Edward la despertó antes de que amaneciese cuando le quitó el brazo de debajo de su cuerpo y se levantó de la cama.
Bella murmuró una protesta.
—Shh —le dijo él—. Vuélvete a dormir.
Calentita y contenta saciada y arropada por el amor que él le había demostrado, pero no expresado con palabras, Bella fue lo que hizo. Se despertó más tarde y lo vio vestido con otro de sus elegantes trajes, apoyado en una silla y cerrando su bolsa de viaje.
Se apoyó sobre un codo y trató de sacar algo en claro de aquella escena.
— ¿Edward?
Se puso tenso. Sus manos todavía en la cremallera de la bolsa. Poco a poco se dio la vuelta y la miró.
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