ESTA HISTORIA ES UNA ADAPTACIÓN
LOS PERSONAJES PERTENECEN A STEPHENIE MEYER
EL NOMBRE DE LA HISTORIA,
COMO LA AUTORA LO DIREMOS
AL FINAL DE LA ADAPTACIÓN
EL NOMBRE DE LA HISTORIA,
COMO LA AUTORA LO DIREMOS
AL FINAL DE LA ADAPTACIÓN
Isabella respiró profundamente y se aferró con ambas manos a la taza de café antes de mirarlo, temblorosa.
Edward cerró los ojos, luchando contra los recuerdos que lo asaltaban, contra las habladurías, contra el dolor. No había olvidado nada, ni perdonado. Y cuando la veía allí, era como si todo empezara de nuevo.
En cuanto a Isabella, bastante tenía con sus propios recuerdos. Intentó beber un poco de café, pero se quemó los labios.
—Vamos, di que mi hija miente.
—No tengo intención de hablar contigo —espetó, con dulce frialdad—. No aprendo nunca. Pensé que querías charlar sobre el problema, pero esto no es una charla. Parece un tribunal de la inquisición. En cualquier caso, te diré que ya he pedido a la directora que la cambie de clase. Pero no es posible, de modo que no tengo más opción que renunciar a mi trabajo y regresar a Arizona.
Edward la miró sin decir nada. No esperaba una reacción así.
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