—Estaba muy asustada.
—Lo sé. E incluso entendí tu reacción. Pero me dolió.
Isabella le puso una mano en el brazo.
—Yo no quería hacerte daño, Edward. Por favor, créeme.
—Lo sé. Y eso lo comprendí entonces también. Eras muy joven y te encontraste ante una decisión que no estabas preparada para tomar.
—Tienes razón.
Isabella quería que la besara, que la abrazara y le dijera que sus sentimientos por ella no habían cambiado. Pensó que si Edward le pedía que se quedara en Forks, lo haría sin dudarlo un minuto.
Edward se inclinó hacia ella y depositó un suave beso sobre sus labios.
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