ShadowBoxer 7

Traductora: Carolina Alejandra Aguirre.

Historia Original de nobloodnofoul.

Beta: Sara Gamboa.

Lo se / Fiona Apple

Que así sea, soy tu pata de cabra.
Si eso es, lo que estoy tan lejos.
Hasta que salga de este lío.
Y voy a fingir, que no sé de tus pecados.
Hasta que esté listo para confesar.
Pero todo el tiempo, todo el tiempo.
Yo sé, yo sabré.
Además, puedes usar mi piel.
Para enterrar a tus secretos.
Y yo te asentarse.
Y en mi propia sugerencia.
Voy a no hacer preguntas.
Mientras yo hago lo mío en el fondo.
Pero todo el tiempo todo el tiempo.
Yo sé que sabrá.
Baby no te puedo ayudar,
 Mientras que ella todavía está alrededor, por el momento.
Estoy siendo paciente.




EPOV 

Desperté alrededor de las diez treinta, sintiéndome muy jodidamente  bien conmigo mismo.  Bella era todo sonrisas y risas la mayor parte.  Su cara estaba resplandeciente y yo quería buscarme a mí mismo desde hace dos semanas y decirle que la encontrara y tomara justo entonces.  Nos quedamos en la cama por casi una hora; perdiendo el tiempo uno con el otro.  Era tan normal y tranquilo.  Yo sentí que mi pecho estaba hinchado por dentro y estaba comprimiendo mi respiración, pero de la mejor manera.  Su pelo extendido sobre la almohada mientras yo la besaba, sus pequeñas manos sosteniéndome, y sus ojos brillando a la luz de la mañana.  Era como esta tibia manta envuelta dentro de mi interior.  Ella estaba consumiéndome a un alarmante velocidad y yo estaba amando cada segundo de ello.

Su sonrisa me hacia sonreír.  Yo aprendí  cada uno de sus puntos cosquillosos y cada trozo sensible de su piel. Ella irradiaba limpieza y blanco y… amor.  Acurrucado con ella bajo el cobertor, era una sensación nueva para mí.  Sólo acurrucándonos y riendo es realmente como tiene que ser.  Estar así con ella, realmente me ha hecho pensar acerca del resto de mi vida.  Lo supe cuando había comenzado a pelear, que no seria para siempre.  Que eventualmente yo tendría que hacer otras cosas.   Quería hacer algo como Jasper.  Quería ayudar chicos como yo, a encontrar una salida para su enojo.  Quería ayudar a alguien más, a lograr esa victoria en el tapete, como yo la había sentido.  Entrenar era algo que realmente me interesaba.  Yo estaba fascinado con el proceso de crear un luchador.  Y los luchadores no nacían, se creaban.  Sin embargo tanto como yo quería salir de la ruta de esta carrera, yo estaba en ella ahora, nada pagaba tan bien como pelear y yo tenia mas libertad entre peleas para hacer lo que quería.  Lo cual para ser honesto no era mucho sino entrenar.

¿Valía la pena el cambio en el salario?  ¿Pelear por los billetes grandes y arriesgar el no volver a casa una noche, o jugar a lo seguro  y protegido?  Bella merecía la seguridad de saber que yo estaría ahí para ella.  Ella no necesitaba estar paranoica de que yo fuera a ser golpeado hasta quedar en coma.  Pero al mismo tiempo, yo podía tener el dinero suficiente para comprarle todas las cosas que ella quiere y merece si continuo peleando.  Yo podía mantenerla cómodamente a pesar de cuanto ella odia ser una mujer mantenida.  Yo podía asegurarme de que nada le faltara en caso que algo me ocurriera.  

Lo siento, pero… ¿cuánto llevas de relación?  ¿Cómo un mes?  ¿Qué demonios está mal contigo?  Este es el tipo de mierda que piensas después de un año, no un mes.  Deja de ser obsesivo.

Era difícil para mí, pensar acerca de estar yendo al ring esta noche y pelear con James. Yo quería quitarme este sentimiento de completo horror pero lo sentía aferrándose y molestándome.  No había muchas formas de que él ganara sin pelear sucio.  Yo estaba preparado para tomar todos los golpes de nuca y codazos que el estaba dispuesto a dar, pero algo me decía que iba a ser mas.  Iba a ser más que sólo unos pocos vagos ganchos a mi  garganta y algunos rodillazos a mi polla.  Eran peleas como estas las que me hacían querer un réferi.

Me estire, sintiéndome jodidamente bien a pesar del dolor en mis piernas.  Uno pensaría que con todo el entrenamiento que yo hacia, tener sexo no seria tan estruendoso.

Necesitábamos agregar la actuación de la noche anterior al calendario de entrenamiento. Con propósito de entrenamiento por supuesto.

La noche pasada, podría no haber sido puro romance pero era la única forma que yo conocía para mostrarle a ella.  Pensé todo el fin de semana en flores, picnics y tardes románticas.   Pensé en comprarle algo, pero rápidamente deseché esa idea.  Bella no podía ser comprada.  Yo ya sabia eso.  Entonces sólo me golpeó.  Sólo darle lo que ella quiere.  No dolía que era también lo que yo realmente quería.  Me sentí una mierda de no ser capaz de decirle que yo también la amaba.  Quería; estaba justo en la punta de mi lengua.  Se que la amo.  Pero seria hacer mucho mas difícil para mi mismo ir ahí hoy y hacer lo que tenia que hacer.  Ella tenía que saberlo.  Después de que le dije que me poseía, pensé que estaría bastante claro para ella lo que yo había invertido en esto… en nosotros.   Es cierto que la intensidad de mis sentimientos hacia ella me estaba asustando un poco.   O un montón.

La forma en la que ella me tenía atrapado en su dedo, era refrescante de una forma preocupante.  Disfrutaba ser responsable de ella.  Era agradable sentir como yo le pertenecía a alguien, y ella era perfecta para mí.  Su belleza, su fuego, su humor seco que siempre lograba hacerme reír.   Ella podía ponerme en mi lugar verbalmente cualquier día y era emocionante, saber que yo podía tener una conversación real con ella, que yo podía debatir con ella en el auto.  Esto significaba algo.  Ella estaba llena de ideas y opiniones en las que me encontraba a mi mismo absorto  en cualquiera y todo lo que ella tenia que decir.  Las pequeñas cosas del día a día, que ella hacia y que yo nunca había notado con nadie, antes me provocaba alejarme.  Sus tropiezos y su sonrojo no eran irritantes como yo había pensado; ellos eran entrañables.  Ella no se culpaba a si misma de esas traiciones; ella las aceptaba y lidiaba con ella.  Esto sólo probaba cuan  determinada estaba a sobrevivir en este mundo.

Metete un tampón y muévete.

Bella me saco de mis pensamientos con un empujón.  Miré su entusiasmada sonrisa y le reí de vuelta.  Ella estaba desnuda y caminando hacia atrás al baño con una mirada de maldad puesta en su cara.  Yo quería comentar que probablemente no era una buena idea que ella no mirara por donde estaba yendo, pero rápidamente lo pensé mejor.  Una vez ella estuvo en el baño, se giro y salto a la ducha.  Oí el agua correr, entonces el spray de la ducha.  Estuve fuera de la cama en dos segundos y dirigiéndome hacia la ducha.

No había forma en el mundo que me fuera a perder esto.  Tenía semanas para arreglarlo.


 BPOV

Estaba en la novena nube esta mañana.  Despertar post coito con Edward es una experiencia sin la que nadie debería estar.  Es demasiado malo y no dejaré que eso ocurra.

Nos acurrucamos y jugamos por casi una hora.

Entonces tuvimos sexo en la ducha.  Caliente, sexo caliente en la ducha.  Y aprendí de la repetición, que a Edward le gusta hablar sucio.

Me sonreí cuando le entró shampoo a los ojos y reí abiertamente cuando se golpeó la cabeza con la ducha cuando trato de la lavar su ojo.  El me gruño y arrojó mi esponja sobre las puertas de vidrio al lavabo.

Nos arrojamos agua y nos lavamos el uno al otro… lo cual casi nos llevó a más sexo en la ducha.  Desafortunadamente,  yo me estaba arrugando y tuvimos que salir.

Tan pronto como dejamos el  baño y comenzamos a vestirnos, parecía como si ambos nos hubiéramos dado cuenta que día era hoy.  Me puse un par de jeans y un top rojo.  Me sentí tan nauseabunda, que no pude almorzar.  Edward comió una  barra energizante.  Sólo nos paramos en la isla de la cocina mirando cualquier cosa, excepto el uno al otro por casi quince minutos.  Cargue el lavaplatos y comenzó a funcionar, tratando de recuperar algún tipo de normalidad.

— ¿A qué hora tenemos que estar ahí?

—Yo tengo que estar ahí a las siete.

—Nosotros estaremos ahí a las siete.

—No te quiero ahí  Bella.

—Yo necesito estar ahí.  ¿No quieres que te anime en la primera fila? —yo estaba tratando de agregar cualquier tipo de humor que pudiera, en esta muy poco divertida conversación.

—No te quiero ahí.  Tu sabes porque no te quiero ahí.  Yo no quiero que veas lo que está pasando.  Sé que si estuvieras ahí, yo no podría hacerlo.

— Bien no soy yo, eres tú, y yo tengo que estar ahí.  Tengo que ver que pasa.  Voy a ir te guste o no.

Él suspiró y asintió, aun mirando intensamente al mesón y frotando su dedo sobre una  baldosa rota.  Yo asentí,  mas para mi misma por la pequeña victoria que había logrado.  Él no iba a deshacerse de mí así de fácil.  Yo iba a ir a esa pelea aun si tenia que correr ahí.  Donde sea que fuera.

— ¿Así que, donde es?

—Es en el Ring.   Lo cual es inusual, porque Emmett odia tener peleas ahí; él se pone paranoico con los policías entrando y arrestándolo.

— ¿Entonces porque ellos han decidido que sea ahí esta noche?

—No estoy seguro.  Pienso que podría tener algo que ver con King.

— ¿Quién es King?   —yo siempre oía a todos hablar de él.

—King es… bien él es…  —él suspiró, frustrado y se agarró al borde del mesón, apoyándose y mirando al techo.  Yo espere pacientemente para que él ordenara sus pensamientos  y continúe mientras pensaba en las cosas que decirle si él no lo hacía.

—King es uno de los chicos grandes de la escena de Chicago.  Él tiene en sus manos un montón de cosas.  Él juega a las apuestas con su fondo fiduciario y el dinero de su padre.  Caballos, cartas deportes y en los pasados dos años el ha estado frecuentando los círculos de peleas.  Él está haciendo toda la cosa del  boxeo, pero yo asumo, que se aburrió de todas las reglas que hay en la forma de arreglar las peleas para su gusto.  King es la razón por la cual yo he estado haciendo tanto como puedo hacer, estoy bien ahora.  Cuando él entro en escena, él también vino con sus grandes amigos apostadores.  Él tiene conexiones en todo el país.  La única razón por la cual Emmett aguanta su irritante trasero, es debido a todo el dinero que gasta en las peleas.  Yo no soy el único peleador bajo el cinturón de Emmett.  Y King parece estar en esta fase ahora, donde  el mismo ha estado obteniendo peleadores.  James siendo uno de ellos.  Así que James tiene a King respaldándolo en esta pelea.

— ¿Entonces él es para James… lo que Emmett es para ti…?

—Algo así.  Emmett es mi amigo.  King esta usando a James para hacer dinero para si mismo y James esta usando a King para entrar el circulo social al que quiere pertenecer.  Yo no estoy en esto por la gloria que James quiere.  Yo sólo estoy tratando de hacerlo para vivir.  Podría ser petulante decirlo pero es la verdad.

— ¿Porque están Jasper y Emmett tan preocupados por esta pelea?  Ellos parecen pensar que algo malo va a ocurrir.

Su cara se congeló en una  máscara en blanco, por un momento y el suavemente deslizó su mano sobre los bordes  biselados de los azulejos frente a el.

—Jasper y Emmett están preocupados, porque ellos saben que James es un peleador intenso.  El tiene un mucho dinamismo y el va a ser difícil de superar.

Yo quería gritar ¡Y una mierda!  Pero lo sabía y en vez de eso sólo asentí.  El resoplo y se agarro al borde del mesón para apoyarse.  Mis ojos lo recorrieron desde esos dedos estelares hasta sus musculares hombros, lo cual me tuvo tratando de contenerme de  babear y que se diera cuenta.  Me aclare la garganta y deje a un lado la toalla de mano que estaba retorciendo.

— ¿Entonces, que necesitas hacer antes de la pelea?

— Bien, yo usualmente voy por una caminata y entonces me dirijo hacia la arena y caliento cerca de dos horas, entonces paso una hora sólo relajándome antes de la pelea real.

—Okay, bien yo no quiero estar en tu camino de calentar y esas cosas, así que yo sólo voy a estar aquí y supongo que voy a leer o limpiar.

Él me miró por un momento, como si estuviera tratando de ver algo en mis ojos o cara.  Yo parpadee y el miró a otro lado.

— ¿Te gustaría venir y caminar conmigo?  Yo camino hasta el parque OZ y usualmente callejeo por ahí.

—No quiero interferir con tu rutina o relajo.

—Yo quiero que vengas.

Y cuando lo dijo así, yo me puse mis zapatos y salí por la puerta con él.  El sostuvo mi mano y caminamos en silencio.  Aun estaba caluroso, pero con la sombra de los edificios y la brisa, se sentía bien.  Nos tomo casi una hora para llegar ahí al ritmo que estábamos yendo, pero Edward no parecía importarle y yo tuve la impresión de que, ¿no se suponía ir a un ritmo rápido?  Entramos al parque por la entrada Este y note tres montículos de arena en las esquinas del campo.  Luces altas estaban esparcidas alrededor de los bordes de los arboles.  Parecía como si aquí se jugara Baseball.  De repente pensé en Phil y tuve que controlar el pánico.

No seas ridícula.  Ellos no saben dónde estás, y Phil no tiene razón para mostrarse aquí de todos los lugares.  Sin mencionar, que tu estas sosteniendo la mano de un luchador justo ahora.  Edward no dejaría que nada te ocurriera.

Respire tranquilamente y Edward apretó mi mano cuestionándome con su mirada.  Yo le sonreí y el me sonrió.  Él no me creyó ni por un segundo, pero lo dejo pasar y yo estaba agradecida por eso. Era un día brillante fuera y aquí en la fresca sombra, todo parecía normal y perfecto.  Éramos sólo dos personas dando un paseo en el parque sin ninguna preocupación en el mundo.  El semblante de Edward estaba enviando ondas de tensión.  Caminamos a lo largo del camino de cemento entre los grandes robles, y yo observe, mientras el rostro de Edward era golpeado por manchones de luz que hacían su camino entre el follaje.  Él estaba vistiendo jeans decolorados que se ajustaban holgadamente en el, colgando bajo su cintura y una camiseta gris que tenia escrito HENLEY en el frente.

Él miraba derecho hacia delante y si él no hubiera tenido un fuerte agarre en mi mano, yo hubiera pensado que él había olvidado que yo estaba ahí.  Él no parecía relajado del todo, él parecía estar asustado, a lo que sea que fuera hacia donde estábamos caminando.  Levante mi otra mano y toque su hombro, manteniendo ese mismo firme agarre en el mío.  Note como nuestras zancadas  coincidían  y caminábamos juntos muy bien.  Yo tuve la sensación que había mas para hacer con Edward manteniendo mi ritmo mas que mi gracia natural.

Pronto el camino comenzó a aclararse y a nuestra izquierda había una pequeña área de picnic que había sido diseñada.  Me detuve y entonces nos lleve hacia un banco.  Él se sentó con su espalda contra la mesa y me acomodo en su regazo.  Apoye mi cabeza abajo y presione mi cara en su cuello, besándolo ahí y acariciando su mandíbula.  Él envolvió sus brazos a mí alrededor y beso mi cabeza suavemente.  El suspiro pesadamente, así que le di un piquito en su cara para verlo mirando hacia el frente.  Realmente deslumbrante.  Gire mi cabeza y vi el brillante signo de neón a través de los arboles.  Me tomo un segundo darme cuenta de lo que era y a como pertenecía a este pequeño paseo por el campo.

Lincoln Park Hospital.

Instantáneamente me sentí enferma.

—Si soy herido y necesito ser llevado a algún lugar, ahí es donde ellos me van a llevar.  Jasper conoce un doctor en la sala de urgencias quien es bueno para mantener las cosas tranquilas.  Si cualquier cosa me ocurre, he hablado con Emmett acerca de qué hacer.  Yo quiero que tú me prometas que continuaras quedándote en el apartamento y no hacer nada imprudente.

Estaba aturdida.  Estaba sin palabras.  Estaba sorprendida.  Estaba molesta.  Estaba tan jodidamente enojada, sentí la neblina roja comenzar a acercarse a mi visión.

—Edward Masen, escúchame.  Tu vas a ir a ese Ring esta noche y vas a patear el culo de ese maldito.  ¿Me oíste?  ¡No te voy a escuchar hablar así!  ¡Tú vas a estar bien! ¡Yo voy a estar bien!  ¡Ambos vamos a estar bien!

Desafortunadamente, mi diatriba enojo, pronto se volvió un desastre de lágrimas y el comenzó a moverme y murmurando cuanto sentía haberme molestado.  Sólo hizo los sollozos volverse más fuerte y me sentí estúpida por hacer esto peor.

—Lo siento.  No se que me paso.  Yo sólo… no quiero oírte hablar así.   Tú eres la persona mas fuerte que conozco y se que vas a ganar esta pelea.

Esa era una mentira  descarada.  Él era la persona mas fuerte que yo conocía; yo estaba aterrada de que él saliera herido, y yo tuviera que llevarlo desde el Ring al hospital en lo que seria absolutamente monstruoso de un modo, sin decir que justo ahora no era proactivo, así que mentí.  Oyendo los susurros de Emmett y Jasper estaban comenzando a llegar a mi.  Yo tuve este horrible sentimiento en la boca de mi estomago.  La intuición de mujer me estaba golpeando.  Yo repentinamente  sentí como en aquel momento, yo estaba girando la esquina y encontrándolo en el suelo otra vez.

Edward puede hacer esto.  Él estará bien.  Yo cuidaré de él y todo estará bien.

Yo repetí ese mantra una y otra vez a mi misma;   como si de alguna forma las palabras se materializarían en un club gigante  y matara a quien fuera este tipo James.  Nosotros estuvimos en  la banca un rato más.  Edward pareció relajarse un poco y en nuestro camino de regreso al apartamento el se detuvo a mirar el campo de baseball.  Yo vi una pequeña sonrisa en sus labios mientras el me miraba.

—Mi papa solía jugar conmigo cuando era pequeño.  Era la única cosa alguna vez realmente hicimos juntos.  Deje de jugar cuando me fui de casa.  —Él dijo despacio.

Asentí y cuidadosamente puse esta información en mi archivo mental de “Pasado de Edward”.  A él le gusta el Baseball.  Oh la ironía.  Sonreí, quizás un poco apretado y continuamos caminando calle abajo y de regreso al apartamento.  Una vez de regreso al aire acondicionado, yo fui al baño dejando la luz apagada y pase una toalla fría sobre mi pecho y cuello, tratando de limpiar tanto sudor como sea posible.  La mano de Edward cubrió la mía.  Lo mire a través del espejo y él tomó la toalla de mis manos y la froto sobre mi cuello y hombros.  Estábamos en silencio, sólo parados ahí.  Él beso mis hombros y cuello gentilmente.  Yo no quería llorar pero era difícil cuando él estaba siendo tan dulce.  Él dejó la toalla húmeda en el lavabo y me giró, levantándome y poniéndome sobre el mesón.  Ubicándose a si mismo entre mis piernas él puso sus manos a cada lado de mis caderas e inclino su cabeza hacia mi hombro.  Yo envolví mis brazos alrededor de sus anchos hombros y descansé mi propia cabeza en su cuello.

—No te quiero ahí esta noche.

—Voy a ir.  Tú no puedes decirme lo que tengo que hacer.

Él suspiro y sentí su cálido aliento recorrer mi brazo.  Mi piel estaba calentándose y humedeciéndose de nuevo desde el calor de su cuerpo.  Sentí sus manos levantarse y quedarse en mi cintura, sus pulgares presionando los huesos ahí.

—Tu significas todo para mí, ¿lo sabes?

—Lo sé. Tu también eres todo para mi.  Voy a estar ahí para ti esta noche.  Esto es parte de quien tú eres.  Yo acepto eso.  Sólo trata y acepta que esto es quien soy.  Yo tengo que estar ahí Edward.

Él asintió y dejó un beso bajo mi oído.  Me puse derecha y lo mire a los ojos.  La única luz en el baño venia de la luz del sol de la habitación.  La puerta estaba completamente abierta y provocando una sombra en el lado derecho de su cara.  Él lucia apenado.  Yo pase mis manos sobre sus cejas esperando aliviar la tensión ahí.  Sus parpados cayeron y exhalo un tembloroso suspiro.  Mis dedos encontraron la prominente cicatriz de su corte, donde yo lo había suturado tantas semanas atrás.  Parecía como si fuera mucho mas.

Nos quedamos así unos pocos momentos antes de que él se separara de mí.  Era triste como el pie de distancia entre nosotros era como una milla.  Yo podía verlo en la forma en que él estaba parado, la forma en que su cara se contraía y sus hombros caían.  Él se estaba alejando de mí.  Él me estaba empujando lejos, justo ahora.  Haciendo esta situación carente de cualquier emoción, para hacer mas fácil lo que él tenía que hacer. Sabia que yo debería haber estado haciendo lo mismo, pero no podía aguantarlo.  Él era la primera cosa buena que me ocurría en años, y no podía soportar pensar en perderlo, aun por unas pocas horas.

—No hagas eso.  No.  No soporto eso.  Por favor, no me dejes fuera.

Su mascara en blanco se quedó en su lugar, antes de que yo viera sus ojos suavizarse y su mandíbula desbloquearse.  Me imagino si él pensó que era bueno ocultando sus sentimientos.  Él casi apestaba en eso.  O quizás sólo me parecía a mi de esa forma porque yo había estado con el casi veinticuatro horas por siete días a la semana por más de un mes.  El acaricio mi mejilla, se acerco y me beso en los labios suavemente.  Le devolví el beso y él se alejó, saliendo del baño y dejándome pensando si ese beso era un “lo siento pero tengo que”  o “lo siento, no lo haré otra vez”.

Apreté mis dientes en irritación.  Estoy casi segura que era un “lo siento pero tengo que hacerlo”.

Pisoteando las ganas de realmente gruñirle  fuerte, salte del mesón y me dirigí al living para dejarme caer en el sofá.

Sería mejor que él no estuviera pensando en formas de engañarme para evitar que fuera a la pelea.  Él salió pronto de su oficina llevando una mochila.  Lo miré hacia arriba desde mi libro, el cual en realidad no estaba leyendo y le sonreí.   Aunque yo pienso que lucia constipada, así que deje de tratar de forzarla.  Se inclino y beso mi frente.

—Voy a dirigirme ahí ahora y comenzare mi calentamiento.  ¿Te veré antes de entrar al ring?

—Sabes que voy a estar ahí.

Él me sonrió y salió por la puerta.  Una vez que sonó el seguro y oí el volvo arrancar, realmente sentí las paredes del apartamento cerrándose entorno a mí.  Yo quería salir e ir con él a su calentamiento, pero él no me había invitado y yo no sabía si eso era algo que él tenía que hacer a solas.  Mostrarme sin ser invitada podría ponerme en alguna lista de mierda.  Él teléfono sonó repentinamente y casi salí de mi piel.

— ¿Hola?

—Hey, es Jasper.

—Oh, hey Jas.  Edward se acaba de ir al gimnasio.

—Sí, eso es lo que me temía.  Ellos han cambiado el local.  Ya no va a ser en el Ring.  Va a ser en el edificio cruzando la calle desde el puerto Belmont. Probaré a su teléfono celular otra vez.

—Hey, ¿cuál es la dirección?

— ¿Vas a ir?

—Ummm ¿sí?

—Oh.  Es que no pensé que Edward te permitiera ir.

— ¿Me permitiera?

—Eso no  es lo que quise decir.  Esas peleas no son un buen lugar para alguien como tu Bella.  Edward obviamente estará preocupado también como Emmett y yo. No hay forma en que estemos cuidándote a ti al mismo tiempo.  Nosotros cuidaremos bien de Edward.

Eligiendo pasar por alto su comentaría “alguien como tú”, yo trate de poner tanta cortesía en mi voz como era posible.  Aunque realmente no ayudo.

—Eso es dulce Jasper, de verdad, mi vagina te lo agradece por todo tu preocupación pero yo voy a ir.  Tu no puedes detenerme y tampoco puede Edward.  El sabe eso.  Así que dame la maldita dirección.

—Doscientos quince, Calle West Roscoe.  El edificio es el mas grande en la calle.  Luce espantoso como el infierno también.  No puedes perderte.

— ¿Como algo espantoso grande o…  como una película de terror?

—Justo como la película “La matanza de Texas”

—Genial.  Ese seria como el lugar mas cliché para tener una de esas peleas, también… estaré ahí un poco antes de las siete.  Eso es cuando la pelea comienza, ¿cierto?, ¿a las siete?

—Si, a las siete.  Te veo ahí querida.

—Adiós Jasper.

Puse el teléfono de vuelta en el recibidor y tomé el mapa de debajo de la mesa del café.  Finalmente encontrando el puerto del que hablaba Jasper, ubique la calle West Roscoe, e hice notas de cómo iba a llegar ahí.  No parecía lejos… y mirando ahí, yo estaba morbosamente aliviada de ver que era muy cerca del hospital que Edward y yo  habíamos visto hoy.  Sólo pensar en ello me hizo sentir como una traidora.  Miré el reloj y note que ya eran más de las cinco.  Saltando me dirigí al dormitorio y rápidamente me bañe.  No pude evitar sonreír, pensando en las actividades que Edward y yo habíamos estado haciendo aquí más temprano.

Me vestí con mi único par de jeans bonitos y un top negro.  Trate de arreglar mi cabello y me rendí en acomodarlo, decidiendo que lo mejor que podía hacer era una cola de caballo, entonces le di una mirada a mi bolsa de cosméticos por casi diez segundos antes de que sólo me aplicara un poco de brillo de labios y me dije a mi misma que estaba lista.

Cuando llego la hora de estar lista, eran casi las seis un cuarto y yo estaba segura que necesitaría tiempo extra para llegar ahí en caso de que me perdiera.  Saltando en la camioneta, rugió al encenderla y remonte calle abajo.  Tuve suerte de que sólo di dos vueltas antes de que viera la monstruosidad de la que hablaba Jasper.  Lucia como una fabrica antigua o una bodega.  Parecía fuera de lugar en este vecindario.  Estacione mi auto cerca de la calle, asegurando que tenia forma de salir aunque se estacionaran a mi alrededor, aun podía sólo arrancar e irme.

Salí de la camioneta y camine cuidadosamente hacia donde vi tres grandes hombres parados alrededor de la entrada fumando.

—Um, estoy aquí para observar la pelea.

— ¿Y quién eres tu cosita linda?

—Ummmm… yo sólo quiero saber por dónde entro…

— ¿Porque no te quedas con nosotros aquí fuera por un momento?

El único que me hablaba era un hombre alto de pelo negro.  Tenía la piel oscura y era tan grande como Edward.  Él se inclinó y estiró una mano para tomar mi pelo.

—Soy Jacob.  Yo soy el entrenador de James.  ¿Él va a pelear esta noche, lo sabias?   Mi chico va ganar seguro.

Abrí mi boca para decirle que se fuera al carajo cuando otra voz lo hizo por mi.

—Deja de joder con la chica de Masen.

Mire hacia arriba y vi la cara de Emmett amenazante sobre ellos.  Le sonreí en agradecimiento y camine entre los hombres.  Ellos me miraron hacia abajo y le lanzaron una mirada a Emmett.   Él sólo les sonrió dulcemente y puso un brazo sobre mi hombro, llevándome hacia otra puerta.

— ¿Que eres tú, su dueño? —preguntó Jacob.

—Cuidado Black, no quisieras darle una razón a Masen, ¿cierto?

Emmett volvió su atención a mi.  —Estaba esperando a que llegaras.  Jasper dijo que podrías no saber por dónde entrar.

—Gracias.  Te agradezco.  ¿Cómo está él?

—Él está bien, pero siempre lo está.

Le sonreí y el me sonrió.  Estábamos tratando de ser fuertes el uno con el otro y me mato un poco por dentro saber esto.  Algo me decía que ambos sabíamos que algo iba a pasar esta noche.

— ¿Que es este lugar?

—Era usado como una antigua fabrica.  Por lo que he oído, ellos solían hacer engrapadoras.  El padre de King es dueño del edificio, así que va a estar bien.  Pero fuera del alcance de la policía de mostrarse aquí, quiero que tú te quedes cerca de mí y Jasper, ¿está bien?  Nosotros nos encargaremos de sacarte, ¿okay?

Sofoque una risa al alivio en la voz de Emmett.  Edward estaba en lo cierto, el es paranoico.

Sentí ese hormigueo de miedo golpearme otra vez cuando vi el ring al centro.  El ring usado aquí era mucho mas agradable que el del gimnasio de Emmett.  Lucia casi nuevo y no tenía el desgaste gris en el centro de la lona blanca que había visto en la del Ring.  Había dos filas de sillas metálicas directamente alrededor de la arena y escaños metálicos detrás de ellas.  Todas las cosas parecían nuevas.

Siguiendo a Emmett, comencé a sentirme realmente fuera de lugar aquí.  No estaba segura si tenía que ver con la razón de que yo estaba aquí o el lugar mismo.  Mientras nos estábamos acercando a un corredor que lucia como que llevaba hacia oficinas, alguien encendió mas luces además de la luz central y el lugar se ilumino brillantemente.   Miré de reojo contra la repentina luz y casi choque con Emmett cuando salte.  Emmett abrió una puerta en la mitad del pasillo y vi a Edward apoyándose en un escritorio.  Sentí mi interior derretirse cuando lo vi.  Él estaba vistiendo un par de shorts rojos y nada más; la pretina era ancha y gruesa; abrazándolo alrededor de sus abdominales apretadamente.  Tenía un par de sandalias y sus tobillos y pies estaban vendados.  Jasper estaba ahora vendando su mano izquierda.  Miró hacia mí y sonrió.  Jasper rodo los ojos y golpeó sus puños con sus palmas.  Ellos asintieron el uno al otro y yo entre en la habitación y me quede en una esquina, dándoles espacio para hacer sus cosas.

Edward levanto su mano hacia mí y fui a él, agradecida de tener su contacto.  Él envolvió sus brazos  a mí alrededor y me apoye contra él y él se apoyó en el escritorio.  Jasper tenía que arruinar el momento.

—Está bien, ahora sólo recuerda lo que hicimos en el entrenamiento.  Cuidado con sus golpes al riñón… tú sabes cuánto le favorecen a James.  Recuerda que tú eres más rápido que él  y que eres mejor bloqueando, así que usa eso para tu ventaja.  En los combates que ambos han tenido en el pasado, yo he notado que él se exalta un poco en el segundo round así que asegúrate de guardar tu energía para ese, debería ser su caída y...

Su consejo fue interrumpido por un golpe en la puerta.  Emmett frunció sus cejas y abrió la puerta.

—Treinta minutos hasta que ellos anuncien.

—Entendido.

Esa roca en mi estomago realmente necesitaba dejar de subir y bajar.  Jasper continuó hablándole a Edward mientras lo ayudaba a ponerse sus delgados guantes negros.  Ellos tenían un  lamentable monto de relleno sobre los nudillos y lucían mas como mitones con las puntas cortadas.

—De cualquier forma, nosotros vamos a ir hasta los doce round con este.   Trata de ahorrar tu energía para el primer round y asiéntate pesadamente en el  segundo.  Nosotros nos reagruparemos en el tercero, si llegamos ahí, y entonces ojala nunca veamos el cuarto pero pienso que podríamos estar en esto hasta el décimo o undécimo round.

Edward asintió y me apretó estrechamente antes de liberarme y salimos de la habitación.

Me senté en una silla en la esquina justo detrás del lugar de  Emmett y Jasper en la esquina.  Había gente en todo el lugar y en el corto monto de tiempo que nosotros estuvimos en la oficina, el lugar exploto con gente rica.  Yo miré a algunos de los bombones a mí alrededor y me sentí como una mierda vistiendo Jeans.  Al diablo, yo me di cuenta que estaba aquí por Edward y a él no le importaba si yo estaba vistiendo un saco.  Me enfoque en su cara mientras él saltaba y movía sus brazos alrededor.  El era tan jodidamente caliente.  Yo suspiré y entonces mentalmente me abofetee a mí misma porque él estaba a punto de ser golpeado múltiples veces.  Emmett froto desde sus hombros y cuello hacia abajo, mientras Jasper le hundía un protector de goma en la boca.  Entonces él agarró una botella de agua y se la dio a Edward.  Él la empino y tomó unos tragos.  Yo estaba un poco fuera de mi mientras observaba los músculos de su garganta moviéndose y su espalda arqueándose mientras bebía.  Me puse mal.

Edward levanto su cabeza y encontró mis ojos inmediatamente.  Le sonreí y él camino hacia mi.  Cuando me puse de pie el tomo mi cuello con una mano, rudamente envolvió la otra alrededor de mi cintura y me beso fuerte.  Él me beso muy, muy, muy fuerte.  Casi mordí mi labio.  No dejó de ser uno de los mejores besos de mi vida, pero la desesperación, el miedo detrás del beso me derribo.  Sentí el calor subir a mi cara cuando me di cuenta que aun estábamos en una repleta sala esperando y yo lo estaba haciendo con un Edward semi-desnudo.   Cuando el finalmente se alejo, ambos estábamos respirando fuerte y pesadamente.  Él apoyo su cabeza contra la mía y hablo.

—Por favor, vete.  Espera en el estacionamiento; no me importa si no te vas a casa.  No puedo hacer esto si tu estas observando, Bella,  ¿por favor?  No seré capaz de pensar bien si se que tu estas justo aquí.  Por mí, sólo espera afuera.  Terminará pronto y podremos irnos.

La urgencia que el usaba cuando hablaba me hizo sentir culpable.  Yo no quería ser la razón que el resultara herido.  Lagrimas llenaron mis ojos y miré hacia otro lado, tratando desesperadamente  de ocultar las emociones ahí.  Yo no quería que él, viera mi miedo.

—Está bien, me iré.  Pero que Dios me ayude Edward, es mejor que tú salgas caminando de aquí mas tarde.  Tú tienes que volver a mí.

—Shhhhh nada podría mantenerme alejado de ti.  Nada.  Ahora, corre Bella.  Corre y espera por mí.

Un bajo hombre corpulento se paro en medio del ring y comenzó a anunciar la pelea.  Yo sostuve mi respiración y Edward se volteo para entrar a la lona.

— ¡En esta esquina tenemos a Edward Masen!  ¡Veintiséis años, ciento noventa y cinco libras!, ¡Un luchador completamente americano! ¡Él ha ganado sus últimos cinco combates!  ¡Sus fortalezas son rapidez, agilidad y resistencia!  ¡Les presento a Masen, señoras y señores!

La voz tomó un tono juguetón, como si el estuviera en un carnaval presentando a los payasos o elefantes.  Edward miró hacia la lona mientras el hombre hablaba y no saludo a la multitud animando.  Muchas de las mujeres en la multitud comenzaron a  mirarlo lascivamente.

— ¡En esta esquina tenemos a James Hunter!  ¡Veinticinco años, ciento noventa libras, peleador australiano-americano!  ¡Él ha ganado sus últimos tres combates!  ¡Sus fortalezas son su resistencia, fuerza y determinación! ¡Hunter, Todos!

James no era como yo había imaginado que seria.  Él tenía un cuerpo parecido al de Edward, pero con piel bronceada y cabello rubio miel.  Sus shorts negros eran idénticos a los de Edward.  Él lucia en realidad dulce y tuve que volver a mirar.  Sus facciones eran infantiles y suaves.  Edward giró su fría mirada hacia mí, así que hice lo que él me había pedido. 

Me giré e hice mi camino lejos del atestado centro.  Habían hombres de pie por todas partes en la habitación repleta, tratando de ver que estaba pasando.  Todos ellos tenían una similar hoja de papel rosada, las cuales asumo eran prueba de por quien apostaban. Repentinamente mi estomago se sintió pesado y me sentí enferma.  Toda estas personas estaban tratando de hacer dinero con el dolor de Edward.   Toda esta gente no se preocupaba por lo que pasara a él después de la pelea.  Ellos sólo querían una cosa.

Encontré las puertas al lado del espacio en el que había aparcado y tomé una gran bocanada de aire fresco.  Me sentí como una mierda por estar aquí mientras él estaba ahí.  Me acuclille contra la muralla de ladrillo y me balancee sobre mis talones.  Tomando bocanada tras bocanada de aire y tratando de no vomitar.

Tu sabes lo que tienes que hacer.  Tú sabes porque.  Él te necesita.  Él podría no decirlo ahora, pero él te necesita.  Él te posee.

Saque lo que me quedaba de resolución y fuerza de las reservas y me puse de pie, temblando como una hoja pero parándome.  Volví a entrar al edificio e hice todo el camino a la pared mas alejada antes que tuviera que recuperar mi aliento.  Yo estaba en una esquina oscura y cuando me gire alrededor pude ver el ring claramente.  Un hombre con un traje a rallas estaba caminando y la gente a su alrededor le saludaba a una gran distancia.  Una despampanante rubia en un vestido rojo estaba a su lado.  Ella lucia aburrida y molesta.  Ellos se sentaron en la primera fila.

El debe ser King.

Antes de que pudiera estudiarlo mucho mas tiempo la campana sonó señalando el quinto round y mis ojos saltaron a la predatoria forma de Edward.  Yo no podía moverme, casi no podía respirar.  Apreté mis puños en mi pecho y observe mientras él se tomaba la lona.  James se acerco y chocaron los puños.  James sonrió y la pesadez en mi estomago aumento diez veces.  

Ellos comenzaron a moverse y rodearse el uno al otro.  Los cuatro minutos del round se hicieron eternos., ninguno de ellos había lanzado un golpe.  Edward hizo el primer contacto y le dio una gancho a la cara de James.  James se burló de él y continuaron con su rodeo.  En un instante, todo se rompió y ellos estaban arrojando salvajes puñetazos el uno al otro.  Ellos estaban pateando, balanceándose y esquivando.  No podía seguirlos.  Cuando el round termino, Edward fue tirado hacia atrás por Emmett.  Jacob tomó a James, obligándolo a volver a su esquina.  Emmett le dio Edward su botella de agua y él tomé unos pocos tragos antes de pararse otra vez y enfocarse en James.

Dentro de la sala, se oían salvajes aplausos, gritos y  fuertes conversaciones.

De alguna forma fuera de toda esa locura, oí a alguien decir “Eddie boy” y miré alrededor para encontrar a su dueño.  Esa voz era familiar…

Mike de pie a sólo un par de metros de mí, hablando con un hombre de pelo oscuro.  Mi ceño fruncido mientras me acercaba a ellos.

— ¿Lo hiciste? —preguntó el hombre de pelo oscuro.  El tenia un leve acento francés  y sonaba enojado.

—Sí, lo hice.  Buena cosa que ellos movieran esta cosa aquí o nunca lo hubiéramos hecho.

—King se dio cuenta de eso.  ¿Cuánto usaste?

—Toda la cosa

— ¿Qué?  ¿En serio?  Mierda.  Se supone que usaras sólo un cuarto, a lo más la mitad.  El se va a desplomar como un jodido rinoceronte ahora.

— ¿Que mierda? Todo lo que tú me dijiste fue que pusiera la mierda en su botella de agua.  Tú te das cuenta que si alguno de ellos me hubiera visto sabrían exactamente quien hizo esta mierda, ¿cierto?

—No importara, esa mierda sólo se ve con un análisis de sangre específico.  Ellos tendrían que buscarlo.  Afortunadamente James puede hacer parecer que el sólo golpeó al imbécil  y no tendrá nada de qué preocuparse.

— ¿Que te hace esa mierda de todos modos?

—Es mmm… Bien es como un barbitúrico mezclado con oxido nitroso y nitrato de amyl.  Básicamente, va a joderlo y hacerlo que se estrelle.

— ¿No parece esto un poco, una mierda?  Quiero decir, yo pensé que James se suponía era mejor que Eddie.  No pensé que el necesitaría esta mierda para ganar.

—Eso es porque James no sabe que va a pasar.  Bien él como que lo sabe.  Él sabe que hay una posibilidad de que ocurra.  King es quien lo quería hecho.  Él tiene demasiado dinero apostado sobre James para darle la chance de perder.

No necesite escuchar mas, ya había oído lo suficiente.  Miré hacia la chica del ring  saliendo de el con un cartel señalando que el sexto round estaba comenzando y Edward parándose para volver a la pelea.  Lo vi balancearse levemente y sacudir su cabeza.  Él puso sus brazos hacia arriba en un movimiento defensivo y se tropezó hacia la izquierda.

No… no, no, no, no. no. 

Empujando me hice camino entre la multitud.  Me acerque y volví atrás.  Estoy muy segura que fui incluso manoseada un par de veces en el camino.  Salté tratando de dar un vistazo al ring adonde yo estaba yendo exactamente.  La multitud se separó un par de segundos y repentinamente vi a Edward, brillando en sudor, sus piernas temblando, su respiración laboriosa y él estaba mirando directo hacia mí.  Pude ver la confusión y angustia en sus ojos.  Entonces la gente alrededor me atrapo y otra vez perdí de vista a Edward.  Cuando finalmente llegue a los asientos de la primera fila, lo vi cayendo a la lona y al mismo tiempo Jasper arrojó la toalla sobre las cuerdas y salto en el ring.

Jasper arrojó la toalla.  Se acabó.

Edward yacía en la lona, sangre saliendo de su boca y James frunciendo el ceño a su figura tendida.

Yo quería gritar.  Yo quería patear y arañar.  Pero todo lo que pude hacer fue deslizar mi estomago hacia la lona y empujarme a mi misma a su lado.  Lo giré hacia mis brazos y sostuve con fuerza.  Jasper estaba a mi lado instantáneamente.  Emmett estaba gritando y movía los brazos a su alrededor.  Yo no podía oír nada.  El volumen estaba bajo y todo lo externo a nuestro alrededor era un borrón.  Mi visión recorrió su cuerpo y note lo enrojecido e hinchado en sus costillas y brazos.  Sus pómulos estaban abultados y su ojo izquierdo estaba hinchado, su labio inferior estaba rojo y ensangrentado.  Lo recorrí con mi pulgar  y entonces baje mi mano y la puse sobre su pecho y sentí su corazón latiendo salvajemente.  Sus ojos estaban parpadeando rápidamente y él estaba gimiendo.  Lágrimas estaban corriendo por mi cara y me di cuenta que la multitud se estaba descontrolando.  Todos estaban corriendo y gritando, algunos tratando de llegar a la lona; otros tratando de irse.  Las mujeres estaban histéricas y las puertas se quejaban mientras la gente trataba de encontrar salidas.

Pronto nosotros éramos los únicos que quedábamos en todo el lugar además de James, Jacob y algunos de sus amigos.  Emmett y Jasper agarraron a Edward y tiraron de el desde la lona.  Yo los seguí pero me detuve ante la puerta.  Mi giré alrededor y vi a James, observando mientras nos íbamos,  una toalla en sus manos.  La cual Jasper había tirado al ring.  Con toda confianza yo tenia en mi cuerpo de cinco pies de estatura, me pare ante él y lo miré a los ojos.  Él me miró con la mirada vacía por un momento antes de que mi mano lo abofeteara en la cara.  Lo golpee lo suficientemente fuerte para hacer girar su cabeza pero nada mas.  Él se volvió para mirarme y lo fulmine con la mirada antes de arrancar la toalla de sus manos.

—Él es mejor que tu.  Y lo probaste esta noche cuando tuviste que drogarlo para ganar.  Eres patético. —Me giré en mis talones y me fui de ahí.

Esas malditas traidoras lágrimas me estaban dejando a pesar de mi postura rígida y mi cabeza mantenida en alto.

Llegue afuera antes de vomitar al lado de mi camioneta.  Abrí la puerta de fierro de un tirón y entre; dirigiéndome hacia el hospital que Edward me había mostrado.

Me sentía emocionalmente entumecida y exhausta.  Casi no veía las luces del tráfico o a los otros conductores.  Mis lágrimas caían a raudales ahora e incluso algunos gemidos.  Tomando fuertemente el volante, me estacione y vi el Jeep de Emmett estacionado cerca de la entrada a emergencias.  Inhale temblorosamente y me permití calmarme antes de entrar.  Pero mientras mas tiempo estaba sentada ahí, mas difícil era salir.  Salir de la camioneta significaba ir adentro y verlo así.  Significaba estar dispuesta a perderlo.  Miré hacia el asiento del pasajero y vi la toalla ensangrentada arrugada en un montón.  La tomé y presioné una parte limpia en mi cara y respiré en ella.  El sudor de Edward y su esencia estaban allí.  Ese dulzor picante que yo amaba.  Llore en la toalla y la use para limpiar mi cara.

Tenía que ir adentro.  Yo tenía que decirles a ellos, lo que había oído.  Tenía que ayudarlo.  Tenía que hacer esto mejor.  Yo tenia que… no importaba cuanto yo deseaba sentarme ahí, cerrar mis ojos y pretender que hoy día nunca ocurrió, tenía que ser lo que él necesitaba que yo fuera.

Estoy yendo Edward.  Estoy yendo.

Me deslice fuera de la camioneta, y camine hacia el hospital para encontrar al hombre que me poseía, en corazón y alma.  Era divertido cuanto él estaba acostumbrado a usar esa palabra.  Poseer.   Sonreí débilmente y caminé a través de las puertas corredizas, caminando hacia la recepción.

—Hola, necesito encontrar a un Edward Masen.  Él acaba de ser traído hace un momento.

Estoy aquí Edward.  Y nunca te voy a dejar otra vez.

5 comentarios:

  1. Gracias por el capitulo nuevo, he esperado bastante por el ... Espero que no tardeis tanto en el siguiente :)

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  2. Bueno lo típico los malos triunfan.
    Las mujeres quedamos como unas estúpidas, no como persona fuertes q ante un problema buscan solucionarlo.
    No, acá bella que hace, se pone a vomitar.
    Por Dios esperaba otra cosa.
    Gracias por actualizar.

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  3. Ohhhh, espero que Edward esté bien 😭 me encanta esta historia!!!

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  4. Que bueno que act gracias me encanto me hubiera gustado más una bella fuerte y correr y decirles lo que pasaba pero bueno ya pasó ... ojalá puedas subir el sig pronto besos 😘 ❤❤. Que no le pase nada a edward ...

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  5. Aghhh solo espero que esa pelea no se quede así, que sepan que Edward fue drogado para ganar, que hicieron trampa!!!!
    Besos gigantes!!!
    XOXO

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