lauren no estuviera allí podría ayudar. Tendrían una intimidad absoluta garantizada. Y, seguramente, Bella apreciaría su deseo de que hubiera intimidad entre ellos.

El silencio al otro lado de la puerta era de lo más descorazonador. Edward esperó que ella estuviera de un humor más receptivo esa noche. Se preguntó qué más podría hacer mientras esperaba a que Lauren estuviera lista. La inspiración no le llegó hasta que no estuvieron en el ascensor.

—¿Podría enviar unas flores? —le dijo a la chica de recepción. 

—Por supuesto, señor Cullen.


—Una cesta de rosas rojas. Tres docenas. Para ser entregadas aquí e instaladas en la mesa del dormitorio principal de mi apartamento.

—Yo me ocuparé.

—Me gustaría dejar un mensaje con la cesta. 

—¿Quiere escribirlo usted mismo, señor Cullen?

La mujer abrió un cajón y sacó un block de notas y sobres a juego y se los ofreció sonriendo. 

—Gracias.

Edward pensó por un momento y luego se puso a escribir: 


Me muero de ganas de estar contigo esta noche. 
Edward. 



Capítulo 13

13 comentarios:

  1. Parece k edward esta abriendo los ojotes k zorra esa lauren

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  2. Vaya por fín se dió cuenta Edward de que fué muy lejos con Lauren.odio esa zorra.

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  3. Edward tan lindo...de verdad espero que Bella y él hablen, aclaren sus diferencias y así salven su matrimonio...Y obviamente esa odiosa de Lauren capte la indirecta y se aparte de una vez por todas de Bella y Edward..!

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  4. Qué bien que Edward ya está abriendo los ojos y saco a esa maldita del cuarto espero que ahora si empiece la reconciliación!!!

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  5. Realmente espero que arreglen sus diferencias, han avanzado algo como para dejar las cosas así y más por esa Zorra 😢

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  6. Realmente espero que arreglen sus diferencias, han avanzado algo como para dejar las cosas así y más por esa Zorra 😢

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  7. Solo espero que no sea demasiado tarde para Edward el haber abierto sus ojos con la zorra de lauren ya que para la pobre Bella el ya le fue infiel

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  8. Como mujer pienso PUCHA si no venia que hubiese pasado. Es muy intimo el ambiente, Lauren sale del baño probocando. Noooooo yo le hago comer las rosas. Pedazo de infeliz la dejo plantada para festejar el cumple de Laurent y ahora esto. Bella abra sido una remilgada porq asi la educaron pero jamas le falto el respeto.
    GRACIAS MILES POR ACTUALIZAR DIARIAMENTE:

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  9. Por fin se da cuenta!!!!! Será que que Bella de verdad le cree que no tuvo nada con Lauren??? Servirá de algo que ahora ella se vaya y deje de molestarlos????
    Besos gigantes!!!
    XOXO

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  10. Mmmm ok a ver como sigue y que hace la arpía no creo que se esté quietecita

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  11. Bella va a pensar q instaló a Lauren en otra habitación para verse a solas con ella, espero realmente que no piense eso. Tengo que darle un punto a Edward por intentar llegar a su esposa y cambiar su manera de ser.

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  12. Por fin abrió los ojos!!! Lástima que me parece que ya es un poco tarde, Bella piensa que ya la engañó y a Edward le va a costar mucho que le crea. Sobre todo porque me parece que Lauren ya se dió cuenta (o se va a enterar muy pronto) de que las cosas van a cambiar y no creo que se quede quieta.
    Gracias por la actu, besos!!!

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