Una Deuda Por Pasión 1

«Mírame», le ordenó Edward  Masen en silencio. Tuvo que reclinarse en el asiento para poder verla, oculta tras los tres hombres que se interponían en su campo visual, incapaz de apartar los ojos de Isabella Swan.


Estaba muy quieta, mirando al frente con gesto sombrío. Ni siquiera miró en su dirección cuando su propio abogado alegó que la cárcel era una medida contraproducente dado que necesitaba trabajar para devolver los fondos robados.

Los abogados de Edward  le habían advertido que aquello no terminaría con pena de cárcel, pero él había insistido. Esa mujer pagaría con la cárcel por haberlo traicionado. Por haber robado.

El padrastro de Edward  había sido un ladrón y estaba decidido a que nadie volviera a engañarlo, sobre todo su eficiente ayudante personal que había metido la mano en su cuenta.

Y después había intentado librarse ofreciéndole su cuerpo.

Edward  no quería rememorarlo. Esperaba ansiosamente oír el veredicto del juez, pero su cuerpo ardía al recordar la sensación de esos labios carnosos sobre los suyos. Los deliciosos pechos cuyos pezones parecían bayas de verano, jugosos y dulces en su boca. El trasero con forma de corazón que había contemplado tantas veces, firme y suave al tacto. Casi se puso duro al recordar los sedosos muslos, de aroma almizclado, y la actitud casi virginal de la joven.

Una pantomima, porque sabía que su crimen estaba a punto de salir a la luz.

El estómago se le encogió con una mezcla de ira y hambre carnal. Durante dos años había conseguido controlar el deseo, pero tras haberla disfrutado, solo podía pensar en volver a tenerla. La odiaba por tener tanto poder sobre él. Jamás le había hecho daño a una mujer, pero deseaba aplastar a Isabella Swan. Erradicarla. Destruirla.

El sonido del martillo lo devolvió a la realidad. Su abogado le dirigió una mirada de resignación y comprendió que el veredicto había sido favorable a la mujer.

En la otra mesa, parcialmente oculta por su abogado, el gesto de la joven se relajó y los grandes ojos se elevaron hacia el cielo. El abogado de Isabella dio las gracias al juez y tomó a su defendida del brazo para ayudarla a levantarse mientras le susurraba algo al oído.

Edward  sintió una punzada de celos al observar la actitud del letrado, un hombre de mediana edad, pero se dijo que era la ira que lo dominaba. No soportaba saberse de nuevo una víctima. Esa mujer no debería librarse solo con devolver el dinero en cuotas de seiscientas libras al mes.

¿Por qué no lo miraba? Era lo menos que podía hacer, mirarlo a los ojos y admitir que ella también era consciente de que se estaba yendo de rositas. Isabella murmuró algo a su abogado y se apartó de él.

«Mírame», volvió a ordenarle Edward  en silencio mientras contenía la respiración.

Los labios de Isabella perdieron todo el color y las manos le temblaron mientras intentaba alcanzar la salida. Mirando al frente, pestañeó repetidas veces.

–¡Se va a desmayar! –Edward  saltó por encima de varias sillas al mismo tiempo que los abogados reaccionaban. Entre todos la agarraron, tumbándola en el suelo.

Alguien apareció con oxígeno y Edward  se apartó, aunque no podía desviar la mirada de las mejillas hundidas y la piel grisácea. Todo se detuvo, respiración, sangre, pensamiento…

A su mente regresó el recuerdo de su padre. La falta de respuesta, el alocado pánico que había crecido en su interior mientras luchaba desesperadamente contra la brutal realidad. ¿Respiraba? Podría estar muerta. «Abre los ojos, Isabella».

Le pareció oír al enfermero preguntar por algún problema anterior y Edward  repasó todo lo que sabía de ella, pero el abogado de la joven se le adelantó.

–Está embarazada.

Las palabras estallaron como vidrio roto en sus oídos.

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Isabella era consciente de tener algo contra el rostro. Un pegajoso sudor cubría su piel y las habituales náuseas la invadían por dentro.

–Te has desmayado, Isabella –oyó una voz–. Quédate quieta unos minutos.


Abrió los ojos y vio a J. Jenks, el abogado que se había mostrado bastante indiferente hacia ella hasta que había vomitado en su papelera. Le había asegurado que la identidad del padre era irrelevante, pero Edward  la miraba furioso, y no había nada de irrelevante en su gesto.

Había intentado no mirar a su antiguo jefe, breve amante, padre. Alto, moreno, sofisticado urbanita. Rígido. Implacable.

Pero sus ojos parecían tener vida propia y lo contemplaron, por primera vez en semanas. Estaba recién afeitado y vestía un impecable traje color carbón. Sus cabellos, recién cortados, reflejaban el estilo del exitoso hombre de negocios.

Y sus ojos, de un tormentoso color verdes, la miraban fijamente.

–¿Te duele algo? –preguntó J. Jenks–. Hemos llamado a una ambulancia.

Isabella miró aterrorizada a Edward . Y de inmediato comprendió el error.

Rezó para que no juntara las piezas. Sin embargo, Edward  era la persona más inteligente que hubiera conocido jamás y seguro que no le había pasado desapercibido ningún comentario.

Si averiguaba lo del bebé se iniciaría otra batalla y no podría soportarlo. No podía consentir que se creyera con derecho a reclamar la custodia de su hijo.

–Isabella –habló Edward  con su voz gutural.

La joven se estremeció. Tras dos años oyéndole pronunciar su nombre con distintas entonaciones, comprendió que en ese momento encerraba una implacable advertencia.

–Mírame –le ordenó.

Bajo la mascarilla de oxígeno, la voz de Isabella al dirigirse a su abogado sonó hueca y débil.

–Dile que si no me deja en paz pediré una orden de alejamiento.



20 comentarios:

  1. Ohhh, historia nueva!! Gracias

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  2. Ah mierda, se ve interesantisima.

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  3. Me encanta se muy atrayente ,q mal q Edward se haya enterado asi q Isabella esta embarazada.

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  4. Esta guerra de pasiones no me la pierdo suena a que ya me a dejado picadisa.

    Nos seguimos leyendo

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  5. Se ve interesante, espero el próximo capi!!

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  6. Ohhh si... Parece que Edward de verdad la odia, pero creo que no fue ella la del robo... Sólo espero que haya alguna forma de demostrarlo!!!
    Besos gigantes!!!!
    XOXO

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  7. Jiderrrrrrr súper interesante ansiosa x el siguiente cap graciassssssss graciassssssss graciassssssss graciassssssss graciassssssss

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  8. Actualiza pronto xfa se ve interesante

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  9. Sigue x favor muy interesante quiero saber q le dice Bella sobre el bebe, gracias 😘❤

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  10. Quiero saber como sigue!!!!! Esta muy interesante.

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  11. muy interesante la historia, ¡¡¡me dejas emocionada!!!!! espero que actualices ;) =)

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  12. Ya me pique empieza con todo
    Aquí hay mucho misterio 😲😲
    Gracias por la nueva historia

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  13. me gusto el capitulo
    saludos
    ninacara

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  14. Vaya problemón el que tiene Bella 🤤

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