Salió de la habitación sintiendo las piernas temblorosas y bajó los escalones sin que en la casa se oyera el más mínimo ruido cuando ya debían estar todos despiertos. Fue directamente hacia la salida y vio que Alistair y Edward estaban en el salón. Edward estaba sentado en el sillón mirando al vacío mientras que Alistair se paseaba ante la chimenea.
Edward levantó la vista y la vio. Isabella reprimiendo el dolor forzó una sonrisa saliendo de la casa sintiendo que su corazón se quedaba allí para siempre.
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